/ martes 24 de julio de 2018

Deportados de EU caen la en depresión

Buscan un nuevo hogar

Crisstian Villicaña


Tijuana.- Ya sea que vengan deportados de los Estados Unidos o que salgan desplazados de sus lugares de origen por condiciones económicas o de violencia, la comunidad migrante pasa por lapsos de depresión durante sus traslados y búsqueda de un nuevo hogar.

Sobre este tema nos habló José María García Lara, director del albergue migrante Movimiento Juventud 2000. "Lo más complicado para una persona que fue deportada o una persona que viene en tránsito es el estado de depresión, porque ambos se identifican un poco.

La gente que viene de sur a norte y que viene con problemas de desplazamiento forzado dentro de nuestro propio país y que viene a la frontera para buscar cruzar a los Estados Unidos y termina quedándose en Tijuana o cualquier frontera de nuestro país vienen en un estado de depresión que abarca varias cosas. Es estado de depresión por haber dejado a sus comunidades, sus casas, sus familias y todos los recursos que ellos crearon durante años. Es un problema tan fuerte, donde termina mucha gente con problemas de salud, alcohol o drogas, tomando una determinación equivocada. Para la gente que viene del norte, deportada, que ha vivido cinco, diez o quince años en Estados Unidos vienen con ese mismo problema cuando les toca por cierta circunstancia que lo tengan que deportar, terminan aquí en la frontera con un estado de depresión tan fuerte en donde no encuentra un lugar. Es incluso una persona que es extraña en su propia tierra aunque sea mexicano", apuntó.

Muchos de los migrantes, al no contar con apoyo psicológico, una familia y un espacio para reinsertarse en la sociedad, terminan en las calles, en la canalización del río Tijuana, deambulando sin rumbo y refugiados en las drogas.

"No encuentran programas de ayuda; llegan y no hay nada, porque siempre los recursos que mandan para esos programas (apoyo a migrantes) no alcanzan para darles seguimiento. Esos programas integrales ya deberían estar puestos. Hay algunos pero no funcionan lo suficiente y el tiempo necesario para que esta comunidad que llega de manera constante", concluyó.


Crisstian Villicaña


Tijuana.- Ya sea que vengan deportados de los Estados Unidos o que salgan desplazados de sus lugares de origen por condiciones económicas o de violencia, la comunidad migrante pasa por lapsos de depresión durante sus traslados y búsqueda de un nuevo hogar.

Sobre este tema nos habló José María García Lara, director del albergue migrante Movimiento Juventud 2000. "Lo más complicado para una persona que fue deportada o una persona que viene en tránsito es el estado de depresión, porque ambos se identifican un poco.

La gente que viene de sur a norte y que viene con problemas de desplazamiento forzado dentro de nuestro propio país y que viene a la frontera para buscar cruzar a los Estados Unidos y termina quedándose en Tijuana o cualquier frontera de nuestro país vienen en un estado de depresión que abarca varias cosas. Es estado de depresión por haber dejado a sus comunidades, sus casas, sus familias y todos los recursos que ellos crearon durante años. Es un problema tan fuerte, donde termina mucha gente con problemas de salud, alcohol o drogas, tomando una determinación equivocada. Para la gente que viene del norte, deportada, que ha vivido cinco, diez o quince años en Estados Unidos vienen con ese mismo problema cuando les toca por cierta circunstancia que lo tengan que deportar, terminan aquí en la frontera con un estado de depresión tan fuerte en donde no encuentra un lugar. Es incluso una persona que es extraña en su propia tierra aunque sea mexicano", apuntó.

Muchos de los migrantes, al no contar con apoyo psicológico, una familia y un espacio para reinsertarse en la sociedad, terminan en las calles, en la canalización del río Tijuana, deambulando sin rumbo y refugiados en las drogas.

"No encuentran programas de ayuda; llegan y no hay nada, porque siempre los recursos que mandan para esos programas (apoyo a migrantes) no alcanzan para darles seguimiento. Esos programas integrales ya deberían estar puestos. Hay algunos pero no funcionan lo suficiente y el tiempo necesario para que esta comunidad que llega de manera constante", concluyó.


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