Daniel Ángel Rubio
El Sol de Tijuana es testigo de la vida pública y al mismo tiempo escribe desde la esquina de México su propia crónica. La empezó en 1989 cuando Baja California se convertía en referente de la alternancia política en México.
Alberto Mena fue reportero de la sección política para el primer número de este diario y dice que era un ambiente de algarabía.
“Una sociedad muy activa, muy inteligente”, platica el periodista con casi 40 años de trayectoria y parte de la Organización Editorial Mexicana (OEM).
Recuerda que casi por casualidad consiguió en Ensenada una plática exclusiva con los padres de Ernesto Ruffo Appel, el ganador de aquella histórica elección.
“El fotógrafo me dijo que íbamos pasando por la casa (…) toqué la puerta, batallé un poquito porque no nos abrían, hasta que finalmente la señora nos abrió. Fue muy agradable”, comenta.
Alberto fue una de las alrededor de 20 personas, entre reporteros y técnicos, que llegaron de sitios como Ciudad de México y Durango para apoyar a este nuevo diario fronterizo.
Al parecer un retraso en la fecha de lanzamiento habría obligado a traer apoyo para el equipo local. El hecho es que el primero de octubre llegó a los lectores El Sol de Tijuana.
Desde esa primera portada con el gobernador interino Óscar Baylón Chacón reconociendo la victoria de la oposición, ya son 29 años de acompañar a los tijuanenses, naturales y adoptivos, en los sucesos que cambian nuestra realidad.
Tras la llegada de Ernesto Ruffo Appel a la gubernatura siguieron la devaluación del peso, los estragos por la tormenta “El Niño”, el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, el atentado al periodista Jesús Blancornelas, las consecuencias en la garita por el atentado en Nueva York, y contando.
Así en casi tres décadas, con el paso de reporteros locales y foráneos recogiendo detalles de los sucesos diarios, este periódico ha colaborado para contrastar ideas sobre nuestro entorno.
Y si los recuentos del periodismo bajacaliforniano coinciden dando un lugar especial a Blancornelas, Rubén Vizcaíno, Rogelio Lozoya Godoy y Rubén Téllez Fuentes, El Sol de Tijuana puede presumir que este último ocupó su dirección en los años 90.
Todo ese camino trajo también novedades como las plataformas digitales que hoy son la plaza pública donde El Sol de Tijuana interactúa con nuevos lectores.
Esto sin olvidar a quienes prefieren un ejemplar impreso entre las manos. Por eso en marzo de 2017 cambió de formato tradicional a tabloide, y en enero de este año mejoró su diseño.
Finalmente, sin importar cuánto cambie el proceso para llevar información y el acceso de los reporteros a herramientas como internet, el periodismo sigue exigiendo rigurosidad y congruencia, dice Alberto Mena.
UN POCO SOBRE EL PERIODISMO REGIONAL
Falso, que la inmediatez sea una exigencia nueva en el periodismo o al menos es relativo. La necesidad de conocer a la brevedad posible lo que pasa en el mundo está en el origen del diarismo bajacaliforniano, gracias a la guerra.
El escritor mexicalense Gabriel Trujillo Muñoz cuenta en “Los años 1941-1947: Despegue del periodismo profesional en Baja California”, cómo la Segunda Guerra Mundial fue el resorte cuando solo había semanarios y bisemanarios.
“La guerra es el tema de moda. La guerra es la noticia que acapara conversaciones en oficinas y hogares, en centros comerciales y tertulias. Y la guerra, como todos saben, es el mejor impulso para que las empresas periodísticas prosperen y aumenten sus tirajes”, escribió.
Así nació en 1941 El heraldo de Baja California, al que Trujillo Muñoz llama “el veterano de la prensa bajacaliforniana”, porque vivió más de medio siglo.
Ese orgullo lo puede compartir con La Voz de la Frontera, otro integrante de la familia OEM, que recién cumplió 54 años en Mexicali.
Pero nadie puede afirmar que el poder político, económico o criminal hoy día se sienta cómodo con una prensa comprometida con su función.
Gabriel Trujillo cuenta que El Heraldo fue fundado por Rubén Darío Luna, ahijado de Rubén Darío, ícono del modernismo en las letras hispanoamericanas, y que años atrás lo intentó con El Eco Nacional, pero solo duró cuatro meses.
“Fueron los días más difíciles que yo he pasado. Vinieron enviados del gobierno del general Bernal, gobernador del distrito norte, y se acabó nuestro intento de diario”, dice Trujillo Muñoz citando a Darío Luna.
LA ACTUALIDAD Y LOS RETOS
Las condiciones en la relación prensa gobierno sí han cambiado en estos últimos casi 30 años, dice Diana Merchandt, catedrática de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
Cuenta que el gremio regional también enfrentó el control del México posrevolucionario, y que la alternancia de partido gobernante en esta península abrió mayores espacios de crítica.
Lamentablemente, subraya, hoy existe una interdependencia con la publicidad oficial de por medio y da paso a la “censura sutil”.
Como otros observadores, ignora lo que traerá el nuevo gobierno federal que apuesta por recortar el presupuesto público para medios de comunicación.
Esto, dice, la profesora de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, sin olvidar que falta mucho para mejorar el entorno en el que se ejerce el periodismo.
“Sin los periodistas no se puede construir algo más importante, que es la democracia, la ciudadanía informada, la ciudadanía que se puede poner en acción”, destaca.
Por eso en un ambiente como este, donde el periodismo vive su propia crisis por distintas razones que se conjugan, el aniversario de cualquier periódico es un motivo para celebrar y reenfocar esfuerzos.
El reto del periodismo parece ser entonces el reencuentro con los ciudadanos para tener su respaldo. Con esto en mente, El Sol de Tijuana espera seguir siendo parte de la comunidad muchos años más.