Karina Torres
Tijuana.- Las condiciones de hacinamiento de la unidad deportiva Benito Juárez, (ubicada en Tijuana Baja California), en las que pernoctaban los migrantes pertenecientes al éxodo que viajó desde Honduras hasta la frontera norte de la República Mexicana, orilló a que las autoridades municipales, estatales y federales coincidieran en la renta de un nuevo espacio para albergar a las familias en contexto de migración.
Las enfermedades respiratorias y virales comenzaron a multiplicarse rápidamente entre las familias que dormían prácticamente al aire libre y con pocos metros de separación. Las bajas temperaturas y lluvias presentes en la región abonaron al incremento de enfermedades respiratorias, principalmente entre los menores de edad. Además, cuatro casos de varicela fueron confirmados por autoridades de salud.
“De acuerdo a la estadística ya son más de seis mil las personas que están alojadas en la unidad deportiva (…) un número fuerte de alojamiento era de tres mil 500 entonces, ya pasa de dos mil 500, que ya no es sobrepoblación; es hacinamiento. El caso de tuberculosis todavía no lo tenemos confirmado; se está haciendo el análisis. Yo no tengo los elementos para confirmarlo, pero sí los de varicela, los cuatro casos de varicela”, declaró Edgar Corso Sosa, quinto visitador general de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Aunque se implementaron jornadas de vacunación para menores de edad y adultos, la falta de baños y regaderas dificultó la estadía de los migrantes y la labor de las autoridades municipales y estatales que coordinaron el refugio desde el primer día de funciones. La falta de espacio orilló a que algunas familias se instalaran a las afueras de la unidad deportiva sobre la calle 5 de Mayo.
TRASLADO A ZONA ESTE
Durante dos semanas, los migrantes que arribaron a la ciudad, fueron canalizados a la unidad deportiva Benito Juárez rebasando rápidamente su capacidad de albergue. Días antes de iniciar su traslado, el intentar recorrer el interior de la unidad era casi imposible ante la instalación de carpas, casas de campaña y “tendidos improvisados” de las familias que buscaban resguardarse del frío.
El nuevo espacio seleccionado fue el antiguo centro de espectáculos conocido como “El Barretal” ubicado en la subdelegación Mariano Matamoros, en la zona Este de la ciudad, alejado de la frontera con Estados Unidos. De acuerdo con las autoridades locales, el nuevo lugar reúne las características para atender las necesidades de la población en tanto realizan los trámites correspondientes y permanecen en la ciudad.
A diferencia del primer espacio, el centro de espectáculos cuenta con un poco menos de tres mil metros cuadrados techados, área en donde fueron ubicadas las familias. El jueves 29 de noviembre, alrededor de las 17:00 de la tarde, y luego de una intensa lluvia que se registró a lo largo del día, comenzaron el traslado de los migrantes que pernoctaban en la unidad deportiva. Hombres, mujeres y niños, comenzaron el ascenso a los camiones que los llevaron al nuevo espacio rentado por autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM).
De acuerdo con el delegado del INM en Baja California, Edgar Antonio González Rubio Núñez, el instituto federal estimó en un promedio de 100 mil pesos mensuales la renta del espacio. Fueron las autoridades estatales las que proporcionaron una parte de las colchonetas y cobijas para las familias que aceptaron el traslado.
En total, el centro de espectáculos cuenta con 11 mil 524 metros cuadrados. Dos mil 958 de ellos, con área techada en donde fueron ubicadas las familias; los ocho mil 566 metro cuadrados restantes fueron acondicionados con carpas para ubicar a los hombres que viajan solos en la caravana, así como habilitar un área de atención médica.
De acuerdo a estimaciones de autoridades estatales, el centro puede albergar a un promedio de siete mil 500 migrantes, poco más de dos mil de ellos en el área techada, además de contar con más baños y regaderas.