Tijuana.- Desde mediados de 2020, todos los días después del mediodía el servicio de agua potable se interrumpe en la casa de Brenda Matamoros y regresa hasta la madrugada.
Sin previo aviso de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), la residente de la colonia Mariano Matamoros Sur, de la delegación La Presa, se queda sin agua.
Pero ni la reciente temporada de lluvias trajo un mejor servicio a la casa de la familia de Brenda, donde vive con sus tres hijos y su esposo.
“Pregunto y solo me responden que están teniendo muchos problemas por fugas y están reparando poco a poco. No se puede hacer nada sin agua, aparte tienen las calles cerradas”, manifestó.
Ahora con el verano en puerta y confiando poco en la gestión de las autoridades, teme que el problema se agrave con más interrupciones al suministro.
“Claro que sí nos preocupa, ya que afecta mucho a las escuelas y suspenden las clases. Que solucionen rápido las fugas ya que afecta tanto el no tener agua como tener que ir a rodear bastante para poder llegar al domicilio con tantas calles cerradas que tienen alrededor”, expresó.
El sentir de la ciudadana contrasta con el ánimo optimista del gobierno de Baja California, que confía en que para este año no será necesario implementar un programa de administración de agua gracias a las precipitaciones de la temporada de lluvias que se está despidiendo.
Entre enero y marzo de 2023, datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dicen que en Tijuana cayeron entre 234 y 274 milímetros de precipitaciones, una acumulación muy superior al 2022, cuando cayeron 25 milímetros, es decir, una décima parte.
No obstante, expertos advierten que no hay que “lanzar las campanas al vuelo” ya que la sequía que enfrenta la región seguirá de forma permanente y es necesario un manejo inteligente del agua.
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LAS PRESAS EN BUEN NIVEL
El secretario para el Manejo, Saneamiento y Protección del Agua de Baja California (Seproa), Armando Fernández Samaniego, destacó que la presa El Carrizo, que almacena el agua que llega del Río Colorado, está en niveles del 67%, un porcentaje que contrasta con el 27% que había en los primeros meses de 2022.
“Tenemos más de 26 millones de metros cúbicos, hay almacenamiento, una buena gestión hídrica en el gobierno de Baja California, hay buena relación con agricultores, con CILA (Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos) y gobierno federal”, comentó.
Esos niveles de almacenamiento son los que despiertan el “optimismo” de un verano libre de los constantes “tandeos” implementados en los últimos años en el estado en un contexto de emergencia por sequía, reconocido por la Conagua desde el 12 de julio de 2022, cuando declaró el inicio de emergencia por sequía severa, extrema o excepcional en cuencas.
En aquel momento, el 100% de los municipios de Baja California experimentaban problemas de sequía, según informó la Conagua.
“Es de mi agrado informar que no se está planteando ningún programa de administración de agua, cosa que otras administraciones habían hecho durante algunos años. No va a ser así, hay agua suficiente”, expresó Fernández Samaniego.
Pero aunque la declaración del funcionario estatal parezca alentadora, el “fantasma” de la suspensión del servicio de agua potable sigue presente.
Solo para este lunes y martes, más de 630 colonias de Tijuana y Playas de Rosarito se quedarán sin servicio, si bien no por falta de agua, sí por una reparación más en el Acueducto Florido-Aguaje.
Además, el mismo secretario del Agua en Baja California reconoce que la sola temporada de lluvias no resolvió el problema de falta de agua.
“Esto no quiere decir que no hay un déficit en la ciudad de Tijuana, que podemos seguir desperdiciando como hacen muchos ciudadanos. Hay que seguir cuidándola, no hay que desperdiciarla, hay que cuidarla en medida de lo posible y hay que pagarla para invertir en infraestructura”, expresó.
Y más allá de tener suficiente agua almacenada, surge otra vez el tema del Acueducto Río Colorado-Tijuana que en las últimas administraciones estatales ha presentado fallas en el servicio eléctrico para bombear el agua por La Rumorosa, y fugas en la tubería inaugurada en 1982 con operaciones desde 1985.
“El acueducto es una infraestructura que tiene más de 40 años, muchos años no se le dio mantenimiento, puede surgir una eventualidad. De otra manera no va a haber ningún programa de administración de agua, nos estamos encargando de que la infraestructura funcione de manera correcta y estamos adquiriendo refacciones para cualquier eventualidad. Estamos bien, ahorita podemos decir que no va a haber ningún programa de administración de agua para este verano, aún así hay que cuidarla”, insistió el titular de la Seproa.
