Para el 2023 se espera un incremento de 20% al salario mínimo en el país, una medida aprobada por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), organismo público descentralizado del gobierno de México con representación de patrones y trabajadores.
Lo anterior significa que en la Zona de la Frontera Norte el salario mínimo pasará de 260.34 a 312.41 pesos diarios, mientras que en el resto del país el pago mínimo de 172.87 a 207.44.
A pesar de que el sector patronal celebra que los empleados cuenten con mayores percepciones para mejorar su calidad de vida, coinciden en que la manera en que se aprobaron los aumentos no son los adecuados y generarán un efecto inflacionario mayor, además de un incremento en los niveles de informalidad.
PIERDEN COMPETITIVIDAD LA REGIÓN
El presidente en Tijuana de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Roberto Rosas Jiménez, hizo énfasis en que para considerar una subida de ese nivel al salario mínimo hay que contemplar los efectos colaterales que genera en la atracción de inversiones.
“Debemos tener cuidado con el incremento en salario mínimo, no por no quererlo pagar, recordemos que Tijuana es maquilador y somos competitivos. No por tener sueldos bajos, sino que vamos a empezar a tener carencia de mano de obra porque una persona del Centro de la República que viene a Tijuana, se enfrenta al costo en dólar”, comentó.
Rosas Jiménez señaló que incrementos de forma inmediata, como el recién aprobado, afectan a las pequeñas y medianas empresas que viven con márgenes más reducidos de maniobra, además de que se suma el riesgo de un aumento en los niveles de informalidad e inflación que afecta a las personas de menores ingresos.
“Como Coparmex queremos un salario digno para vivir, pero al mismo tiempo también ver a las empresas que sigan subsistiendo. Sobre todo las Pymes, para un salario hay que considerar también la renta, costo de producto, y al final quien se ve afectado es el consumidor por el costo. Históricamente Coparmex siempre busca una mejor calidad de vida y nos hemos visto lentos, pero la inflación sigue creciendo y ojalá tampoco se llegué a la reducción de empleo formal, porque sí se escucha por los altos costos”, expuso.
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TRABAJADORES NO SE BENEFICIAN
En buena parte de lo expuesto por Roberto Rosas, coincide Roberto Quijano Sosa, ex presidente de la Coparmex Tijuana, quien afirmó que el alza de 20% al salario mínimo, más que beneficiar al trabajador, terminará afectándole a largo plazo.
“Pudiera pensarse que el aumento al salario mínimo al trabajador pudiera beneficiarlo, ya está más que visto que resulta todo lo contrario. Aumentar el salario mínimo es inflacionario y el poder adquisitivo como nunca en México se ha perdido en los últimos tres años, hay más pobres en nuestro país”, agregó.
Quijano Sosa, quien también ha sido regidor en el Ayuntamiento de Tijuana y actualmente encabeza el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Estado, señaló los altos costos que significan para las empresas los nuevos incrementos al salario mínimo.
“Sentimos que la carga económica para el patrón el año que viene va a ser entre un 30 y un 35% mayor. Debe ser un incremento gradual, bien pensado, las empresas están de acuerdo en retribuir a sus empleados de manera más adecuada”, agregó.
El empresario insistió en el factor inflacionario, añadiendo que el salario mínimo se suma a alzas de impuestos como el de nómina registrado en los últimos meses.
“Creo que es bueno que el trabajador gane más, Tijuana y Baja California es una zona cara y el trabajador tiene que tener mejores ingresos. Los gobiernos y los empresarios hemos olvidado la gran carga fiscal que tiene el empresario, por cada peso 30-40% se va a impuestos. Y el segundo tema es el uso no provechoso de esos recursos. ¿En qué se está reflejando? No lo sabemos”, concluyó.