Tijuana.- La primera ola de migrantes haitianos llegó a Baja California en 2016. Alrededor de 17 mil ingresaron a México con el fin de solicitar asilo humanitario en Estados Unidos, de acuerdo con el director de Atención al Migrante, Enrique Lucero Vázquez.
Desde entonces, algunos de ellos y sus familias decidieron quedarse en la ciudad a rehacer su vida, luego que el procesamiento de asilo político fuese tardío y actualmente por dificultades con las citas mediante la aplicación CBP one.
Para algunas mujeres la estadía en Tijuana ha sido un reto, enfrentando discriminación y racismo en la sociedad, señaló una de las representantes de las comunidades haitiana y africana en el albergue Espacio Migrante, Jessie Valcin.
Como expositora en el primer Foro Estatal de Acceso a la Justicia para Mujeres y Disidencias, realizado en CUT Universidad de Tijuana, destacó que los principales problemas que la comunidad migrante femenil atraviesa es la discriminación en centros de salud, laborales y educativos.
Esto fue descubierto a través de una encuesta realizada tanto en Tijuana como en Tapachula, Chiapas.
En entrevista para El Sol de Tijuana, Jessie platicó cómo las mujeres son tratadas de manera diferente por su color de piel, su idioma y hasta por su apariencia física.
“El momento en que llegamos sí había mucha discriminación y cuestiones de racismo y microagresiones. Como tocarte sin tu permiso, comentarios sobre el cuerpo de las mujeres negras. Han sido muy sexualizadas, muy estereotipadas y sigue hasta el día de hoy”, afirmó.
La violencia contra la mujer es todo acto que resulte, o pueda tener como resultado, un daño físico, sexual o psicológico, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada.
¿En qué consiste el censo que realizaron?
Las encuestas se realizaron con la comunidad africana, haitiana y también con la comunidad centroamericana. En la comunidad haitiana se realizaron 255 encuestas en Tijuana y otras 115 en Tapachula.
En las entrevistas se les preguntaban primero sus datos generales y después empezamos con las preguntas de cuestiones de vivienda, salud, lingüística, derechos y otros derechos.
¿Cuántas mujeres participaron en la encuesta?
Se le aplicó en general a la comunidad a partir de los 18 años de edad.
Sin embargo, en mujeres no hubo bastante participación, sino la mayoría fueron hombres, ya que al momento de hacerles la entrevista, más en Tapachula, tenían que pedir autorización a sus parejas.
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A pesar de la baja participación de la comunidad femenil, ¿Qué detectaron en las encuestas?
Lo que hemos encontrado es la violencia obstétrica. Hasta el día de hoy la siguen practicando en los hospitales públicos de Tijuana. Por ejemplo, al momento de dar a luz, ha sido los comentarios de la comunidad, que las mujeres haitianas lloran mucho, por eso las tienen que amarrar al momento de dar a luz. Algunas de ellas han dado a luz en la calle porque no les brindaban espacio.
La otra y más importante, es que los hospitales no cuentan con un intérprete en el área de salud. Además de aplicarles métodos anticonceptivos sin su consentimiento.
¿Sigue la aplicación de métodos anticonceptivos a las mujeres haitianas sin su aprobación?
Las parteras ancestrales han tenido varios casos de violencia hacia la comunidad migrante. Lo que he escuchado es que a principios del 2018, las mujeres comentan que en los centros de salud les ponen métodos anticonceptivos sin su consentimiento.
Las mujeres se dan cuenta cuando presentan algún tipo de molestias que antes no tenían, quizás en la intimidad se dan cuenta que tienen puesto el Dispositivo Intrauterino (DIU).
¿Iniciaron un trámite con alguna autoridad para que investigara estos casos?
Sí, hubo muchas quejas y nos acercamos primero con Derechos Humanos para presentar con mayor fuerza la demanda, pero al momento de hacerlo a veces la familia ya no está en Tijuana, ya cruzó. Entonces no hay testigos que pueda dar continuidad a esos casos.
Por el momento, puedo contar dos casos que presentaron y una de ellas estuvo presente haciendo traducciones, pero las familias tuvieron que cruzar (E.U.A) y no pudieron dar más seguimiento.
¿Cuál consideras la principal necesidad que las autoridades de Baja California tendrían que atender con la comunidad haitiana?
Sería tener intérpretes, porque no es posible que hayan llegado alrededor de 13 mil personas desde la primera ola en el 2016 para tener una forma legal y nunca han tenido un intérprete al hacerlo.
Normalmente la población no habla español, por más despacio que hables, no te van a entender, es completamente absurdo en el momento que lo hacen y hasta es muy molesto.
Tenemos dos idiomas oficiales, pero el más hablado es el creole, no el francés.