Las fallas de Mission Bay ubicadas en San Diego y San Miguel en Playas de Rosarito son las fracturas de terreno más cercanas a Tijuana, una ciudad sísmicamente activa, señaló el director de Protección Civil Municipal (PCM), Miguel Ángel Ceballos Ramírez.
Explicó que las fallas más relevantes para generar un sismo de alta densidad se ubican hacia el Este del Valle de Mexicali, como la falla de San Andrés que viene desde el norte de la región.
“Es una región sísmicamente activa, pero estamos hablando de la región, por las importantes fallas con más capacidad para generar un sismo de importancia, se encuentran un poco más al Este, hacia el lado de Mexicali su valle o hacia la falla de San Andrés o un poco más al Norte”, detalló.
Sin embargo, las fallas de Mission Bay y San Miguel están inactivas ya que no han presentado movimientos entre las placas tectónicas.
Manifestó que dichas fallas son altamente activas con la capacidad de generar sismos de magnitud mayores de 6.5 grados, como el terremoto del 4 de abril de 2010 que fue de 7.2 grados.
Resaltó que no porque no haya un alto índice de sismos en la ciudad no significa que no se encuentre en un terreno vulnerable, por lo que es importante que la ciudadanía tenga la cultura de prevención.
“Hay que recordar el sismo del 4 de abril de 2010 que nos generó un sismo de 7.2 que fue bastante sentido en la ciudad de Tijuana. Es importante que mantengamos siempre la cultura de la prevención en el sentido de que estamos en una zona sísmicamente activa”, señaló.
La Zona Río de la ciudad es una superficie con mayor sensibilidad de las actividades de movimientos tectónicos comparado con otras áreas de Tijuana que no se percibieron.
“Algunos sismos que se sintieron más importantes fueron en la zona del río el año pasado, el resto de la ciudad no tuvo una percepción tan alta, pero la Zona del Río sí con microsismos en Tijuana”, indicó.
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN
Explicó que las familias deben conocer los protocolos de prevención ante un desastre natural, como son los simulacros que dan cada año, con el objetivo de crear conciencia en la comunidad.
“Tenemos que tener nuestro programa familiar de Protección Civil para estar lo mejor preparados, hacer nuestros simulacros en casa tal como nos lo enseñaron durante la etapa escolar”, comentó.
Señaló que gran parte de la ciudad es susceptible a deslizamientos por las lluvias, cortes de terreno, excavaciones y construcciones irregulares, pero, cuatro delegaciones son más vulnerables en deslaves: Sánchez Taboada, San Antonio de los Buenos, Playas y Centro.
“No hay que olvidar tener a la mano nuestra mochila de emergencia. Todo lo que podemos llegar a requerir en caso de una emergencia y que podamos evacuar en el menor tiempo posible en nuestros hogares”, expresó.
Compartió que es muy importante detectar si la estructura de las viviendas están dañadas pues podrían complicarse más durante los movimientos tectónicos durante un sismo.
Recomendó observar qué tan resistente es la estructura de la vivienda, pues si se visibilizan grietas y estructuras en desnivel podrían ser más vulnerables en desvanecerse.
“Observar que tipo de cimentación tiene o si a lo largo de los años se han presentado, por ejemplo, las grietas o separaciones en las losas de concreto, y es importante plasmarlo en el programa familiar de protección civil”, recomendó.
Consideró que siempre y cuando el hogar tenga una estructura adecuada podrían considerar áreas para que sus habitantes se resguarden durante un sismo de alta magnitud.
Mencionó que uno de los mitos es que salir de la casa es lo más razonable, sin embargo, podrían correr riesgos al rodearse de edificios verticales, bulevares con postes de luz y otros objetos que podrían caer.
Indicó que lo más recomendable es detectar un punto de encuentro, pues al momento de un sismo los sistemas de comunicación en la ciudad colapsan.