El almacenamiento en las presas tampoco es garantía de abasto para este verano, ya que según admitió Fernández Samaniego, la presa Abelardo L. Rodríguez, que tiene 30 millones de metros cúbicos almacenados, en el mejor de los casos será aprovechada hasta finales del año.
“Tenemos que hacer un par de reparaciones, empezando por la potabilizadora que extrae el agua de esa planta, no la estamos usando. Eventualmente van a ser factibles de utilizar, en este momento no es que no lo necesitemos, es que tenemos volumen suficiente en El Carrizo y eso nos da tiempo para tener inversión controlada y planeada que no se exceda en montos, para rehabilitar la planta potabilizadora de la Abelardo L. Rodríguez”, abundó.
La inversión será de aproximadamente 120 millones de pesos obtenidos mediante ahorros de la administración estatal para ejercerlos en el segundo semestre de 2023.
Fernández Samaniego habló también del Proyecto de Infraestructura de Saneamiento en Tijuana, Baja California y San Diego, California, para implementación inmediata y desarrollo futuro, aprobado en México el 12 de agosto de 2022, en el cual se basa el plan estatal en materia de agua.
“Vienen esas inversiones de más de tres mil millones de pesos en el Sistema de Aguas Residuales de la ciudad de Tijuana, desde la planta tratamiento de San Antonio de los Buenos. Otros emisores, colectores, todo el sistema de drenaje de esa parte se va a rehabilitar y se va a reponer. Se está trabajando y es un compromiso que tiene como fecha límite de ejecución el 2027”, subrayó.
“NO NOS PODEMOS CONFIAR”: CORTEZ
Alfonso Cortez Lara, investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef), considera que aunque se trate de resaltar el plan y la inversión millonaria de la que habla la Seproa, en el contexto actual no resulta suficiente.
“Acabo de ver un anuncio de más de tres mil millones de pesos del famoso Bono Verde. Por ahí se está considerando tener inversiones, pero esos proyectos no son de un día para otro. Por un lado se debe pensar en actividades como reparación de fugas que es muy frecuente. Se han dejado de hacer durante estos años para una mejor gestión del agua que permita un mayor acceso, una mayor disponibilidad en el mediano y largo plazo”, recalcó.
Añadió que las abundantes lluvias de los últimos meses no pueden quedarse en motivo de optimismo para las autoridades, sino que deben acelerar planes en el mediano y largo plazo para garantizar el suministro.
“En Baja California tuvimos una buena temporada invernal, es cierto que no podemos confiar en que esto va a ser algo en que podemos basar nuestra gestión del agua. Hay que tener claro que vivimos en una sequía de largo plazo, en una sequía prolongada. Hay un pico en este año, pero es a largo plazo. No puede ser que estemos dependiendo de la buena suerte de un buen año que sin duda va a sanar un poco la situación que veníamos viviendo desde años pasados. En el mediano plazo, seguramente vamos a tener esas dificultades si no implementamos otras medidas”, expuso.
El experto adscrito al Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente del Colef remarcó que los gobiernos deben reforzar la implementación de las alternativas para el aprovechamiento del agua como el reúso y de nuevo remarcó la relevancia de la reparación de fugas.
“Empieza la temporada de calor, julio y agosto estamos otra vez con cinturones apretados. Agradecerle a Tláloc que haya sido un buen año, ya terminó. No echar las campanas al vuelo y no tomarla como un descanso, sino como una oportunidad de hacer las cosas que se han dejado de hacer por varios años para una mejor gestión del agua”, manifestó.
Cortez Lara insistió en reducir el consumo industrial, urbano, gubernamental, en los organismos operadores y en el campo, porque se requieren al menos cinco inviernos como el que recién vivimos para recuperar niveles de agua que permitan tener el líquido necesario.
“Creo que necesitamos cambiar el enfoque desde la perspectiva gubernamental para invertir más en medida del manejo y la gestión de la demanda. Esa parte es la que necesita mayor atención, es la que puede tener y dar mayor garantía en el mediano y largo plazo para no seguir sufriendo en los próximos años, aunque tengamos una sequía enfrente”, concluyó.