Elizabeth Martínez desapareció el pasado 14 de febrero. Un par de días después fue encontrada sin vida dentro de la cajuela de su propia camioneta, luego de tener una cita romántica. A casi dos semanas de su homicidio, no hay un detenido.
El 10 de febrero fue ejecutada de cinco disparos en el rostro, Cecilia Rodríguez, una mujer de 59 años, propietaria de un restaurante de comida japonesa, ubicado en Plaza Agua Caliente. Sigue sin haber un aprehendido por el asesinato.
Tan solo hasta el 31 enero pasado, cifras actualizadas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, muestran que en Baja California habían sido asesinadas 23 mujeres, siendo el estado, el tercer lugar nacional, solo por detrás de Guanajuato y Michoacán, con 30 y 26, respectivamente. De los 23 asesinatos, apenas uno ha sido tipificado como feminicidio.
EL ALTO NÚMERO DE MUJERES ASESINADAS
En los últimos años en Baja California y particularmente en Tijuana, se han mantenido elevadas las cifras de muertes violentas de mujeres. Un ejemplo es en el mismo periodo de 2021, cuando fueron asesinadas 38. En aquel año el estado fue el número uno de México en esa estadística.
¿Pero por qué son asesinadas las mujeres?
El ahora diputado federal y entonces secretario técnico de la mesa de seguridad, Isaías Bertín, declaró a medios de comunicación locales en octubre de 2020, que “muchas de las mujeres que han perdido la vida han estado involucradas en el tema del narcotráfico de manera directa”.
Las declaraciones del legislador federal, en su momento causaron gran revuelo en la región y reflejan buena parte del discurso de las autoridades locales y federales, que se lavan las manos en buena parte de las muertes de las mujeres, justificando una presunta relación con el crimen organizado.
En ese sentido, habla la coordinadora de vinculación con el Poder Judicial y Procuración de Justicia de la Red de Mujeres Unidad por Baja California, Reyna Ramírez Oropeza, que condenó el discurso oficial.
ACCEDE A NUESTRA EDICIÓN DIGITAL ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!
“Definitivamente dentro de la Fiscalía, no se cumple con efecto con la perspectiva de género, porque no estaban las condiciones. Apenas se empezó a dar cumplimiento a estos métodos específicos que amerita que se lleve a cabo una investigación para poder descartar un posible feminicidio. Lo ideal es que proponemos que todo caso donde haya el asesinato de una mujer, la investigación se realice para descartar un posible feminicidio, porque tiene ciertas características importante cuando se trata de violencia tiene que ver que conoce a su victimario, a veces se da por acoso, celos”, expresó.
Hasta el 31 de enero, en Baja California solo uno, de los 23 asesinatos de mujeres, habían sido tipificados como feminicidio. En contraste, en el Estado de México van 14, de las 21 muertes violentas de mujeres.
“Se revictimiza a las mujeres cuando se crea prejuicios sobre su asesinato. Hemos conocido varios en la sociedad, en donde se le descalifica su desaparición diciendo que se fue con novio o se le trata como prostituta. No se habla nada de la pareja o de la mujer que pudo haber sido presionada, amenazada. Es una forma de violentarlas que aun cuando padecen esa situación de haber sido raptadas o secuestradas, se le considera que lo hicieron por su propia voluntad cuando no siempre debió haber sido”, manifestó Ramírez Oropeza.
Apenas el 29 de junio pasado fue declarada con bombo y platillo la alerta de género en Baja California. A seis meses de distancia, los resultados no se reflejan en una disminución de los homicidios de mujeres en la entidad ni tampoco se han visto cambios al momento de la investigación de los asesinatos.
“Hay muchas omisiones especialmente de Fiscalía, que hay varios asuntos que no se le ha dado seguimiento, que no ha habido respuesta, no se ha llevado a cabo la investigación. El problema de la Fiscalía es que no hay las condiciones para llevar a cabo esas investigaciones como muestran los tratados. No se cumplen los protocolos”, remató la representante de la Red de Mujeres Unidad por Baja California.