Tijuana.- Ha pasado un año ocho meses desde que la oficial de la Policía Municipal, Velia Natividad Munguía González, rescató a un niño de nueve años de un domicilio en el fraccionamiento Playas de Tijuana. Momentos antes, el padre del menor se había atrincherado y abierto fuego en contra de decenas de elementos de seguridad de los tres niveles de gobierno.
Ese día, Munguía González acudió a la calle del Pedregal de ese fraccionamiento para atender un reporte de disparos de arma de fuego, sin saber lo que le esperaba. Llegó a la zona donde estaban las primeras unidades policiacas y recibió instrucciones de sus superiores para ingresar a la casa una vez que la situación estuviera controlada.
"Entré, y en coordinación con compañeros municipales y estatales salí corriendo con un niño en brazos, mi intención era saber que el niño estuviera bien y llevarlo a la ambulancia. Que lo revisaran y hacer el procedimiento adecuado para que estuviera a salvo", recuerda.
Velia relata que este evento violento impactó su vida cuando descubrió que el padre del niño, José Félix “N”, había matado a su esposa —que a la vez era su hermana— y una noche antes había asesinado y enterrado en el patio de su vivienda a su hija de apenas seis meses de vida.
"Es una de las experiencias de mi trayectoria policiaca que no tenía el deseo de tener, por el tipo de situación. Pero cuando nos ponen al frente, estoy muy agradecida con Dios por poder tener la sabiduría para salir adelante con esto", dice.
Aquella balacera dejó a dos agentes municipales con heridas leves de bala, lo que significó para Munguía González descubrir lo que puede enfrentar.
"Estaba esperando que me dieran instrucciones para entrar a la casa, cuando estás en este tipo de situaciones no sabes lo que realmente harás porque en la academia te entrenan para actuar automáticamente a cualquier situación. Entras, actúas y sales", recuerda.
ATENCIÓN PSICOLÓGICA
Después de ese día, fue atendida por psicólogos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), con la intención de que no tuviera secuelas.
"Tenemos el apoyo de psicólogos y de personas con la capacidad y el conocimiento que te van dando las bases para cuando entres al lugar de la situación que te encuentres, tengas una guía para poder actuar y decidir en el momento”, cuenta Munguía González.
Dice que por lo regular acude una vez al año a recibir atención psicológica, a excepción de que se presenten eventos que requieran intervención profesional. "Como cuando perdí a mi madre hace casi dos años, yo sí tuve la necesidad de que me ayudarán a vivir mi duelo".
SSPC NO ESTÁ OBLIGADA POR LEY A DAR APOYO PSICOLÓGICO
Pero, aunque la profesión de los agentes municipales es de alto riesgo, la SSPC y las demás corporaciones policiacas de Baja California no están obligadas por ley a enviar a sus elementos para recibir atención psicológica luego de verse involucrados en eventos como el que vivió Velia Munguía.
Los municipales son los encargados de actuar primeramente en casos de emergencias, como detonaciones de arma de fuego, accidentes viales y demás situaciones de emergencia.
En algunas circunstancias están expuestos a lesiones de armas de fuego, de armas cortas, accidentes vehiculares durante las persecuciones policiacas, enfermedades y algunas veces hasta amenazas por parte de las personas que detienen.
La secretaría de Tijuana cuenta con un área de atención psicológica desde el 2002, esta dependía en un principio del titular de la SSPC, en el 2008 pasa a ser parte del Instituto de Capacitación y Adiestramiento Profesional (ICAP).
“En el 2013 el ICAP empezó a realizar talleres psicológicos para solventar recomendaciones emocionales del examen de evaluación de control y confianza, para el 2016 se implementó el Programa de Desarrollo del Potencial Humano para todo el personal adscrito a la secretaría, en el cual se determina la aptitud psicológica de los dos mil 423 uniformados para portar arma de fuego”, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad.
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal, son los elementos los que deben agendar una cita para que uno de los cinco psicólogos con los que cuenta el área los atienda.
