Tijuana.-Tras casi dos años de estar en el “limbo”, este mes de julio se decidirá el futuro de la planta desalinizadora en Playas de Rosarito, confirmó el secretario para el Manejo, Saneamiento y Protección al Agua (Seproa), Salomón Faz Apodaca.
Fue el 24 de marzo de 2018 cuando el entonces gobernador del estado, Francisco Vega de Lamadrid, colocó la primera piedra de la desaladora, en una ceremonia en la que anunció que el proyecto estaría concluido en tres años, con una inversión superior a 10 mil millones de pesos en su primera etapa. Sin embargo, han pasado más de 800 días y no hay avance.
Durante su participación en la sesión virtual del Grupo Madrugadores, el titular de la Seproa aseguró que el proyecto como fue planteado originalmente, no es financieramente viable para la entidad en el corto plazo.
“Tiene que haber una definición de este tema durante este mes de julio, la definición implica saber si sigue o si no sigue. La propuesta de una desaladora pagadera a 37 años donde el estado es el aval y eso, se ve muy complicada. El estado no tiene capacidad financiera para empezar a avalar una operación que va a empezar a operar dinero desde el principio”, manifestó.
Faz Apodaca, recalcó que en caso de que la administración estatal decida cancelar el proyecto, se presentarán alternativas para garantizar para los próximos años el suministro de agua en Tijuana y Playas de Rosarito.
“Tendríamos que tener tanto para Tijuana como para San Quintín una propuesta que tranquilice a la población, a los industriales y a los comerciantes, este gobierno está tratando de resolver el problema del abasto de manera definitiva”, aseveró.
En la sesión de preguntas y respuestas del Grupo de Madrugadores, El Sol de Tijuana cuestionó a Salomón Faz sobre la posibilidad que se ha planteado de qué Baja California venda agua a California, ante la escasez del líquido en el vecino país
“No hay consenso social, político, en esa posibilidad, aunque el económico sería extraordinario, porque habría la oportunidad de que ese proyecto vendiera agua a un precio mayor y nos ayudará para darle rentabilidad a la planta y darle un precio más bajo a Tijuana y Rosarito. Sin embargo, en este mundo no todo la es la racionalidad, tendríamos qué hacer una socialización de un tema que en este momento no siento que hay condiciones”, concluyó.
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