TIjuana.- Las imágenes de cientos de estudiantes recorriendo campus universitarios, con dificultad se repetirán este año a causa de la pandemia por el Covid-19, la cual registra más de nueve mil muertes a nivel nacional y poco más de 800 en el estado.
Ante ese escenario, directores, docentes y alumnos de universidad toman precauciones con miras al próximo ciclo escolar, el cual prevén continuará a distancia, teniendo un retorno a las aulas hasta que el semáforo de casos llegue a verde, mismo que por el momento se mantiene en rojo debido a los más de cuatro mil 800 casos positivos en la entidad.
La Universidad Autónoma de Baja California (UABC) retrasó alrededor de un mes el inicio del semestre 2020-2, el cual iniciaba en agosto y hoy en día está contemplado -siempre y cuando sea posible- para el 14 de septiembre.
En lo que refiere al actual periodo escolar, mantiene actividades como: exámenes ordinarios, periodo de inscripción, prácticas profesionales, servicio social, entre otras, a distancia, refiere un comunicado emitido por la casa de estudios.
Lo señalado trae aparejado una serie de cuestiones que obligan a las universidades a replantear la forma en que se imparte una clase, mientras que los alumnos también modifican sus rutinas de estudio al tener que trabajar desde casa.
Para la directora de Cetys Tijuana, Jessica Ibarra Ramonet, es muy probable que los contenidos sigan desarrollándose a través de plataformas digitales para no comprometer la salud de los que acuden al campus, sin embargo, ante un panorama cargado de incertidumbre, se están planteando diferentes escenarios.
"El Cetys es una institución que reconoce como su gran fortaleza el modelo educativo personalizado y un modelo educativo que favorece la presencialidad".
"Si a nosotros la autoridad nos abriera una semana el campus y nos dijera puedes tener al 20% de tu población, ese 20% y esa semana los vamos a tener", apuntó.
Para un posible retorno a los salones de clases, se tuvo que invertir en una serie de aditamentos que permitan mantener monitoreada a la población académica.
"Adquirimos muchas cosas, nebulizadores, termómetros, oximetros, estamos viendo lo de las cámaras termográficas, estamos preparándonos para en un regreso gradual cómo tuviéramos que cuidar la sana distancia, la densidad por espacio".
La nueva normalidad, plantea actividades con menor aglomeración de personas, en ese sentido, agrega Ramonet. "Ahí es donde va entrar una combinación muy padre de tecnología con la presencialidad, por ahí vamos".
Esta necesidad de realizar muchas de las actividades a través del internet, servirá para que estudiantes actuales y de nuevo ingreso mejoren sus aptitudes.
"Esto sigue adelante, esto no se detiene, tu formación es cuando más competencias vas a requerir para enfrentar la vida ante este mundo tan incierto, estos cambios tan radicales", enfatizó.
EL RETO DE LAS CLASES EN LÍNEA
Para educadoras como Karla Robles, docente de la maestría en Psicología de la Salud de la Facultad de Medicina y Psicología de la UABC, las clases a distancia requieren una preparación extra por parte de los involucrados.
"Falta que los maestros estemos bien preparados y conozcamos muy bien todas las alternativas que tenemos en línea para facilitar el estudio. Aunque tengamos la cámara enfrente y los 40 alumnos del otro lado la pantalla, siempre va ser distinto porque no hay una interacción persona o persona: siempre la pantalla marca una distancia más".
Mientras que en el caso de los alumnos, dijo que la iniciativa de aclarar dudas aunque sean clases remotas, debe estar presente, así como acercarse a los maestros a través de correos institucionales si los cuestionamientos persisten.
Del otro lado, la importancia de que los estudiantes comiencen a revisar por su parte diferentes contenidos de estudio se vuelve indispensable ante un escenario donde ya no se tiene al docente y compañeros a la mano para resolver dudas o proponer trabajos académicos.
"Tienen que aprender a valerse por sí mismos. De alguna forma ser autodidacta tiene que volver a crecer en los alumnos, ya no esperar a que el maestro dé toda la teoría y ellos nada más hacer la actividad o contestar un cuestionario: estar siempre abiertos aprender y buscar la información".
"Los alumnos así como le pierden el temor a cualquier red social, que también le pierdan el temor a todos los recursos para estudiar, si los maestros están poniéndoles a la mano, que los exploren y los aprovechen para que aprendan más y mejor", subrayó.
El reto no ha sido nada sencillo, luego que las clases como se solían conocer ya no son posibles, haciendo que los estudiantes pasen por un proceso de adaptación que en un principio no fue fácil, no solo por la cuestión académica, también por los que pasa en la actualidad en el mundo.
La estudiante del quinto semestre de la carrera de Asesoría Psicopedagógica de UABC, Melanie Maldonado, habló en entrevista cómo ha sido la experiencia de estudiar lejos del campus donde solía asistir de lunes a viernes.
"Se me han presentado dificultades con el internet, que está fallando la línea de los maestros, entonces estás en medio de una clase o una exposición y te desconcentras totalmente de lo que estaban diciendo".
"Es más difícil el aprendizaje porque yo soy más visual, entonces se me facilita ver a mis compañeros exponiendo en clase y si había dudas levanto la mano y pregunto al maestro, pero en línea no tienes tanta confianza de estar frente al micrófono, la cámara y preguntar", apuntó.
La posibilidad de regresar a las aulas conlleva una serie de medidas de higiene que permitan prevenir el contagio del Covid-19, en ese sentido, la estudiante comentó.
"Pienso que nos van a tener con cubrebocas obligatorio y ya no tan pegados en un salón de clases, tal vez un alumno en un mesabanco y otro vacío".
No obstante, dice que preferiría por un modelo de clases mixto ante el peligro de la pandemia. "Sería la mitad de clases presenciales y la mitad en línea, que los salones no estén tan saturados".
Por último, mencionó que la pérdida de las actividades presenciales en la universidad ha mermado el plan de estudio que habían desarrollado a principio de semestre, generando al mismo tiempo un sentimiento de decepción.
"Me tocaba impartir clases y talleres y esto nos movió todo cuando ya teníamos reservaciones. Sí me entristecí porque ya teníamos pensado qué hacer con el grupo, lo que íbamos a trabajar con ellos y de repente cambia", sostuvo.
Por lo pronto, decenas de docentes y estudiantes se preparan para encarar un regreso a clases muy distinto al que imaginaban. Los pizarrones, las bibliotecas, las conferencias y hasta la comida de la cafetería quedará a medias.
La pandemia ha obligado a lo anterior, haciendo que universidades busquen dentro de sus diferentes objetivos, el cómo mejorar ante un panorama que ya no permite mantener al personal y estudiantes bajo el mismo techo, o por lo menos no con la misma cantidad.
Es pues, que las actividades universitarias estarán reinventándose para poder cumplir la enseñanza, prácticas, talleres y otras actividades que solían conformar parte del día a día universitario.
Por último, directivos, docentes y alumnos, coincidieron en que la mejor forma de seguir llevando las clases de forma presencial, sin embargo, ante la imposibilidad de realizarlo, tendrán que adaptarse para no dejar de lado los estudios en lo que se normalizan la vida diaria.