Pero según el doctor Antonio Irán Muñoz, director del ICAP, en esa área "tenemos lo mínimo que se requiere, pero que no es suficiente, tenemos un gran sentido de compromiso de pertenencia del personal".
Señaló que la salud mental de los elementos es indispensable para llevar a cabo labores de seguridad en el municipio, por lo que dijo que están buscando mejorar esa área. Aunque no dio detalles de cómo lo harán. Asimismo, indicó que como corporación no están obligados por ley a brindar atención psicológica a los oficiales de la Policía Municipal.
VULNERABLES A AGRESIONES
"El participar o intervenir en una acción policial genera diversas causas o tipos de alteración, trauma, o daño psicológico", dice Irán Muñoz.
Afirma que los elementos de la policía municipal "constantemente" son evaluados psicológicamente para poder acreditar lo necesario para mantener su licencia de portación de arma de fuego. Requisito que solicita la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a la SSPC.
Dice que en lo que va de la administración, más de 900 oficiales y algunos de sus familiares fueron atendidos psicológicamente.
"Se hacen evaluaciones de manejo de la ira y otro tipo de problemas cuando un oficial se ve involucrado en una situación como una riña conyugal, cuando participan en un operativo o se ven en la necesidad del uso de la fuerza para agredir. O esposas de oficiales caídos que requieren atención", comenta.
VERGÜENZA AL RECIBIR AYUDA
Pero no todos los uniformados van con los psicólogos para cuidar su salud mental como lo hizo la oficial Munguía González. El director del ICAP dice que el principal factor por el que los elementos no acuden constantemente a atención psicológica, salvo que sea una orden de sus superiores, es porque se cohíben al ser vistos por sus compañeros ingresando al consultorio con los especialistas.
"Es una cuestión de nuestra misma cultura. De qué van a decir: estoy loco. Cuando es todo lo contrario, necesitamos trabajar en la privacidad, para que sea íntima la atención", dice.
El Sol de Tijuana buscó en varias ocasiones una entrevista con el área de psicología de la SSPC, y aunque nunca la concedieron, respondieron algunas preguntas por escrito:
Agentes deberían acudir atención psicológica por lo menos una vez a la semana.
De acuerdo con el psicólogo clínico Rafael Eduardo Alcaraz, los oficiales deberían ser atendidos psicológicamente una vez a la semana, ya que de esa forma podrían externar cualquier situación que se les presente de manera pronta. "Si no es posible una vez a la semana, sería bueno el hecho de que pudieran tener por lo menos una consulta mensual, ya que podría salir algún tipo de situación que requiera de inmediata intervención", comenta.
"Dejar pasar un mes de una situación de estrés les puede afectar en las interacciones que tienen diariamente", añade.
"El hecho de que reciban apoyo es bueno debido a que ellos están en la línea de fuego, literalmente van a ser ellos los que van a tener que acudir en situaciones de emergencia a donde sea el foco o donde esté el problema", concluye.
ERRÓNEO USO DE SU ARMA DE CARGO
A finales del 2019 se registraron dos casos en la ciudad en donde elementos de la Policía Municipal cometieron delitos con su arma de cargo. El primer evento en noviembre de ese año en la colonia Villa Fontana, cuando un agente accionó su arma en contra de un perro de raza Pit Bull, que estaba amarrado en un árbol y ladraba mientras el oficial atendía un reporte. El uniformado fue removido de su turno y puesto bajo investigación de Asuntos Internos de la SSPC.
Un mes después, una oficial de nombre Alina “N” asesinó a su pareja sentimental con al menos cuatro impactos de bala tras una discusión en su domicilio en la colonia Santa Rosa Ciudad, delegación Playas de Tijuana.
"Desconozco si estos dos casos fueron motivados por alguna situación de estrés, pero con el entrenamiento y capacitación con la que cuentan pudieron resolver esto de una manera diferente", dice el psicólogo clínico Rafael Eduardo Alcaraz.
