En 2016 y 2017, Alicia Ramos perdió dos embarazos y tras esos duros momentos, cayó en una profunda depresión que superó con el apoyo de terapia y sobre todo de otras mujeres que habían pasado por situaciones similares, que la hicieron sentir que no estaba sola en ese trance de su vida.
“La primera pérdida fue un duelo muy fuerte, no diciendo que la segunda no. La primera experiencia uno tiene la ilusión de ser mamá, salir embarazada, uno empieza a hacer planes. De repente vas al doctor y que te diga: “Ya no está latiendo el corazón”, son palabras que uno nunca se imagina escuchar y no sabemos lo que uno va a sentir hasta que pasa el momento”, recuerda.
Su deseo de convertirse en madre no cesó y en octubre de 2022 inició un tratamiento que la llevó a una fecundación in vitro. Un proceso de reproducción asistida de alta complejidad que en Tijuana realizan clínicas especializadas.
“Ni me la creía cuando me dijeron que estaba embarazada. Yo le dije a la doctora que no iba a creer hasta que viera latir el corazón del niño y aún así cuando regresé a cita a las siete semanas, seguía sin creérmelo. Luego pensé hasta que nazca voy a saber que es realidad. Esos pensamientos eran una protección que uno se pone por la historia que había atravesado: dos pérdidas”, confesó.
Finalmente, el 20 de octubre de 2023, un par de días antes de su cumpleaños, Alicia vivió el día más feliz de su vida con el nacimiento de Adriel Mateo, el milagro que tanto esperaba y por el que luchó más de seis años.
“Es un sentimiento muy bonito, porque uno dice: este bebé nació de mí, lo deseaba, viene de mi parte, de mi esposo. Ahorita con seis meses está en la edad de que quiere hablar, es travieso, jala el pelo. Mateo es un milagro de Dios, mi milagro”, externó la mujer de 32 años.
Así como Alicia Ramos, otras mujeres experimentan dificultades para convertirse en madres, expuso la bióloga de la reproducción, Isabela Martínez Robles.
Recordó que la “calidad” de los óvulos es mayor en las mujeres jóvenes y con el paso del tiempo la probabilidad de embarazo disminuye.
“Hoy en día la tendencia es que pospongan por cuestión de profesión, que no sean madres tan jóvenes para realizarse en otras áreas. El problema es cada vez más frecuente”, agregó la también directora de Vida Instituto de Reproducción Humana del Noroeste.
La especialista indicó que otro problema es la alteración hormonal, algo que muchas veces las mujeres no detectan, y esto incide en la capacidad del óvulo para ser fertilizado, pero las causas pueden ser variadas.
“El problema en las trompas es muy común. Esto es cuando las trompas se pueden pegar, estar llenas de agua y no se puede llevar a cabo el transporte de esperma en las trompas. Esta puede ser una causa importante. También hay alteraciones en el útero y esto puede impedir que un embrión se implante”, explicó.
Luego de estudios a la pareja y un diagnóstico, Martínez Robles señaló que inician distintos tipos de tratamiento.
De baja complejidad como el coito, con un 3% de probabilidad de embarazo en el primer mes; inseminación artificial con 20% de probabilidad de éxito, o la fertilización in vitro, un proceso más complejo con porcentaje de éxito de 80% en el primer mes de tratamiento, aunque el promedio de éxito varía según la edad y condición de cada mujer.
“En fertilización in vitro extraes el óvulo femenino y pones directamente el esperma dentro del óvulo. Estás obteniendo el embrión, haces la fertilización en laboratorio y esos embriones se depositan dentro del útero para que ya nada más implanten”, detalló.
Los costos de cada tratamiento varían según su complejidad, con mínimos de cinco mil pesos hasta la fertilización in vitro que puede llegar a los 90 mil pesos.
¿OPCIONES EN EL SECTOR PÚBLICO?
