Tijuana.- La contaminación en la ciudad es un problema que se presenta en distintos rincones y de distintas maneras, aunque el origen en la mayoría de estos ejemplos es la falta de limpieza de los ciudadanos.
Están los sitios en los que dejan desechos y bolsa a bolsa de plástico se convierten en basureros clandestinos, el agua sucia que es derramada y el impacto al aire por la cantidad de vehículos que habitualmente saturan las calles.
En ocasiones esa misma capa de contaminación es tan densa, que parece ocultar los edificios a lo lejos, y no parece haber cambiado mucho aunque la movilidad se redujo a causa de la emergencia sanitaria por el Coronavirus.
El escaso personal de limpia del municipio se da a la tarea de levantar todos los días la basura de las calles, sobre todo en el primer cuadro de la ciudad, pero aunque fuera un ejército de trabajadores no alcanzará mientras no haya mejores prácticas de higiene en las calles.
Hay por ejemplo otra imagen común: llantas de autos tiradas en terrenos baldíos, cuando existen procedimientos para desecharlas, pero es evidente que no todos los comercios las atienden.
El periodo de lluvia también se encarga de poner en evidencia la costumbre de tirar en cualquier lugar la envoltura de la comida chatarra, los envases y muchas cosas que terminan en los desarenadores, esa infraestructura de la que año con año son retirados montones de basura que arrastró el agua.