Tijuana.- Un auditorio lleno de personas coreando una canción, el público que abarrota la cineteca o la multitud que aplaude de pie el final de una obra de teatro, son estampas que pertenecen al pasado y, que en un futuro próximo, serán difíciles de volver a replicar a causa de la pandemia provocada por el Covid-19.
La medida de permanecer al menos a un metro de distancia entre personas para prevenir posibles contagios del virus, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), provocará que los espectáculos sufran modificaciones para evitar aglomeraciones, dando pie a una nueva realidad para promotores, músicos, encargados de espacios culturales y por supuesto, el público que los consume.
Escenarios como el Centro Cultural Tijuana (Cecut), que suele albergar decenas de shows como danza, teatro, conciertos, exposiciones de pintura, entre otras, aplicarán al reabrir sus puertas protocolos de higiene en el personal de trabajo y en los visitantes, aunado a una reducción del cupo de asistentes en los eventos , según platicó Vianka Santana, titular del espacio.
"Va haber tres accesos y un cuarto acceso viable cuando haya cierto tipo de actividad. Los empleados vamos a tener nuestra puerta de entrada formal, porque hay que pasar el protocolo de la temperatura", comentó.
"La gente va a tener que apoyarnos y vamos a socializar en su momento. Que ande portando su cubrebocas en todo momento, manteniendo la sana distancia, nuestra venta de boletos va ser en línea, vamos a procurar en medida de lo posible que no haya impresión de boletaje ni de nada", añade.
La dinámica de llegar pocos minutos antes de una función y aglomerarse en la fila también quedará atrás.
"Cuando compres tu boleto te va a salir en qué hora tienes que entrar, porque queremos evitar esos momentos de mucho tránsito", explica.
De igual forma ya no se podrá ingresar de una sala a otra sin antes pasar por los accesos que el centro cultural planea para evitar contagios de Covid-19, buscando con ello una experiencia segura, comenta Santana.
La capacidad de los aforos también cambiará. La Sala de Espectáculos reducirá su espacio de 990 a 350 asientos
"Al día de hoy nosotros sabemos qué butacas estarán habilitadas y cuáles no, para que la gente pueda elegir", dice la directora del Cecut.
"El Imax de 300 butacas cambia a una ocupación de 100 butacas. Los vestíbulos de los museos van a tener una capacidad de alrededor de 60 a 70 personas, la sala Campbell que reunía los conciertos de los clásicos y nos desbordábamos con más de 200 personas. Con la sana distancia, ya con mapa de Autocad (programa de diseño) nos da para 52 personas, cambia mucho", destaca.
En el caso de eventos al aire libre estima que podrán tener entre 200 a 300 asistentes, sin embargo, habrá que adaptarse a las disposiciones del Ayuntamiento en torno a cuánto público se puede convocar para un evento en el exterior.
"No veo conciertos masivos en lo que resta del año y espectáculos mayores de 300 personas en el teatro. Lo que sí veo es que vamos a ir devolviendo la actividad al centro, pero continuaremos con lo virtual, porque mucha gente no está en condiciones de salir y la gente vulnerable tendrá en el otoño que resguardarse por la influenza", adelanta.
ESCENARIO CERO
Mientras lugares como el Cecut se preparan para atender de nuevo al público, la escena local de la música padece como muchos otros sectores los estragos económicos por la pandemia.
Xavier Torres, promotor de conciertos, músico y titular del programa de rock transmitido por Deutv.com "Desde el Underground", habla de la complicada situación que viven algunos de los artistas de la ciudad.
"Muchos de los que no están componiendo o creando están vendiendo sus instrumentos porque no tienen otra manera de recibir dinero o generar, eso es bien duro porque es tu instrumento, pero tienes una hija, una familia que hay que darle de comer y eso es muy difícil", revela.
"Algunos que tienen por ejemplo un amplificador arrumbado lo venden o lo cambian por algo que necesitan... regresó mucho el trueque, a eso estamos cayendo muchas personas", asegura.
La cancelación de fechas de conciertos y festivales ya confirmados fue otro golpe duro, del cual no se podrán recuperar pronto al ser de los últimos eventos en regresar a las ciudades y al mismo tiempo por las restricciones que habrá, según Torres.
"Seamos realistas, así como se van ir abriendo foros, no va a ser al 100%. Por ejemplo en un Blackbox (recinto para conciertos), a lo mejor de 800 personas que le caben va a haber 100", estima.