“Tener un punto preestablecido puede ayudar a encontrarnos con la familia, podría ser un parque o una unidad deportiva con cielo abierto para tener la garantía de que es seguro”, consideró.
Mencionó que no hay puntos generales establecidos por Protección Civil, sin embargo, en la página de la dependencia los albergues y unidades deportivas municipales son áreas seguras para la ciudadanía en caso de un incidente de gran impacto.
“Buscamos que las unidades sean con cielo abierto, las cuales cuentan con grandes extensiones como canchas de voleibol, fútbol y béisbol que se pueden habilitar para esas situaciones”, opinó.
Añadió que todas las construcciones tienen un estudio para saber cómo se comporta el edificio durante un sismo, y deben obedecer un Reglamento de Construcción establecidos.
Comentó que la Dirección de Administración Urbana del Municipio se encarga de autorizar y denegar las peticiones del uso de suelo en edificaciones, condominios, incorporación urbana y fusión de predios dentro de la ciudad.
Destacó que con la construcción de nuevos edificios verticales en Tijuana es necesario respetar los lineamientos de la DAU, evitando daños en las estructuras durante un sismo de alta intensidad.
´Puedan soportar esas cargas o esos movimientos que nos está generando y que no tenga ninguna complicación. Es importante cumplir con el reglamento”, recomendó.
Juan Manuel Rodríguez Esteves, investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef), opinó que la ciudad no está preparada para enfrentar los efectos de un sismo de más de 6.5 grados Richter.
Señaló que los sismos de alta magnitud tendrían consecuencias dependiendo de la zona, por ejemplo, es muy probable que se presenten deslizamientos en áreas más vulnerables de la ciudad.
“Como en los cañones, donde muchas viviendas pueden no estar firmamento construidas para soportar los movimientos laterales o verticales”, consideró.
Comentó que también las áreas planas podrían registrar movimientos conocidos como “licuefacción”, las cuales ocurren cuando el suelo pasa de estar sólido a líquido, generando inestabilidad en el terreno.
“Tal y como sucedió en algunas parcelas en el Valle de Mexicali el 4 de abril de 2010, cuando se registró el sismo de magnitud 7.2”, recordó.
FALTA CONOCIMIENTO
Luis Mendoza, paramédico voluntario de la Cruz Roja Mexicana (CRM), opinó que aún falta concientización en la comunidad porque aunque los simulacros y protocolos se han vuelto rutinarios, los ciudadanos se lo toman a la ligera.
“Algunas personas están mal informadas de lo que se debe y no hacer en el momento de un sismo. Se ha vuelto algo rutinario con el tiempo, creo que es necesaria más conciencia de lo que está sucediendo”, comentó.
Señaló que la Cruz Roja Mexicana busca concientizar a la comunidad, por lo que acuden a escuelas desde nivel básico hasta superior para mostrar a los estudiantes qué se necesita para hacer una mochila de emergencia.
“Se trata de concientizar a la comunidad en general, en las escuelas y sectores públicos sobre qué debe contener una mochila de emergencia”, expresó.
La mochila de emergencia debe contener: alimentos no perecederos, ropa impermeable. baterías, lámpara de mano, actas de nacimiento, identificaciones, agua embotellada, botiquín de primeros auxilios y un cambio de ropa.
Señaló que la Cruz Roja Mexicana Estatal (CRM) cuenta con un equipo especializado en desastres naturales integrado por voluntarios socorristas.
“Se activa un grupo de voluntarios llamado: equipo estatal de respuesta temprana”, comentó.
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Señaló que el equipo está conformado por médicos, paramédicos básico e intermedios, y en caso de ser grave el escenario, se utilizan las unidades todo terreno y vehículo anfibios.
“Funciona únicamente cuando el municipio no puede. Por ejemplo, si Tijuana tiene un colapso de unidades y no pueden solucionar su emergencia, se solicitan unidades de otros municipios y a su vez se activa el sistema estatal”, detalló.
