Tijuana.- El 7 de abril pasado, Irma decidió incorporarse al ejército del personal sanitario que combate al Covid-19 en el Hospital General de Tijuana.
Doctora de profesión y por convicción, la joven desestimó las recomendaciones de sus seres queridos que le sugerían resguardarse en casa y no atender la convocatoria de la Secretaría de Salud que anunciaba la contratación de médicos y enfermeras. “No estudié medicina para quedarme en casa”, manifiesta.
Han transcurrido cinco semanas desde que entró a la batalla, puede decirse que toda una vida o quizás deba precisar “muchas vidas y muertes”. Relata que ha enfrentado a veces en un mismo día, acompañar a un paciente para darlo de alta y ver su salida del hospital, siempre con el júbilo de una vida salvada. Y horas después, bajar escaleras pensando cómo dar la noticia a una esposa, hijos o unos padres de que su familiar ha muerto.
“Como todo en la vida surgen situaciones que se te salen de las manos, han muerto pacientes en mi turno, mientras he ido bajando las escaleras para hablar con la familia, busco las palabras correctas para mantenerme tranquila”, confiesa.
Su turno es de lunes a viernes de 2:00 de la tarde a las 10:00 de la noche. La vida normal se queda a la puerta del Hospital General, cuando comienza a vestirte para entrar a su área de trabajo, sabe que vienen las horas de amar más la vida, pero también de respetar cada día más a la muerte.
Ningún día es igual, hay de todo, pero el ritual para vestirse como soldado contra el Covid-19 es el mismo. Antes del inicio de cada jornada debe ponerse un traje especial que lo describe como “súper incómodo y muy caliente”, además de dos capas de guantes, lentes, cubrebocas y careta. El principal problema de su armadura llega cuando tiene sed o quiere ir al baño, pues tarda hasta media hora en hacer el proceso de nueva cuenta.
“He vivido también muchas alegrías, con enfermos que lograron comunicarse con sus familias y si ya se estaban recuperando lo hicieron más rápido. He sentido mucho dolor por los que se han ido. Ningún paciente pasa por mis manos en vano, cada uno me va dejando nuevas experiencias”, comenta.
Una anécdota en particular que recuerda la joven de 32 años, fue aquella vez que le prestó su teléfono celular a un paciente que estaba internado en el área de terapia intensiva, para que se comunicara con sus familiares que estaban fuera de la ciudad, los cuales llevaban varios días sin conocer ninguna noticia de su ser querido.
La historia de Irma es una de las tantas que ha dejado la pandemia de Covid-19, en medio de tantas malas noticias, surgen héroes anónimos que dan el 100% para lograr que las familias tijuanenses enfrenten la pandemia con la mejor cara.
No solo se trata del personal que integra el sector salud, porque tras ser declarada la emergencia sanitaria el 30 de marzo pasado, hay una parte importante de la clase trabajadora que no ha tenido oportunidad de resguardarse en casa, por formar parte de las actividades consideradas esenciales.
La población que se ve obligada a salir a los centros de trabajo, es junto a los adultos mayores la que más ha padecido ante el Covid-19 en Baja California, según lo reconoció el 27 de abril el secretario de salud estatal, Alonso Pérez Rico.
"Siguen siendo los grupos etarios más jóvenes, la clase trabajadora, el grupo más castigado", decía el funcionario.
Uno de los grupos más golpeados es el de la Policía Municipal. El último reporte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, indicaba que ocho uniformados habían dado positivos de Covid-19, además de que se informó el fallecimiento de dos agentes de dicha institución, por la enfermedad respiratoria.
“TENGO TEMOR, PERO HAGO UNA ACTIVIDAD ESENCIAL PARA LA CIUDAD”
Octaviano labora en el área de proyectos de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), en donde ha desempeñado su trabajo de la forma más profesional posible, pese al miedo que admite, le provoca la actual pandemia del Covid-19.
La actual emergencia sanitaria nos ha mostrado que una persona puede dejar de ir al cine, no irse vacaciones o prescindir de pagar su televisión por cable, pero lo fundamental que resulta que una familia cuente con el servicio de agua en sus hogares, hace que Octaviano salga todos los días de su casa con la firme convicción de auxiliar a la ciudadanía.
“Hay cosas con las que el ser humano puede estar viviendo y no pasa nada si te las quitan, si no tienes cable a lo mejor no ves la tele y puedes enterarte de noticias por el celular o algún otro medio. En Tijuana no podemos dejar a la gente sin agua, tenemos que mantener esa situación todos los días controlada, es una gran responsabilidad”, expresó.
No obstante, el jefe de familia sale de su casa con la incertidumbre de no saber qué pasará en la calle, pues pese a que se han tomado medidas sanitarias extraordinarias en su centro de trabajo, el conocer las noticias del fallecimiento de compañeros de la empresa por Covid-19 o enterarse del contagio de gente cercana a él, le genera temor.
“Es una sensación de preocupación, porque pese a que de salud sé que estoy bien, he visto cómo le ha pasado a unos compañeros que se han contagiado y uno puede ser cualquiera de ellos.
Es una sensación muy fuerte el saber que si te llega a pasar algo, vas a traer el virus para tu casa y puedes contaminar a tu familia, porque aunque uno tiene que tomar precauciones y tratar de hacer las cosas, hay ese temor”, dijo.
En un ambiente enrarecido como consecuencia de la pandemia, igual existen acciones que levantan el ánimo a Octaviano, y una de ellas es ver cómo la población acude a pagar su recibo de agua, así como la conciencia que han tomado los usuarios sobre la falta de personal de la CESPT, que ha demorado reparaciones o ajustes en la infraestructura hidráulica.
“Algo que nos ha enseñado esto, en lo personal me da mucho gusto es que mucha gente no ha dejado de ir a las oficinas a pagar, que una de las condiciones para que esto se siga moviendo, es que tiene que haber circulación de efectivo para que se sigan comprando materiales y paguen sueldos. La población de la ciudad igual ha respondido de una manera muy favorable y ha generado conciencia en muchas personas, porque al existir eventualidades como una fuga, saben que somos pocos los que estamos trabajando”, concluyó.
¿CUÁLES SON ESAS ACTIVIDADES ESENCIALES?
El Consejo de Salubridad General especificó que las actividades esenciales se trata de la rama médica, paramédica, administrativa y de apoyo directamente necesarias para atender la emergencia sanitaria, como son las actividades laborales de la rama médica, paramédica, administrativa y de apoyo en todo el Sistema Nacional de Salud. También los que participan en su abasto, servicios y proveeduría, entre las que destacan el sector farmacéutico, tanto en su producción como en su distribución (farmacias); la manufactura de insumos, equipamiento médico y tecnologías para la atención de la salud.
Las involucradas en la seguridad pública y la protección ciudadana, sectores fundamentales de la economía: financieros, el de recaudación tributaria, distribución y venta de energéticos, gasolineras y gas, generación y distribución de agua potable, industria de alimentos y bebidas no alcohólicas, mercados de alimentos; ferreterías, servicios de mensajería, guardias en labores de seguridad privada; guarderías y estancias infantiles, asilos y estancias para personas adultas mayores, refugios; las necesarias para la conservación, mantenimiento y reparación de la infraestructura crítica que asegura la producción y distribución de servicios indispensables como agua potable, energía eléctrica, gas, petróleo, gasolina.