El papel de Bonilla en elecciones 2021

Por las transmisiones matutinas del morenista, desfilan todo tipo de suspirantes

Juan Miguel Hernández | El Sol de Tijuana

  · sábado 29 de agosto de 2020

En las elecciones pasadas, Morena ganó las alcaldías y la gubernatura. Foto: Carlos Luna | Archivo

Tijuana.- La Suprema Corte de Justicia de la Nación frustró el deseo de Jaime Bonilla de gobernar Baja California por cinco años. Pero ni el máximo tribunal del país, va a lograr que el mandatario se mantenga al margen de las elecciones del 2021.

Es más, a 10 meses de los comicios del próximo año, el ejecutivo estatal está involucrado al 100% en la carrera electoral. Por las transmisiones matutinas del morenista, desfilan todo tipo de suspirantes. El que promueve un foro de migración programado para el mes de diciembre, la alcaldesa de la que Bonilla presume unos supuestos logros para combatir la inseguridad o de su ex empleado, que ahora encabeza uno de los cinco ayuntamientos, del que destaca en cada su oportunidad su “gran” labor para bachear el municipio más grande del estado.

Foto: Ángeles García | El Sol de Tijuana

Sin embargo, están los “negritos” en el arroz, como ha dicho en reiteradas ocasiones el ejecutivo estatal. Esos son la alcaldesa del Pueblo Mágico y el presidente municipal de Tijuana, Arturo González. Este último un claro suspirante por la silla que ahora ocupa Bonilla Valdez.

Vicente Sánchez, politólogo y profesor-investigador de El Colegio de la Frontera Norte, adscrito al departamento de Estudios de Administración Pública, dialogó con El Sol de Tijuana, sobre el rol de Jaime Bonilla en los próximos comicios, así como sus más recientes escándalos protagonizados por el mandatario.


El contexto político actual es muy complejo, es algo que en el pasado cercano no se había dado, como lo es un enfrentamiento entre un alcalde y el gobernador, además siendo del mismo partido.

Hay que entender que la conformación de este movimiento Morena, ha sido muy rápida la evolución que mantuvo para la llegada al poder. De hecho su transición para constituirse como un partido con reglas y con cierta disciplina interna que es propia de partidos y una serie de procedimientos institucionales, todavía está atravesando esas problemáticas.

No se han puesto de acuerdo para generar una nueva dirección del partido, al grado del que propio Tribunal Electoral tuvo que intervenir para imponerles una encuesta que aplicarán para tener una dirigencia legal y legítima de acuerdo a los procedimientos del partido. En Morena hay diferentes posiciones frente a la propia decisión del Tribunal.

Eso nos habla de gente que vino de diferentes orígenes en términos ideológicos y trayectorias particulares. Finalmente la política son intereses

Arturo González, alcalde de Tijuana. Foto: Carlos Luna | El Sol de Tijuana

¿Este tipo de enfrentamientos, qué tantos negativos le puede generar a Morena frente el electorado, ese ciudadano que en cada elección cambia su voto?

Como es primera experiencia en términos de la renovación de poder ya en manos de Morena, no sabemos realmente, porque parte del fenómeno de Morena, tiene que ver con su liderazgo, carisma y la forma del que el ahora presidente encabezó este movimiento.

Ahora en los estados mucho depende de la forma en que los gobiernos estatales operen, cuál es el nivel de aprobación que tienen y cuál es nivel de apoyo que tienen. Aquí tenemos ámbitos de poder enfrentados y el uso de recurso para bloquearse hasta donde sea posible.

No sabemos cómo va a percibir estos enfrentamientos el electorado, hasta ahora las encuestas dan con mayoría a Morena frente a las oposición que está bastante fragmentada y con cierto tipo de situaciones frente a las acusaciones que hay en el pasado reciente con el PAN en el manejo de recursos públicos. Hay una serie de cosas que todavía el gobierno puede estar usando para golpear a esa oposición


El que va a jugar un rol fundamental en la sucesión es Jaime Bonilla. Al final de cuentas él viene siendo un personaje cercano al presidente, era su representante en Baja California, es el actual gobernador y se percibe que quiere imponer su preferencia al momento de elegir al que va a ser el candidato de Morena.

Todo indica que por voluntad del gobernador, él sería el gran elector en términos tradicionales, sobre todo ante la ausencia de una estructura autónoma, ante el poder ya constituido. Aquí hablamos de un control muy directo del partido por parte de quien ejerce el poder público como tal, a la vieja tradición priista.

No sabemos cuál va a ser la relación de López Obrador en los gobiernos donde va a haber cambios en la próxima elección, en términos de que si va a ejercer ese papel protagónico a la hora de generar la sucesión de gobierno. Si se la va a dejar al partido o al gobernador en turno.

Eso todavía está por verse en una serie de juegos posibles al interior de lo que son los gobiernos de Morena con el partido como tal. Juega el hecho de que no haya constitucionalidad interna, el presidente tampoco ha establecido la línea de cuál va a ser su papel en términos de ese cambio y si le va a dejar el campo abierto a los gobernadores para que ellos tengan mano en las decisiones que le corresponderían al partido formalmente.


Considerando la fuerza que tiene Bonilla, el carácter y que uno de los que aspira es Armando Ayala, que incluso era empleado directo de Bonilla en su empresa. ¿Cree que haya el riesgo de un tipo Maximato, en donde el gobernador pretenda tener influencia total en su sucesor?

Por voluntad de él no queda duda. El asunto es que si eso implicaría una ruptura adentro del partido que le cause mayor daño, que se fragmenten las fuerzas de Morena, es decir, que dentro del propio movimiento haya el suficiente balance o tenga él, el suficiente control como para poder imponer o haya la suficiente fuerza de parte del partido a nivel local y nacional, para impedirle que imponga él directamente a un personaje que no tenía la proyección hasta antes que Bonilla lo esté impulsando.

(Ayala) no estaba incluso ni conocido en la opinión pública y de pronto lo pone en el trampolín, no sé si esto implicaría cierta desestabilización de la formación política, a pesar de que Bonilla es el dueño de la franquicia.

Las elecciones serán en 2021. Foto: Carlos Luna | Archivo

Lo que es una realidad es que Bonilla es un personaje muy particular, muy diferente a los otros gobernantes. Esto de que se enfrente públicamente a dos alcaldes, siendo del mismo partido, que incluso se enfrente al gobierno federal por temas como el de la caseta.

Tiene un perfil de cacique local, pero también nos habla mucho de que no tiene costos políticos para él. Él sabe ya que no puede aspirar a más. Fue senador, se va a la gubernatura y luego no logra los cinco años que pretendía. Ya no tiene mucho para dónde, salvo que tuviera aspiración a suceder a López Obrador en la Presidencia, pero no lo veo ahí.

No tiene costos políticos y no tiene límites en términos de las acciones que hace, dándose el lujo de contradecir al propio presidente. Quizás su aspiración es convertirse en el personaje que ostente el poder a nivel local, y hacerse el cacique regional, al estilo viejo del PRI, cuando había caciques regionales.

Eran personajes que se hicieron de territorios muy específicos, que se hicieron de poder y a través de ellos fluían las relaciones con el centro y se convertían en los dueños del territorio. Eso sería quizás las posibilidades que pudiera estar manejando el gobernador.