Aquellas mujeres que deseen ser madres y no lo hayan podido lograr, tienen opciones limitadas en el sector público, con acceso a tratamientos de baja complejidad en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De acuerdo con Francisco Javier López Parra, coordinador de hospitales del IMSS Baja California, toda pareja con dificultad para lograr el embarazo puede acudir a consulta por primera vez a Medicina Familiar.
Ahí realizan pruebas diagnósticas como historial clínico, detectan factores de riesgo, solicitan estudios de gabinete como el ultrasonido vaginal y exámenes de laboratorio generales que irán canalizando a la paciente al segundo y tercer nivel de atención.
“El IMSS ofrece todos los tratamientos de patología ginecológica que causen infertilidad, así como oferta manejos asistidos con técnicas de baja complejidad, tales como medicamentos inductores de la ovulación, inseminación intrauterina de semen capacitado en laboratorio, técnicas de mínima Invasión como cirugía histeroscopia diagnóstica y operatoria, recanalización de salpinges por vía laparoscópica diagnóstica y terapéutica”, detalló.
Sin embargo, aclaró que a diferencia del sector privado, no hay tratamientos de alta complejidad que cuentan con mayor porcentaje de éxito y la subrogación del servicio es limitada.
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“Las técnicas de alta complejidad no se realizan en el Instituto, como inducción de la ovulación, la microinyección espermática; fecundación in vitro; transferencia de embriones; criopreservación de embriones; donación de gametos y embriones. Por el momento no se cuenta con servicios subrogados para la infertilidad, solo se subrogan estudios para diagnosticar las causas de infertilidad”, apuntó.
La Secretaría de Salud de Baja California respondió que los tratamientos para lograr el embarazo no están contemplados en el catálogo de servicios públicos.
¿ES INVIABLE ASUMIR ESTOS TRATAMIENTOS?
Para Reyna Ramírez Oropeza, fundadora del Instituto de Defensa Estratégica en Derechos Humanos, el sector público no está en condiciones de ofrecer tratamientos contra la infertilidad a mujeres por la alta carga que tienen los servicios sanitarios.
La abogada litigante e integrante de la Red de Mujeres Unidas por Baja California considera que existen otras prioridades que debe atender el sector salud antes que el derecho a ser madre que algunas mujeres podrían considerar esencial.
“Hay muchas situaciones que, para mí, merecen mayor prioridad, situaciones de salud con mayor gravedad ni siquiera el sector salud tiene las condiciones para poder proveer de temas de mayor emergencia”, expuso.
Consideró que aunque esto se llegara a impulsar por ley para obligar al Estado mexicano, no hay suficientes recursos para financiar estas opciones de tratamiento.
“Son servicios que no se pueden sostener en un país tercermundista. Es inviable ofrecer el acceso a tratamientos de fertilidad. Sabemos que son muy costosos y pienso que el sistema de salud mexicano no tiene las condiciones para poderlo proveer”, comentó.
Ramírez Oropeza hizo énfasis en el desembolso de recursos que significaría para el sector salud, en un contexto en el hay personas que demandan servicios dignos y se le sumaría un tratamiento que no garantiza que la mujer logrará ser madre.
“Son posibilidades mínimas y son costosas. ¿Cuánto le va a costar al estado proveer a mujeres que quieren calificar o quieren aplicar para recibir ese tratamiento?”, preguntó.
DATOS SOBRE EL ÉXITO DEL TRATAMIENTO
La Red de Universidades Anáhuac publicó en 2020 un informe en el que comparte el porcentaje de éxito, según un estudio de campo desarrollado por esta institución.
Abordaron a 566 personas con problemas de infertilidad, de las que 320 no se habían sometido a ningún tratamiento de reproducción asistida, 112 recurrió sólo a la inseminación artificial; 90 recurrió a la inseminación artificial después de la fertilización in vitro, y 44 lo intentó únicamente en la fertilización in vitro.
Con base en los números recabados por la Red de Universidades Anáhuac, los porcentajes de éxito de la inseminación artificial fueron del 9.4%, mientras que en la fertilización in vitro, el porcentaje fue de 41.0%, aunque se reduce a 20.1% si se considera solo los nacimientos con vida.