A poco más de un mes de que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), inicie la discusión para fijar el salario mínimo vigente para 2025, el sector empresarial en Tijuana alerta por el riesgo de inflación si hay un alza por arriba de dos dígitos, un fenómeno que el Colegio de Economistas de Baja California descarta.
Mientras tanto, los trabajadores demandan mejores salarios para lograr una mejor calidad de vida.
“TENGO QUE TRABAJAR HORAS EXTRAS”
Erika Gómez, de 27 años de edad, labora como ingeniera de calidad en la industria manufacturera.
Su salario es casi el triple de lo que obtiene un obrero en el mismo sector, pero no es suficiente para el proyecto de vida que persigue y requeriría, por lo menos, que incremente un 30%.
“Cubre mis necesidades hasta el momento, pero creo que no me da la oportunidad de ahorrar para proyectos personales. Vivo sola y pago una casa, gasolina, las cuentas y alimentos. Sin embargo, sí necesito recurrir a otras cosas como venta de artículos a través de internet para costear gastos como vacacionar, salud mental o algún proyecto personal como aprender alguna disciplina. Intento también generar horas extra para sacar estos gastos que aparentemente no son necesarios, pero son parte de mi vida”, externó.
Por su parte, Carlos Cortez, un hombre de 74 años que desde hace 20 vende mercería en un sobre ruedas de la colonia Obrera porque no ha conseguido un empleo en el sector formal, obtiene alrededor de ocho mil pesos mensuales de ingreso que apenas cubren los gastos más indispensables de su hogar.
“Trabajamos en el sobre ruedas tres días a la semana y las ventas han caído mucho. Salimos de la casa desde las 4:00 de la mañana, regresamos como a las 5:00 de la tarde y solo sacamos para mal comer. Somos personas ya viejas y discapacitadas, ya nadie nos da trabajo y sí nos ayudaría que se aumentara el salario mínimo para que la gente nos vaya a comprar. El salario mínimo lo deben aumentar por lo menos a unos 450 pesos diarios”, expresó.
IP INSISTE EN QUE CAUSARÁ INFLACIÓN
Desde el sector patronal (Coparmex), comercio y servicios (Canaco), y la industria manufacturera y de exportación (Arhitac), se pronuncian a favor de un alza salarial, pero no por decreto ni mayor a dos dígitos, pues temen que se “dispare la inflación”.
“Es una decisión que tenemos que tomar en conjunto, porque hemos visto que la inflación ha estado alta los últimos años. Hablaban que subiera 12% anual, esto generaría un espiral inflacionaria tremenda y adicional una carga muy alta para los patrones. Siempre hemos estado de acuerdo con las medidas de mejora al sector trabajador, pero siempre de la mano, porque el (que) sea constitucional, además de 12% anual, lo vemos extremo, caro, costoso”, externó el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Tijuana, Roberto Vega Solís.
El dirigente patronal recalcó que las condiciones de la economía no siempre permiten un aumento de dos dígitos.
“El empresario lo que va a hacer es trasladar el costo laboral al precio (de las mercancías) y lo que vamos a tener es un encarecimiento generalizado”, manifestó.
El presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Tijuana (Canaco), Julián Palombo Saucedo, coincidió con el líder de la Coparmex, y agregó que la economía de los comercios no es la mejor ante el poco margen maniobra para cubrir costos operativos, entre los que se encuentra el salario de los trabajadores.
“En la medida que podamos favorecer más a nuestros empleados van a tener una mejor vida, sobre todo el aumento en el salario. Eso se va a reflejar en las ventas, en los consumos que hagan en los diferentes comercios. Siempre y cuando este aumento al salario no afecte a la economía de los negocios. Nos podría generar una inflación mucho mayor de lo que realmente pudiera ser la normal”, abundó.
La presidenta de la Asociación de Recursos Humanos de la Industria de Tijuana (Arhitac), Obdulia Rodríguez Sánchez, expuso que las alzas salariales de los años recientes han significado una carga adicional para las empresas del sector, donde el sueldo más bajo hoy es de nueve mil pesos mensuales, con rangos que subiendo gradualmente según el rango e instrucción, a un promedio de 14 mil pesos.
A ese sueldo, muchas empresas suman bonos de puntualidad, de asistencia, comedor y transporte, prestaciones que no están en la ley y que algunas compañías podrían quitar para cubrir los nuevos aumentos, mencionó.
