Cuando un individuo hostiga, persigue o molesta a otra persona, está incurriendo en acoso, como le sucedió a Mariana Guzmán, de 16 años, fue acosada por adolescentes de su misma colonia. Ella se encontraba en un parque local en compañía de algunas amigas de la escuela, estaban sentadas en una banca, frente a ellas había otro grupo de chicos varones, los cuales conoce de vista, puesto que siempre han vivido en el mismo fraccionamiento, pero no se relaciona con ellos. Uno de estos chicos se le acerca por la espalda, le pregunta que qué está haciendo y después coloca su brazo frente a ella y le agarra un seno, mientras el grupo de chicos que venían con él se reían y hacían mofa de la acción, ella lloraba de la impotencia; se retiró del lugar en compañía de sus amigas que soltaron algunos insultos al grupo de jóvenes.
Uno de los chicos, que tenían entre 15 y 17 años de edad, le mandó un mensaje por Facebook ofreciéndole una disculpa, excusándose diciendo que fue un "reto", que si no lo hubiera hecho él, otro chico del grupo lo hubiera hecho y lo seguirían haciendo.
La señora Mariana Vicencio, madre de la joven, mencionó que en la Fiscalía General del Estado de Baja California (FGE) no le quisieron levantar su demanda porque no hay "testigos", no hay algo que compruebe el acto, no se puede poner una orden de restricción y son menores de edad, no procede una denuncia.
"Mi hija nos dice: ‘¿cómo es posible que no se pueda hacer nada contra él, contra ellos?”, lo dijo llorando. “Sí, ahora tiene temor de ir a lugares públicos y encontrarse a este grupito de chicos”, dijo. "Siento como si las autoridades estuvieran defendiendo a ellos y no a mí, quién va a defenderme, quieren que me agredan de nuevo o de una forma más brutal", dijo la joven Mariana.
Como le pasó a la adolescente, le puede ocurrir a otras chicas, hay que tener conciencia de lo que está ocurriendo y unirse para ayudar a otra persona que lo necesite y esté en la misma situación.
"Se siente muchísimo la impotencia de saber que para los niños es un juego agredir a una jovencita. (...) Seré sincera, yo sé que somos mujeres mexicanas, donde está súper normalizado que pasen cosas así, me da coraje ahora lo que le pasó a mi hija, te sientes más vulnerable, yo como mujer adulta la experiencia me ha enseñado a gritar, a defenderme, a manotear, a dar una cachetada, pero cómo va a reaccionar una niña de 16 años. Es indignante, hay que saber preparar a nuestras hijas para que sepan qué hacer en estos casos", comentó.
Es una situación difícil de sobrellevar para Mariana, saber que va a salir y encontrarse a los jóvenes, puede volver a pasar, tuvo que cambiar su ruta por el miedo que le provocó la situación que le pasó y no procede a una orden de alejamiento.
Mencionó que cuando estén en la calle, centros comerciales o tiendas departamentales, transporte, estén siempre atentas a lo que ocurre alrededor, procuren no usar el celular en la vía pública, porque es un distractor, procuren no usar audífonos, ya que deben de estar atentas y poner sus cinco sentidos en ello; confíen en su instinto, si una situación o una persona las hace sentir nerviosas o ansiosas no lo ignoren, retírense de ser posible o busquen apoyo.
La madre de Mariana indicó que hay varias aplicaciones gratuitas de celular para saber en tiempo real la ubicación exacta de sus familiares, muchas de ellas tienen botón de pánico para alertar ante una posible emergencia, que nunca les falte saldo en su celular para que puedan hacerles saber a ustedes si se sienten amenazadas, si alguien las está siguiendo, o si las están agrediendo.
“Tengan siempre comunicación con sus hijas, para que tengan la confianza de decirles cuando algo grave les está pasando, no minimicen las situaciones de agresión o violencia de género, no lo normalicen, ninguna mujer y ninguna niña merece ser abusada o acosada, sé que mi hija no es la única que está sufriendo esto”, finalizó.
“Tiene que cambiar el núcleo de la familia para que cambie la sociedad y podemos evolucionar haciéndonos humanos”
Mariana Vicencio Madre de familia