Ante ese escenario, las tarifas de los boletos tendrían que incrementarse para costear la renta del espacio, el pago de la banda, técnicos de audio, luz y personal en general que labora en la presentación de un concierto.
Sin embargo, no existe una cultura local de remunerar al artista, de acuerdo con las experiencias vividas por el promotor.
"Un show en Tijuana de bandas locales, malbaratado, sale en 50 pesos y te avientas de tres hasta 10 bandas, y aún así era difícil para el promotor y las propias bandas que la gente pague", cuenta.
"Las personas sí pueden pagarlos como pueden pagar un seis (de cerveza) de 200 pesos, pero no lo van a hacer, esa es la cruda realidad, nos hemos dado cuenta que a la gente lo que le importa es ir a tomar, a gastarse todo lo que traiga de dinero en cerveza que pagar por entrar", lamenta.
En las presentaciones en vivo, los músicos suelen recuperar más dinero de la venta de discos compactos, camisetas, calcomanías y otros productos en comparación con lo que ganan por concepto de boletaje, agrega el promotor musical.
En ese mismo sentido, la directora del Cecut, se expresa acerca de lo complicado que es hacer de las artes un modo de vida.
"Los artistas viven en una constante intermitencia laboral, muchas veces sin derecho a vivienda, a los derechos que tiene cualquier otro ciudadano que trabaja en una fábrica, en una empresa, gobierno", compara.
"A veces sin servicios médicos también, y sin embargo, en los momentos más críticos ¿quiénes son los que salen al paso?, ¿quiénes van y acompañan a los migrantes en los albergues y les llevan música?", cuestionó refiriéndose a los cantantes y bandas que a pesar de la situación hacen un esfuerzo para compartir su arte.
Pese a los obstáculos, los músicos buscan mantenerse en pie, dice Torres.
"Algunas bandas ya se están reactivando, están haciendo sus ‘live session’ (sesión en vivo), están grabando, están componiendo, están ensayando, eso es bueno porque eso nos da esperanza", afirma.
"Mientras las bandas sigan subiendo un poco de material fresco a las redes sociales vamos a irnos retroalimentando de esto y darnos la idea de que es una nueva modalidad", comenta.
Por último, hace énfasis en la necesidad de apoyar económicamente a los creadores para mantener vivas sus aportaciones.
"La mayor recomendación para apoyar a un artista del rubro que sea, es comprando su arte", resalta.
CONCIERTOS POR INTERNET; UNA OPORTUNIDAD DE REINVENTARSE
Los conciertos vía internet han sido para solistas y agrupaciones una oportunidad de mantenerse activos, compartiendo su material y al mismo tiempo generando ingresos.
Esta nueva modalidad que se prevé continúe en los próximos meses, luego que los conciertos presenciales regresarían hasta el próximo año, significa un reto para los músicos, platicó Oliver Martínez, integrante de la banda local Rollo California.
"He tenido la oportunidad de ver conciertos vía streaming de mis bandas favoritas, pagados y sinceramente creo que los artistas sean de disquera o independientes pecan mucho de no reinventarse en los shows".
"Creo que ni el público ni nosotros músicos en México estamos preparados para una reinvención de forma innovadora. Para que la gente se vuelva loca por los conciertos streaming va a tardar mucho", asegura Oliver.
Bandas de Sudamérica y Europa, añade el músico local, han reinventado sus canciones y realizado shows preparados que incluyen mejores producciones de vídeo y audio para que el espectador tenga un impacto con las frecuencias musicales a través de las bocinas o los audífonos, un hecho que cree se debe buscar replicar en el país.
La carrera de músico desde antes de la pandemia era complicada, y hoy en día el esfuerzo lo es aún más ante el cierre de escenarios, la baja economía, y por supuesto, el virus del Covid-19.
Mientras las presentaciones en vivo tardarán en regresar tal vez hasta el próximo año, los conciertos en línea toman presencia y buscan ser parte de la Nueva Normalidad, una donde también se requiere concientizar al público sobre la remuneración a los artistas.
Para el integrante de Rollo California lo anterior son retos que nadie esperaba, pero que al mismo tiempo dan razones para seguir haciendo letras y sonidos que den vida a la música, al arte que nos hace cantar.