“Nos mantenemos conservadores. Buscamos ir generando los distintos escenarios que nos permita como empresa ubicar cómo nos vamos a ir preparando y cómo lo vamos a presentar a nuestros corporativos. Sí hemos visto una contracción del empleo en la ciudad, pero siempre estamos buscando generar desarrollo para que el colaborador tenga oportunidades de crecimiento y no se quede con acceso a un salario mínimo”, apuntó.
Rodríguez Sánchez planteó que el que un trabajador gane más no se traduce en mayor producción en las empresas, además coincidió en la posibilidad de un aumento en los índices inflacionarios como consecuencia.
“De hecho, los pronósticos que estamos viendo es un incremento del 12% en el salario, cuando en la inflación hablamos de menos de un 7%. Es una brecha entre lo que se va a dar de incremento y la parte de la inflación”, dijo.
“NO SOLO EL SALARIO INFLUYE EN LA INFLACIÓN”
Para el presidente del Colegio de Economistas de Baja California, Domingo Ramos Medina, el alza al salario mínimo durante el sexenio pasado comprobó que un aumento en los sueldos no significa necesariamente que se “dispare” la inflación.
“Sí hubo poder adquisitivo, en el mercado hubo oferta estable de productos, realmente la demanda no rebasó a la oferta y por lo tanto no se encarecieron tanto los precios como se pensaba. Si bien es cierto los incrementos del salario deben darse en base a la productividad, no a decretos, es un hecho que estaban muy castigados los salarios”, explicó.
Y consideró que en el contexto macroeconómico del país aún hay margen de crecimiento salarial para los trabajadores.
Aunque la inflación general en el sexenio anterior fue de un promedio anual de 5.17% según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el especialista atribuyó estos números a factores ajenos al alza salarial.
Fueron principalmente consecuencia de las cadenas de suministro, la escasez de productos, el cobro de piso en algunas regiones o fenómenos naturales, comentó.
Ramos Medina subrayó que hay señales en la macroeconomía nacional de que la inflación se ha estabilizado, como muestra la probable baja en la tasa de interés que actualmente es del 10.50%.
“Si el Banco de México sube la tasa de interés retira circulante. Es decir, retira dinero de la economía para bajar la demanda. La gente mejor lo mete al banco porque le da más rendimientos. En cambio, el fin de bajar la tasa de interés es para que haya consumo, más demanda de productos y servicios”, puntualizó.
El también economista, Rubén Roa, quien fue subsecretario de Economía de Baja California en el periodo 2019-2021, aseguró que no será suficiente establecer en la ley que el alza al salario mínimo no esté por debajo de la inflación, pues no garantiza el cumplimiento.
“No te resuelve los problemas porque hay un concepto que es el estado de derecho. Debe haber instancias que garanticen que esto suceda. Va a ser difícil que sea efectivo, porque tenemos asimetría en la economía en materia de inflación, como la subyacente y distintos componentes que tienen que ver con colegiaturas, alimentos, transporte”, afirmó.
“¿Pero el alza al salario generaría que se incremente todavía más la inflación?”, preguntó El Sol de Tijuana.
“Es el tema del huevo o la gallina, al final de cuentas lo que tiene que prevalecer es la competitividad”, respondió.
¿CUÁNDO CONOCEREMOS EL NUEVO SALARIO MÍNIMO?
En su conferencia de prensa del pasado jueves 3 de octubre, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo declaró que el salario mínimo tendría un aumento inicial de al menos 12% en 2025.
Y que la meta de su gobierno para 2030 es que cada salario mínimo sea equivalente a 2.5 canastas básicas, por lo que cada año se incrementaría un 12%.
La Conasami iniciará la discusión para definir el alza al salario a finales de noviembre y tiene como plazo para resolver la última semana del año, según establece la Ley Federal del Trabajo (LFT).
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La Conasami, integrada por 11 representantes propietarios y 11 suplentes de los trabajadores y de los patrones, más la representación gubernamental que preside la comisión, elaborará un informe con el movimiento de precios y sus repercusiones en el poder adquisitivo de los salarios mínimos, así como los datos más significativos de la economía nacional, mismos informes que presentaran los trabajadores y los patrones.
Al final de diciembre, tras analizar toda la información, el Consejo de Representantes dará una resolución con los salarios mínimos generales, los salarios profesionales, así como lo que corresponderá a cada zona geográfica.