Tijuana.- Cuando en 1793 Olympe de Gouges fue guillotinada por sus textos políticos y su exigencia de igualdad entre hombres y mujeres, la lucha feminista ya tenía algunos antecedentes.
Si la mujer tiene derecho a subir al cadalso, debe también tener derecho a subir a la tribuna, había escrito la filósofa y combativa francesa considerada un hito en el devenir histórico de la lucha de las mujeres.
Su reclamo era porque la Revolución francesa no había resultado lo igualitaria e incluyente que prometió, y más de dos siglos después, las mujeres están de nuevo en el escenario político marchando, gritando, asentándose para hacerse notar.
Mariana González Piña, especialista en estudios de género y académica de Cetys Universidad, dice que la iniciativa de un paro de mujeres como la convocatoria #UnDiaSinNosotras, aunque no es nueva, tiene mayor dimensión.
“Aunque tenemos muchas cosas legales, aspectos positivos, en la vida cotidiana e incluso en la interacción con instituciones, seguimos encontrando obstáculos. Por eso se dice que vivimos en una igualdad formal, pero no real”, comenta.
En Tijuana los pronunciamientos para no sancionar a las mujeres que se unan a la convocatoria no han faltado. La Secretaría de Educación del estado con sus 11 mil mujeres en plazas docentes y administrativas solo en nivel básico; el sector industrial con más de 114 mil mujeres trabajadoras y la Policía Municipal con 374 uniformadas, por ejemplo.
“Estamos haciendo ajustes en lo que son itinerarios, en lo que va a ser cubrir los diferentes distritos para que la seguridad se siga brindando”, mencionó el secretario de seguridad y protección ciudadana, Jorge Alberto Ayón Monsalve, entrevistado durante una exposición fotográfica sobre mujeres policías.
La postura de la Asociación de la Industria Maquiladora y de Exportación (Index), en cambio, fue más cautelosa sobre la posibilidad de sancionar la ausencia en la nómina.
“Cada empresa tiene sus costos, cada empresa tiene sus políticas (…) lo que decimos es: sean empáticos, hagan lo que más le convenga”, dijo casi al finalizar esta semana su presidente Luis Manuel Hernández.
Según la Asociación de Recursos Humanos de la Industria en Tijuana (Arhitac), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), registra 114 mil 316 trabajadoras en el sector manufacturero, y representan el 41% de esa fuerza laboral.
En total Tijuana tiene registradas ante el seguro social a 216 mil 697 mujeres trabajando en todos los sectores, reportó la asociación civil.
La Secretaría de Salud estatal fue contactada para conocer el número de personal femenino y su postura frente a la convocatoria, pero no dieron información.
Solo trabajadoras del IMSS dijeron que no les justificarían el día pero surgió la propuesta de vestir una playera con un mensaje de apoyo.
“Creo que hay empresas que lo hacen por no verse mal, y también es algo que tenemos que cuestionar. Si van a reponer horas, eso no tiene ningún sentido. Es sumarse para seguir la corriente pero sin tener una reflexión de lo que implica”, dice la académica González Piña.
Mientras platica del significado de la convocatoria, inevitablemente llega al feminicidio, ese crimen que ha adquirido rostro con los casos retomados por la caprichosa corriente de las redes sociales.
No siempre pasa, porque otras historias serán carpetas de investigación esperando ser resueltas lejos de la presión pública.
De acuerdo con datos de la Fiscalía General Estatal (FGE), hasta este viernes 6 de marzo habían sido asesinadas 29 mujeres en esta ciudad.
“No solo es la violencia sexual en sí misma la que alarma, lo que enoja. Sino además la reacción social, porque seguimos viendo que las personas, no todas pero una gran cantidad, sigue culpando a las víctimas”, comenta Mariana González.
La historia cuenta que tras la muerte en la guillotina de Olympe (que en realidad se llamaba Marie Gouze pero al enviudar prefirió el apellido de su madre antes que la etiqueta de viuda..) vino una serie de corrientes dentro del feminismo: radicales, liberales, socialistas, etcétera.
“Las feministas radicales, uno de las cosas que consideran valiosas, es tener espacios exclusivos de mujeres donde puedan dialogar, y entonces muchas de ellas todavía siguen buscando espacios separatistas. Por eso estas nuevas formas de organización o reglas en las manifestaciones”, comenta la académica de Cetys.
Habla por ejemplo de la insistencia de algunos grupos feministas para que los medios de comunicación solo envíen a mujeres, al punto de agredir a hombres periodistas que cubren sus marchas.
La especialista en estudios interdisciplinares de género en Cetys justifica la exclusión de hombres en general porque asegura que el privilegio de la palabra, y por lo tanto la atención, la tendría el hombre.
“En estos contextos de manifestación, de reivindicación de derechos, luego adquieren aun sin quererlo, mayor protagonismo”, comenta.
La violación al libre ejercicio del periodismo, cuando las mujeres se presentan en la vía pública justamente para hacer notar sus denuncias, es otra discusión tanto o más densa que también está en curso pero menos visible.
¿En esta nueva movilización de mujeres, qué papel juega el hombre? ¿El de enemigo?
Es una pregunta pertinente y compleja, no creo que haya una única respuesta. Es una posición complicada para los varones porque sí los veo de: ‘¿Entonces qué hago? ¿Hago? o ¿No hago?’ No es que los varones tengan un gen de la maldad, por supuesto que no. La problemática es que no son todos, pero desafortunadamente son muchos, son suficientes como han dicho algunas mujeres, para que a todas nos haya pasado que cuando menos una vez nos hayan gritado en la calle, nos hayan seguido, nos hayan querido manosear.
Cinthya Gómez Tagle, coordinadora de la maestría en derecho de la Universidad Iberoamericana, considera que la división no es necesariamente la respuesta.
“Me parece muy importante, y una gran oportunidad para hacer notar en este momento a las autoridades de una manera pacífica la necesidad de que se implementen las medidas necesarias y se garantice la seguridad de las mujeres”
“Lo importante es sumarse como hombres, como mujeres, para buscar la seguridad de la mujer, básicamente la esencia de este movimiento es la seguridad de las mujeres”, subraya.
Mariana González, de Cetys Universidad, cree que en este escenario los hombres deben reflexionar sobre su rol porque ambos géneros enfrentan retos distintos.
La reflexión cabe incluso en el movimiento feminista, de acuerdo con Francisca Barrientos, historiógrafa y geógrafa integrante del colectivo chileno Coordinadora Universitaria por la Disidencia Sexual (CUDS).
En el libro “Un feminismo sin mujeres”, compuesto por ensayos sobre post-feminismo, habla de un fracaso del feminismo como arma política de lucha y la necesidad de que la mujer “se atreva a escribir contra sí misma”.
“Pese a que se ha rebelado contra su cultura paterna sigue siendo mujer, continúa reconociéndose en función de esos supuestos iguales que le ha impuesto el sistema identitario: sigue mirando al mundo en términos binarios.”
“Para refundar al feminismo es necesario lograr que las estructuras se quiebren y que se muestren sus fallas”, sostiene Francisca Barrientos.
Al final, dice la especialista en estudios de género en Cetys, todo esto llevará a un replanteamiento de la relación entre hombres y mujeres.
“Dejar de naturalizar lo que nos han dicho: hombre es igual a violencia. Que empecemos a cuestionar y deconstruir esas cosas para poder transformar esta sociedad”.
