El documento “Sobre las expulsión de migrantes a México”, elaborado por María Dolores París Pombo, investigadora del Colegio del Frontera Norte (El Colef) y coordinadora del Observatorio de Legislación y Política Migratoria, muestra la realidad actual de la política migratoria de Estados Unidos y la reacción de México ante las acciones del gobierno norteamericano.
En una charla con El Sol de Tijuana, analizó el panorama actual en el contexto migratorio y lo que vendría en los próximos años, tras el inicio de la administración de Joe Biden.
¿Cuáles fueron los hallazgos de este estudio que elaboró el último año?
En realidad usted sí está en la frontera ha visto la cantidad de migrantes que están devolviendo a México, uno estaba acostumbrado a esto en años anteriores a la pandemia, pero se trataba de mexicanos y repatriados.
En este caso a partir del gobierno de Trump han empezado a devolver a México a una gran cantidad de personas que no son mexicanas, que no son ciudadanos, y que las devuelven sin que sepan por qué, expulsadas por qué, en cualquier lugar de la frontera, a veces a horas que los hacen muy vulnerables, particularmente familias con niños pequeños devueltos en lugares como algodones, que hemos visto que devolvían a bastante gente. Gente que se quedaba esperando para ver si había otro chance de volver a cruzar, entonces eso ha sido un poco el panorama que hemos observado.
Las organizaciones lo ven mucho más claro porque están recibiendo y al mismo tiempo los albergues estaban cerrados, entonces esto ha hecho que toda la población se quedara en situación de calle en gran medida.
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¿Se habla de un millón de migrantes en un periodo de tiempo?
Es un año y tres meses. Esto lo hice recuperando los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), tiene una página donde sacan estadísticas y expulsiones por título 42 en el año fiscal 2020, que fueron 190 y tantos mil. Y luego en el año fiscal 2021.
El año fiscal en Estados Unidos empieza el primero de octubre del año anterior, eso quiere decir que en el año fiscal, desde el primero de octubre de 2020, hasta la fecha, el 31 de julio que es hasta donde están las estadísticas, fueron más de 800 mil expulsiones.
No son personas, no son un millón de migrantes, esto es un error que cometen los medios. Mucha gente se queda en la frontera esperando chance de volver a cruzar, y si te expulsan de inmediato y eres salvadoreño, te expulsan a tu país, chance de que vuelvas a cruzar es raro, tienes que cruzar todo Guatemala y México para volver a llegar.
Pero en este caso como los expulsan al otro lado de la frontera, lo intentan en varias ocasiones, entonces lo que llama la Patrulla Fronteriza, reincidencia, ha aumentado muchísimo, era menos del 5% y ahora es bastante más del 20%. Hay un grupo de gente que puede cruzar en muchas ocasiones y ser expulsado en muchas ocasiones.
¿Y todo esto con la complicidad del gobierno mexicano?
El asunto es que en México no tenemos ninguna ley que permita recibir a una persona extranjera sin que quiera entrar a nuestro país. Podemos recibir a un visitante o turista, pero porque ellos se presentan voluntariamente en la frontera y sacan el formato de Migración múltiple. Eso existe en la ley y las leyes deben ser explícitas, es decir, si no lo dice la ley, no se puede y la ley de migración no tiene en ningún artículo, una figura para una persona que es expulsada a nuestro país siendo extranjera.
Tenemos para los repatriados, hasta programas de repatriación, pero no tenemos para personas extranjeras que son expulsadas hacia México.
Esto quiere decir que tampoco tenemos recursos para eso, ¿entonces qué hacemos con estas personas? Pensemos que no son un millón de personas, sino que sean, una proporción muy alta, más del 50% sean mexicanos.
Digamos que son 150 mil o 200 mil personas, principalmente centroamericanas que están de alguna manera varadas y que intentan cruzar y son devueltas, o a lo mejor más. En todas las ciudades de la frontera.
No tenemos ningún programa para ellas, ninguno, lo único que más o menos empezó a funcionar fue el Centro Integrador de Migrantes. Pero puede tener 300 personas, mucho tiempo a lo largo de la pandemia tenía menos de 100. Toda esta gente no tiene acceso a ningún tipo de servicio.
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¿Cómo ve la perspectiva para los próximos meses? Incluso se comenta que a pesar de que entró el presidente Joseph Biden, no ha habido ajustes en este tipo de políticas.
- Efectivamente porque es muy preocupante porque llegó y con un tono muy optimista, sobre todo el problema principal, es la falta de derecho al asilo. Muchos mexicanos llegan de Michoacán y de Guerrero, desplazados por la violencia y llegan a la frontera con la intención de pedir asilo.
Estados Unidos al igual que México, son signatarios de la convención sobre el estatuto del refugiado, entonces tendría obligación, tanto por su convención, como por su propia ley de refugio, de entrevistar a estas personas y estar seguros de que no corren peligro cuando los devuelven a México, cosa que no están haciendo.
Eso se ha seguido violando, el derecho al asilo, a pesar de que Biden había asegurado que iba a restaurarlo en la frontera, pero en los hechos no ha sucedido y sí han readmitido a los del MPP, que eran solicitantes de asilo que eran devueltos a México, para esperar todo su proceso. Ha readmitido solo a los que tenían casos abiertos. Son miles los que estaban en ese programa y que nunca se pudieron presentar a una corte, porque les había pasado cualquier cosa en el camino y era realmente seguir el programa hasta el final.
¿Algo que le gustaría agregar?
Tenemos un poco la esperanza porque Biden ha declarado de que está tomando tiempo preparar un sistema rápido de detención de personas con necesidades de protección personal en Estados Unidos y que están tomando cartas en el asunto. Ojalá eso sea así, pero lo que está claro es que esas expulsiones no están disuadiendo a las personas porque seguimos recibiendo muchos migrantes en la frontera y en realidad es sobre todo México, la sociedad civil quien se está haciendo cargo del asunto.