La niñez que vive con autismo tiende a tener dietas de alimentación muy estrictas debido a que suelen limitarse por la textura, color y aspecto de los platillos.
Para poder contrarrestar el hecho, los psicólogos Eric Moya y Nayeli Bucio, brindaron a través de una conferencia virtual, diferentes consejos para los padres de familia que enfrentan el reto de que sus hijos ingieran más alimentos.
"La hora de la comida se puede hacer como algo lúdico y no agresivo. Vamos aprovechar estas cosas (personajes animados, animales) que le gustan tanto a nuestros niños para poder hacerle figuritas, un poquito más de juego, no se trata de verlo como algo intimidante, se trata de irlo sensibilizando", dijo Bucio.
La motivación, subraya Moya, es vital en este proceso de ir descubriendo alimentos. "Mucho de lo que necesita nuestra población, estos niños, es la motivación. Si no hay motivación, ese agrado, si no hay eso bonito que nos llama la atención, ni se va a sentar bien, ni va hacer la tarea, ni va a querer probar alimentos".
Para el caso de las frutas y verduras, las cuales suelen ser rechazados por los niños no solo autistas, sino en general, Moya añadió algunos consejos sobre cómo lograr que las coman.
"Que lo manipule, que juegue con ella, de repente objetos de frutas de juguete, el colorear en los manteles que señala dónde va el plato, donde va la cucharita. Que la aplaste, coloreé, que la conozca en el platito y se la vamos presentando".
"Esto quizás de una manera de juego y no de alimento. Comentan que no es terapia de juego, pero si es terapia de sensibilización, entonces lo vamos acercando", concluyó.