Tijuana.- En cada temporada de lluvias, Tijuana vive un “caos”, derivado de la gran cantidad de encharcamientos que se generan en zonas estratégicas de la ciudad, ante la nula o poca capacidad, para procesar el agua por parte del sistema pluvial.
Lo que debería de ser una buena noticia por los bajos niveles de las presas, se convierte en un “dolor de cabeza” para las autoridades municipales y estatales, encargadas de vigilar la correcta operación del sistema pluvial.
La poca inversión pública en la materia, sumado a la falta de cultura cívica de un sector de la población que suele tirar basura en las calles, complica la dinámica diaria de la cuarta ciudad más importante del país.
DESARENADORES DE BASURA
Lo que originalmente fue planteado para contener arena, tierra o escombro, en la actualidad los desarenadores son receptores de basura y desechos materiales, que en tiempos de abundantes precipitaciones, representa un riesgo para colonias ubicadas en asentamientos irregulares.
Desde octubre pasado el ayuntamiento de Tijuana inició con la limpieza de los 29 desarenadores que hay en la ciudad, reportando avances de 98% en dichas labores.
Las obras de desazolve y retiro de desechos de las estructuras anunciadas por el gobierno de la ciudad, dieron como resultado la remoción de lodo, tierra, escombros, basura doméstica y pesada, muebles, partes de automóviles, animales muertos y otros residuos sólidos que al acumularse, causan situaciones de emergencia.
En un recorrido realizado por El Sol de Tijuana, se pudo constatar que pese a la labor de las autoridades, los desarenadores siguen siendo espacio para depósito de basura, por parte de algunos ciudadanos, que actúan impunemente, ante la insuficiente supervisión que existe.
Este medio de comunicación encontró en los desarenadores desechos como bolsas de plástico, cubetas, cojines, botellas, latas de cervezas, entre otro tipo de basura, la cual, significa un foco de peligro en caso de que se intensifiquen las precipitaciones.
INVERSIÓN NECESARIA
El presidente del Colegio de Arquitectos de Tijuana, Felipe García Cruz, explicó que ante lo compleja de la geografía tijuanense, los desarenadores juegan un papel fundamental en la época de lluvias.
“Los desarenadores son los cajones de protección para captar toda la arena, tierra, basura , escombros, cualquier elemento sólido, distinto al agua, lo que hace es un filtro para captar esos elementos sólidos y que continúe su paso el agua sin problemas”, agregó.
El especialista subrayó la relevancia de la supervisión constante de los desarenadores, por el efecto negativo que ocasiona en el resto del sistema pluvial de Tijuana.
“A los desarenadores si no se le da el mantenimiento o la gente tiene la costumbre de echar la basura y escombro, porque nadie me ve ni dice nada, esto genera una problema y un riesgo, porque a la hora que ya pase el agua, se bloquea y viene con más escombro, ya no se detiene en los desarenadores y se va de paso, lo que empieza a tapar las tuberías y sistemas pluviales”, apuntó.
García Cruz, reconoció que en Tijuana hay infraestructura pluvial bien hecha, desde la época de Ernesto Ruffo Appel, pero si no tiene el mantenimiento adecuado, se queda obsoleta, por el rápido crecimiento de Tijuana.
“Se ha ido haciendo obra pluvial adicional desde aquel entonces, pero en 80% no tiene el adecuado seguimiento antes de las lluvias, hay que ponerle más interés y ímpetu, tenemos que hacer obra de limpieza y prevención, y dos, hacer concientizacion para que la gente respete, porque nos estamos afectando a nosotros mismos, porque al echar basura, al rato se empieza a inundar, más la que vive cerca de estos sistemas de infraestructura, para que lo cuiden y reporten si están en mal estado”, concluyó.