Tijuana.- El mes del terror terminó y algunos sucesos en la ciudad hicieron honor a la festividad, no solamente las cientos de personas que disfrazadas disfrutaron de una tranquila noche en la avenida Revolución.
De terror, por ejemplo, está que en el gobierno de Baja California nadie haya aclarado a estas alturas cuántos de los 15 detenidos en la trifulca de taxis rojos con negro son realmente choferes.
“No sabemos si son o no transportistas y sí es importante precisarlo”, respondió esta semana el secretario general de gobierno, Catalino Zavala Márquez, quien “le aventó la bolita” al Instituto de Movilidad Sustentable (IMOS), y a la Fiscalía, pero en ambas oficinas se responsabilizan mutuamente.
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Pero el miedo de verdad lo vivieron las familias que perdieron su patrimonio durante los incendios por los vientos de Santa Ana que además cobraron la vida de una mujer de la tercera edad que no logró salir de su vivienda.
Y como sucede en las películas de esta temporada otoñal, aunque ya conozcamos la escena no deja de asustarnos: el ingreso ilegal de armas a México daría para una saga de muerte, mientras los decomisos y destrucciones no acaban con el enemigo.
El mes pasado la sangre derramada por esas armas fue de aproximadamente 150 personas, entre ellas la agente estatal Dalia Espinoza Suszek, asesinada frente a su hija de edad preescolar, y la del ex director de la policía de Tijuana, Mario Martínez.
Afortunadamente no todo en octubre fueron noticias de terror. El eclipse solar anular motivó a decenas de personas a levantarse temprano en sábado para ir al museo El Trompo y observar el fenómeno.
Además, un grupo de motociclistas develó el primer monumento al motociclista deportivo en la llamada “plaza del mapita”, junto a la avenida Intencionalidad, en la colonia Zona Norte.