Tijuana.- Con nuevos retos para hacer periodismo en una sociedad cada vez más compleja por su propio desarrollo, la meta es continuar mejorando para los seguidores de siempre y para quedar en la memoria de los nuevos.

Porque este último año, el primero de nuestra tercera década, ha sido intenso pero también reconfortante por la confianza que nos han dado o refrendado como su fuente de información.

Una pandemia que cambió nuestra manera de vivir, una sacudida al régimen político local, la violencia que no da tregua y una intensa vida diaria, son elementos perfectos para seguir escribiendo sobre el devenir de esta frontera.

José Cueva Pelayo, historiador y estudioso del periodismo bajacaliforniano, conoce bien las vicisitudes de los medios locales y de la herencia que han dejado a quienes hoy tenemos la responsabilidad de recoger los sucesos más importantes.

Destaca la relevancia que ahora tienen los medios digitales, como alguna vez cobraron notoriedad la radio o la televisión, pero advierte que la prensa escrita sigue siendo base y teniendo una influencia muy especial en la vida pública, a pesar de todo.

“Estamos en crisis. El papel, son evidentes esas nuevas redes sociales y el trancazo del presidente de la república”, comenta.

En ese paraje adverso, este periódico no solo hace un esfuerzo por seguir llegando en su versión impresa, sumando además una oferta de semanario los sábados con la edición especial “Fin de semana”, sino que viene luchando por ganarse un mejor espacio entre la amplia oferta de medios en internet.

Esto último, cobijado por una red nacional de casi 50 periódicos y más de 20 radiodifusoras que forman la Organización Editorial Mexicana (OEM).

En redes sociales y en nuestro portal, tratamos de seguir la velocidad de los habitantes de esta ciudad, muchos de ellos con una vida transfronteriza que los mantiene interesados en lo que pasa en México y Estados Unidos.

Por esa misma razón, los periódicos y los periodistas en este estado no son distintos a su comunidad: mantienen una liga que los vincula necesariamente con los sucesos en Estados Unidos, cuenta Cueva Pelayo.

Suscríbete aquí a El Sol de Tijuana, periodismo en serio

“Esa circunstancia da al periodista de Baja California una posición muy importante a través de la historia de México. Están en dos mundos”, destaca.

Con esa realidad en mente, El Sol de Tijuana procura con frecuencia traer a la mesa los temas que importan de ambos lados de la frontera, desde lo ambiental hasta lo migratorio y por lo tanto, lo político.

De la misma forma el periodismo bajacaliforniano en el pasado hizo frente a la amenaza, real o ficticia, de la anexión de esta península a Estados Unidos, cuando al mismo tiempo luchaba por defender la mexicanidad de sus habitantes porque en el centro del país la ponían en duda.

El también promotor cultural José Cueva tiene registro de esos episodios en los que la prensa puso sobre cualquier otro interés, el de su población, que son sus lectores y por lo tanto su valor.

Aunque advierte que esa influencia y ese alcance para moldear la realidad que tiene el periodismo, es el arma de doble filo que seduce a los que solo quieren el poder.

“Los políticos siempre han tenido el deseo de tener un medio, una voz. Aunque no aparezcan ellos allí, de todas maneras sus segundos están”, afirma el historiador y periodista.

“A través de las elecciones políticas, era común ver que surgían muchos medios de comunicación para impulsar o defender la posición del político en turno, y creaba periódicos. Esa es la importancia”, añade.

Claro que en ocasiones el poder político ha logrado cooptar medios e influir en sus líneas editoriales usando los recursos públicos

Esa realidad no es exclusiva de Baja California, aunque sin duda la proliferación de plataformas de noticias gracias a la red digital, abrió ese abanico.

“No todo mundo está preparado o está consciente de la responsabilidad que se tiene ante los medios por la gente que te lee. Desgraciadamente gente mal orientada o mal preparada, desorienta”, comenta José Cueva Pelayo.

Debido a esto, en el capítulo que le ha tocado escribir al actual equipo de El Sol de Tijuana, la apuesta editorial es por ser vehículo y arma de nuestros lectores recogiendo y presentando a todos los actores públicos, sin filias ni fobias.

El primer fotógrafo de El Sol de Tijuana

Como muchas personas más, Carlos Luna llegó a esta frontera “por un rato”. Dejó su estado natal, Puebla, y cinco años después estaba trabajando como parte del equipo que fundó este diario. Recuerda los talleres de fotografía y como si fuera con linotipos, tiene grabados en su mente muchos de los episodios y nombres de los periodistas que formaron con su paso El Sol de Tijuana.

Sabe bien que los cambios no han sido sencillos, aunque se ha adaptado a cada uno con compromiso y responsabilidad, pero sobre todo con una energía que lo hace ir de aquí allá con su cámara para seguir documentando la noticia.

Sencillamente, es el fotoperiodista de origen de El Sol de Tijuana y su historia.