Los robos y las extorsiones son algunos de los principales actos de violencia a los que se enfrentan los menores de edad en tránsito que viajan no acompañados para llegar a Estados Unidos, mencionó Valeria Ruiz, directora de Casa YMCA.
Explicó que este riesgo disminuye cuando los jóvenes viajan en compañía de grupos de su comunidad, lo cual les permite tener un sentido de seguridad.
“Niñas, niños y adolescentes no experimentan grandes historias de violencia a lo largo del camino, serían muy ocasionales aquellos que en su traslado les pidieron una cuota en el autobús o tuvieron que pagarle a alguien para que no los detuviera”, añadió.
Mencionó que son pocos los que atraviesan el país solos y experimentan un momento de inseguridad relacionado principalmente a robos y extorsión.
Según la unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación entre enero y febrero de 2024, ingresaron 14 mil 49 menores de edad en contexto de movilidad al país, de los cuales mil 688 viajaban no acompañados.
Valeria Ruiz añadió que actualmente continúan trabajando con adolescentes provenientes principalmente de Centroamérica, como Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Colombia, entre otras nacionalidades.
La directora de la Casa YMCA, donde ofrecen refugio a menores en tránsito de entre 13 y 17 años de edad que viajan solos, contó que las y los jóvenes se ven obligados a salir por la violencia generalizada en sus comunidades.
“Los testimonios que recaudamos usualmente tienen que ver con que: yo quería quedarme en mi casa, pero desafortunadamente el pueblo donde vivo está siendo controlado [por el crimen organizado], o mi familia vendía aguacates, quemaron mi rancho y ya no puedo estar ahí, o está la guerrilla o el crimen organizado y me tengo que unir a uno u otro”, dijo.
Además de estas situaciones, los menores se enfrentan a violencia económica que los priva de oportunidades, así como a violencia familiar en algunos casos.
También salen de sus comunidades buscando unificarse con sus familias en Estados Unidos, porque quienes quedaron a su cargo ya no los pueden cuidar.
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Para brindar herramientas a los menores cuyo objetivo es la reunificación, YMCA realizó un estudio sobre la situación de quienes ya viven en el vecino país y detectó que la mayoría requiere ayuda psicológica.
También encontró que en promedio tardan entre tres y cuatro meses en adaptarse, entre otras razones por la barrera del lenguaje.