Tijuana.- El linfedema es una de las secuelas más graves de la mastectomía radical de acuerdo con la asociación civil Pro Oncavi, que genera en las pacientes un cambio físico y emocional por el impacto en su imagen corporal, así como la movilidad de los miembros superiores.
“Es prácticamente una hinchazón del brazo por acumulación del líquido linfático, cuando pierden sobretodo ganglios, cuando se quita la mama se comprometen los ganglios y eso hace que tengan este problema de que ya no puede drenar bien el sistema linfático y se va acumulando esa cantidad de líquido en su brazo”, explicó Edith Pérez, directora de la asociación civil.
De acuerdo con la Asociación linfática de México AC, el linfedema se define como un aumento anormal de líquido rico en proteínas en el espacio intersticial debido a una alteración de la capacidad de transporte del sistema linfático, lo que se manifiesta por un incremento del tamaño o hinchazón de una extremidad o región del cuerpo.
Se va a dar en tres o cuatro mujeres de cada 10 que tienen una mastectomía radical, “como la mayoría de las mujeres siguen llegando tarde al diagnóstico no se puede rescatar la mama completa”, dijo Edith Pérez.
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Otro de los aspectos que intervienen en la falta de prevención de esta secuela es la deficiencia en estudios centinela, los cuales permitirían identificar qué tipo de ganglios están afectados, y ejercer acciones para su protección previa.
Laura Aceves Aguirre, de 51 años, fue diagnosticada en enero de este 2021 con cáncer de mama avanzado, requirió de una cirugía de mastectomía radical, la cual se le realizó en marzo de este mismo año.
Lamentablemente para Laura Aceves, el cáncer no fue el único problema, ya que posterior a la cirugía presentó un dolor recurrente en su brazo, y posteriormente hinchazón, en la atención que recibió por parte de los especialistas de la asociación civil Pro Oncavi, se le comunicó que se trataba de un linfedema, una secuela de la mastectomía.
“He tenido consultas desde que se me explicó qué estaba pasando en mi brazo, con una terapeuta, para evitar que el brazo presente mayor daño”, comentó Laura Aceves Aguirre, añadiendo que dos meses atrás recibió una manga elástica para colocarlo en su brazo, lo que le ha permitido mejorar la movilidad y disminuir el dolor.
La paciente dijo no tener conocimiento previo de lo que es el linfedema y que esta secuela pudiera presentarse posterior a la mastectomía radical, “uno no sabe, investigamos hasta que ya estamos sobre el problema”, comentó, afortunadamente dijo tener el apoyo de la asociación para atender, no solo el cáncer, sino el linfedema también.
Laura tiene que cumplir todavía más de la mitad del camino contra el cáncer de mama, “estoy en tratamiento activo, me programaron ocho sesiones de quimioterapias después de la cirugía, llevo seis y me faltan dos”, mencionó la señora.
Mientras que para el 11 de octubre tiene programa una tomografía para verificar que no haya quedado rastro del tumor cancerígeno que se extirpó con la cirugía de mastectomía radical, “estamos positivos, echándole ganas para salir adelante”, comentó, y aprovechó para exhortar a las mujeres que están llegando a los 40 años de edad a que “no dejen para otro día las revisiones de la mama, para tener mejores pronósticos es importante un diagnóstico oportuno”.
La paciente que va a ser operada de mastectomía radical, debe tener un cuidado preoperatorio, indica la directora de Pro Oncavi, “necesita iniciar con sus cuidados, pero a veces ni los propios médicos tienen la información para poderla proporcionar a las pacientes”.
El objetivo de la asociación es promover la información necesaria para que las pacientes se enteren que desde antes pueden “blindar su brazo, incluso entrar con una manga de compresión a la cirugía, para que sea el menor desgaste de este problema en su cuerpo”, agregó Pérez.
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Asimismo, destacó que toda paciente que es sometida a una mastectomía radical va a necesitar rehabilitación, tener cuidados especiales y usar una banda para tener una evolución favorable. Todo lo anterior requiere de vigilancia de un especialista, el problema radica en que no hay especialistas suficientes en la región.
“A veces se someten a masajes y lo único que hacen es causarle mayor problema, les dan terapia de calor, y también les afecta muchísimo”, dijo la directora de Pro Oncavi, de acuerdo a las experiencias contadas por las pacientes que en la organización civil han tenido la oportunidad de apoyar.
La asociación hizo contacto con la única especialista reconocida en Baja California para tratar los efectos del linfedema, “se atendió a mujeres de varias partes del estado, dándoles asesoría, consulta personalizadas, en gran parte se les consiguieron sus banditas para que pudieran tener esta prótesis de la mama, y reducir el problema”, detalló Edith Pérez.
La asociación busca incidir en la prevención de más casos de linfedema a nivel estatal, capacitando a voluntarios de las instituciones de servicios de salud públicas, a donde acuden las mujeres que van o ya tuvieron la cirugía de mastectomía radical
“Primero que pasen la información y segundo, sepan cómo se diagnostica, cómo se atiende, cómo se previene y sobre todo qué cuidados básicos debe tener la paciente en casa porque de ahí depende que el problema mejore o empeore”, concluyó la directora de Pro Oncavi.