Karina Torres
Tijuana.- Luis, de 19 años de edad, sigue su recuperación ahora en el albergue “El Barretal” en la ciudad de Tijuana luego de que resultara lesionado de la cara durante el pasado 25 de noviembre, cuando se registró una movilización masiva por parte de la caravana, quienes intentaron ingresar a los Estados Unidos, pero fueron frenados con gas lacrimógeno y balas de goma por parte de los agentes de la Patrulla Fronteriza de la Unión Americana. Fue en este incidente donde una lata de gas lo golpeó a la altura de la nariz y permaneció bajo supervisión médica por varios días.
“Venía un grupo de personas, aproximadas 300 a 400 personas, y comenzaron a agarrarse a golpes con palos y piedras y gas lacrimógeno, y cuando yo vi eso intenté venirme y evitar ese poco de gente y policía. La demás gente hizo lo mismo que yo, intentó evitar los mismos que yo, pero me llegó un policía y a quema ropa me impactó, directo, me dejó semiconsciente, me tapó los ojos porque no podía ver por la sangre que me caía”, recuerda.
Posterior a las revisiones médicas, fue dado de alta y actualmente solo queda una cicatriz en su rostro, desde la frente hasta la parte media de su nariz. Actualmente, duerme en el albergue habilitado en el centro de espectáculos “El Barretal”, junto a las decenas de familias que esperan en esta ciudad fronteriza. Aseguró que, a pesar del intento fallido, su deseo es cruzar a los Estados Unidos y el incidente no ha frenado su intención de alcanzar territorio norteamericano.
“La única opción aquí en México sería Tijuana, te digo porque es el estado más cerca, más fronterizo. Me ha costado venir desde allá desde Centroamérica hasta acá, y retroceder otra vez no le hayo lógica, no está en mis opciones ir para atrás”, afirmó.
Espera que, en los próximos días, autoridades del consulado de Honduras se presenten en las inmediaciones de “El Barretal” y pueda tramitar sus documentos que perdió al cruzar la frontera sur de México con Guatemala. Ahora, solo espera una oportunidad para retomar fuerzas e intentar llegar al vecino país, ahora con sus documentos en mano.