Daniel Ángel Rubio
La oficina de la Dirección es una camioneta y el área de atención a padres de familia tres sillas que miran a la avenida Baja California en la colonia Camino Verde, marcada como una de las más conflictivas por inseguridad.
A unos metros un grupo de alumnos de tercer grado de secundaria, una extensión de la escuela #68, toma clases al aire libre porque el plantel ya no tiene espacio para estudiantes como Jonathan Fernández Benítez.
“Estamos bien, pero nos faltan aulas, y tendríamos que adaptarnos mientras llegan (…) la mañana está fresca, pero después sale el sol”, comentó.
El profesor Enrique Jiménez Landero, encargado de la dirección que usa su auto como oficina, dijo que se vieron obligados a tener a los estudiantes en la intemperie porque no hay más escuelas en la colonia y la demanda crece.
“La propia ley nos obliga a atender a todo aquel que requiere de un espacio en la escuela, y más sí está cercana a su casa”, comentó en entrevista no lejos de las únicas aulas de madera que componen el plantel.
La escuela nació en 2016 y tuvo ya su primera generación de egresados con el apoyo de la comunidad para levantar y sostener la escuela que igual ha sido víctima de la delincuencia, porque tampoco tiene barda perimetral.
“Nos atendemos como hemos podido (…) aquí no se les pide absolutamente nada, ellos mismos nos han ofrecido su apoyo y todo será bienvenido”, agregó el encargado de la dirección
Porque lo que empezó con 17 estudiantes hoy es una secundaria con 150, y son 35 de ellos los que están tomando clases a la sombra de un árbol, aunque Enrique Jiménez considera turnar a los grupos.
Aseguró que las actuales autoridades del estado conocen y han apoyado, además la siguiente administración ya también conoce de su situación, por eso confía en que pronto tendrán respuesta.
“Se tiene el estigma de que ésta es una comunidad difícil. Con todo respeto le digo a la sociedad: volteen a vernos, estamos en una comunidad de gente trabajadora, de gente honesta”, comentó el profesor Jiménez Landero.