Tijuana.- La tarde del sábado 12 de diciembre fue entregado el cuerpo de la niña Dulce María a la Casa Hogar Sonrisas de Ángel, para por fin darle una cristina sepultura así lo informó Jessica García Lerma, una de las mujeres que iniciaron el movimiento para que la niña cuyo cuerpo fue abandonado dentro de una hielera, no fuera envida a la fosa común.
Ya se liberó ayer, se hizo la liberación de Dulce María y a partir de las seis de la tarde y a las nueve de la noche en la funeraria Nueva Tijuana
Jessica García Lerma dijo que será velada en privado en la funeraria Nueva Tijuana en la colonia El Florido Primera Sección, el negocio ofreció otorgar el servicio gratuito.
Derivado de la pandemia de Sars-cov-2, no habrá acceso al público en el velorio, por lo que piden a los tijuanenses no acercarse al lugar para evitar aglomeraciones de más de 10 personas en el lugar.
Al medio día del próximo lunes 14 de diciembre, la niña Dulce María será sepultada en el Panteón Municipal Número 13, donde llevarán un globo blanco para dar el último adiós a la niña.
Dulce María fue bautizada con ese nombre por mujeres que se unieron para que la menor tuviera una identidad y evitar que se fuera a la fosa común, pues su cuerpo aún estaba sin identificar y no habría sido reclamada desde hacer poco más de tres meses.
La menor cuyo cuerpo fue abandonado dentro de una hielera por dos personas en la avenida Las Torres de la colonia el Pípila el pasado 30 de agosto, se desconoce su identidad y continúa siendo un misterio.
Sólo se sabe que Dulce María murió a causa de neumonía, tenía entre 5 y 10 años, padecía parálisis cerebral desde su nacimiento según los estudios de necropsia realizados por la Fiscalía Estatal.
El cuerpo de Dulce María presentaba desnutrición severa, por lo que aparentaba menos edad y tenía llagas en todo su cuerpo, lo que pudiera ser por omisión de cuidados y el padecimiento congénito que tenía.
La Fiscalía General del Estado informó que cuerpo no tenía el síndrome del niño maltratado y tampoco de violencia física, por lo que presumieron las llagas y desnutrición eran derivados de la parálisis cerebral y el desconocimiento de sus tutores.