A pesar de que recientemente el Congreso estatal volvió a prohibir las terapias de conversión, el arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón, comentó que muchas de ellas se dan en el seno familiar, motivo por el cual sería muy difícil erradicarlas.
Mencionó que en ese sentido “es muy difícil” prohibir las terapias de Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (Ecosig).
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Pero indicó que en el lado institucional se va a buscar la forma de realizarlas en un “sano equilibrio, evitando posiciones extremas”.
En el dictamen presentado por la Comisión de Igualdad y Género del Congreso, se entiende a las terapia Ecosig cómo: “Aquellas prácticas en las que se empleen medios forzosos, violentos, crueles, inhumanos o degradantes que atenten en contra de la dignidad humana con el propósito de anular, obstaculizar, modificar o menoscabar la orientación sexual, la identidad o expresión de género de las personas”.
El pasado 26 de mayo, se volvió a aprobar con 20 votos a favor, cuatro abstenciones y una reserva, el dictamen que sanciona a quienes obliguen o ejerzan este tipo de acciones en contra de cualquier ciudadano.
Esto después de que la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda realizará modificaciones a la primera reforma realizada el 21 de abril.
El arzobispo opinó que esta medida busca que no se fuerce ni violente a nadie, para que haga o deje de hacer algo.
“Si una persona realmente toma una decisión sobre su vida, tenemos que saber la voluntad respecto a su decisión, de manera que nunca sobreponernos sobre la libertad de cada uno en su vida”, comentó Moreno Barrón.
Entre las reformas aprobadas en la Ley para Prevenir y Erradicar la Discriminación en el estado de Baja California, se impartira una pena de dos a seis años de prisión y de cincuenta a cien horas de servicio comunitario a quienes impartan u obliquen a tomar este tipo de terapias.
Estas sanciones pueden aumentar en caso de que la víctima haya sido un menor de edad.
“Yo creo que esto va a permitir fomentar el respeto a la decisión personal de vida de cada uno y que las orientaciones, el acompañamiento que se de siempre sea en esa actitud de respeto”, finalizó el arzobispo.