Karina Torres
Tijuana.- En los últimos años el cuidado del medio ambiente se ha vuelto de los temas trascendentales en las agendas de organismos naciones e internacionales. El exceso de residuos que terminan en el mar, los derrames de aguas negras y la conservación del ecosistema ha impulsado la creación de productos biodegradables y amigables con el medio ambiente, a fin de sustituir el exceso de plástico que fabricamos y consumimos.
A nivel regional, los productos desechables biodegradables han comenzado a permear en las grandes empresas. Algunas han sustituido los contenedores de la comida para llevar por productos elaborados con materia orgánica. Pero pese al crecimiento de esta “economía verde”, la región aún no cuenta con empresas locales dedicadas a la fabricación de estos productos. Los altos costos de creación han retrasado su llegada tanto a Tijuana, como Baja California, reconoció Alberto Juárez, gerente de Comunicaciones en la empresa Ciclo, dedicada a la distribución de este tipo de productos.
“Curiosamente tu pregunta porque sí hemos estado buscando, pero hay una cuestión. Podrá haber un fabricante que nos hemos topado y lo que está muy suave es que te puedes encontrar a jóvenes, a lo menos unos estudiantes en una feria de UABC y que se aventaron un producto biodegradable, un popote, un tenedor, un contenedor y dices ¡Qué padre! que ya tenemos aquí la misma iniciativa de los jóvenes de generar, sin embargo, el costo es caro. Y una fábrica como tal no existe todavía en el Estado”, afirmó.
Ciclo es actualmente una de las pocas empresas dedicadas a la distribución a nivel regional e internacional, de productos desechables orgánicos. El proyecto surgió con la intención de abonar al cuidado del medio ambiente que compaginan con pláticas informativas y talleres en escuelas y empresas gastronómicas de la localidad. Aunque la empresa tiene apenas un año y medio de vida, reconoció que el camino no ha sido fácil, ya que el producto no se encuentra fácilmente en la localidad y muchas empresas han mostrado una resistencia al cambio.
“Nuestros retos como tal, van más por la parte de resistencia al cambio (…) es más la idea de meter un producto y que vas a en contra de una industria tan pesada como es el plástico, ese es el reto y obviamente el tratar de hacer cambios en los hábitos de las personas”, expresó.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), alrededor de 13 millones de toneladas de plástico son vertidas en los océanos cada año, afectando la biodiversidad, la economía y potencialmente nuestra salud. América, Japón y la Unión Europea son los mayores productores de desechos plásticos per cápita y sólo 9% de los nueve mil millones de toneladas de plástico que se han producido en el mundo ha sido reciclado.
De continuar esta tendencia, los informes de la ONU citan para 2050 tendremos cerca de 12 mil millones de toneladas de desechos plásticos en los basureros y en la naturaleza. Actualmente las variaciones de productos biodegradables permiten a los consumidores elegir entre una gama de opciones que favorecen al medio ambiente. Productos creados a base de fécula de maíz, semilla de aguacate, cartón, bagazo de caña, concha marina y PLA (ácido poliláctico) son algunos de los que se ofrecen a través de las empresas distribuidores y redes sociales. Aunque Alberto Juárez reconoció que su adquisición si representa un incremento para los compradores.
“Varía por producto. Hablando de los básicos te podría decir que en algunos casos, están 35% más caros los productos biodegradables (…) algunos (empresarios) poco a poco van haciendo los cambios a productos biodegradables empezando por productos muy básicos como lo son los cubiertos y los popotes ¿cómo?, pasando el precio final al consumidor”, explicó.
A pesar de representar un costo mayor la adquisición de estos productos, confió que la suma de empresas que implementen su consumo, aunado al impuso de políticas públicas que permitan una regulación a bajo costo, harán posible que este nuevo esquema de economía verde de paso a la creación de empresas locales dedicadas a la fabricación de estos productos.