Durante el día y la noche, maestros e investigadores de la facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en Mexicali trabajan en la fabricación y ensamble de mascarillas para donarlas al personal médico que conforma la primera línea de batalla contra el Covid-19.
El trabajo se realiza con cinco impresoras 3D que son parte del laboratorio de Electrónica del campus pero el compromiso de los cimarrones es tan grande que deben continuar la labor en sus casas.
Daniel Hernández Balbuena, director de la Facultad de Ingeniería, compartió que esta iniciativa nació cuando la esposa médico de un compañero de trabajo les comentó que en los hospitales escaseaban los elementos básicos de protección.
Después de investigar la composición de las mascarillas faciales, los ingenieros de la UABC replantearon el diseño con una estructura más resistente y segura que se elabora con impresión 3D.
“El acetato no era muy adecuado por lo que investigamos otro tipo de materiales y encontramos una mica a la que le hacemos un procesamiento térmico a 115°, esto permite cerrar el poro y que tenga la dureza necesaria para mayor protección de los profesionales de la salud, el soporte va con impresión 3D”.
El costo de la mascarilla que elabora la Facultad de Ingeniería ronda entre los 20 y 25 pesos.
El director de la Facultad de Ingeniería destacó que se trata de una iniciativa institucional que demuestra que la solidaridad es uno de los valores que caracteriza a los cimarrones de la UABC.
“Los médicos y enfermeros son nuestra primera línea de defensa ante esta contingencia tan fuerte, si se vence esa primera línea los demás estamos desprotegidos y por eso hacemos algo en favor de ello”.
En acuerdo con el rector de la máxima casa de estudios, el primer gran reto de esta iniciativa es dotar de mascarillas faciales a los más de 300 universitarios de Enfermería y Medicina que están en los hospitales atendiendo la emergencia sanitaria.
Cuando se haya cubierto a los alumnos de la UABC, el laboratorio de Ingeniería seguirá trabajando para entregar los mismos insumos al resto de los trabajadores de la salud.
Para agilizar el proceso los ingenieros están analizando la posibilidad de aplicar una técnica a base de inyección de plástico aunque para ello requerirían la maquinaria.