Uriel Saucedo
Tijuana.- En los últimos 29 años, el municipio de Tijuana se ha visto afectado por el crecimiento de la violencia, la cual ha estado caracterizada por la llegada de cárteles de droga. A finales de los años 80 y principios de los 90 con el cártel Arellano Félix; posteriormente, en la primera década de los 2000, el enfrentamiento de este cártel y el de Sinaloa, que no llevaba mucho tiempo en la ciudad, hizo a los tijuanenses vivir uno de los momentos más violentos, hechos que, 10 años después, se vuelven a palpar; pero, en esta ocasión, un tercer protagonista se encuentra en la escena: el cártel Jalisco Nueva Generación.
El abogado Juan Francisco Franco Ríos, quien fungió entre 1989 y 1994 como procurador de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), en la administración de Ernesto Ruffo Appel, primer gobernador del Partido Acción Nacional (PAN) en Baja California y todo México, recuerda que, fue a principios de la década de los 90 cuando lo que hoy conocemos como crimen organizado a comenzaba tomar forma.
“La información que a nosotros nos llegaba era que los puntos de estructura organizacional venían desde fuera de México, y que atravesaban toda la república. Nosotros nos los encontrábamos, pero el respeto que había a la autoridad era de no agresividad y de no violencia. A mí no me tocaron los momentos violentos; me tocó establecer dinámicas de autoridad y de respeto de la delincuencia a la autoridad”, destacó.
Explicó que uno de los factores para que se diera el crecimiento del crimen organizado en aquellos años tenía que ver con que las personas que se dedicaban a realizar actos ilícitos se mezclaban con la sociedad poniendo como ejemplo que era común verles en el Club Campestre o en actos donde el mismo clero participaba brindándoles sacramentos como el bautismo.
Por otra parte, el teniente coronel Julián Leyzaola, exsecretario de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), durante la administración de Jorge Ramos, entre los años 2008 y 2010, época en que la violencia llegó a puntos que hasta el momento no se habían vivido, relató que, a su llegada a la corporación, encontró un cuerpo de policías corrompidos que estaba acostumbrada a trabajar sola y por sus propios intereses.
Al cuestionarle sobre la situación de violencia que se vive en la actualidad, en la que han muerto de forma violenta más de tres mil 500 personas durante la administración del panista Juan Manuel Gastélum, explicó que existe un proceso en el tema de la ocupación criminal detallando que, en la primera década de los 2000, el cártel Arellano Félix era el lideraba en la ciudad, pero poco a poco comenzó a llegar el cártel de Sinaloa, por lo que primero comenzó a pagarles piso para poder trabajar en la ciudad, tener sus bodegas y que se les permitiera cruzar droga por este lado de la frontera.
Posteriormente, cuando el cártel de Sinaloa ya sintió que tenía la fuerza y el conocimiento de la zona, es cuando decide ya no pagarle piso al cártel Arellano Félix y comienza la riña, que fue cuando se dio la fuerte ola de violencia que azotó a la ciudad por varios años hasta que llegó el momento en que llegaron a un acuerdo quedándose el cartel de Sinaloa en la zona este y el cártel Arellano en la zona oeste de la ciudad, pero es a partir de que los cárteles llegan a un acuerdo cuando la ciudadanía comienza a sufrir los estragos de la guerra que años antes habían tenido ambos cárteles, y que se observa en el alza de secuestros, trata de personas, extorsiones, asaltos domiciliarios y robo de vehículos.
Este proceso lo identificó como la fase de subordinación: cuando un cártel le pagó al que tiene más tiempo. Otra fase es la de confrontación: cuando el cártel nuevo ya no quiere pagar y comienzan a matarse entre bandos rivales y por último. La fase de consolidación: cada uno de los grupos criminales se quedan con una zona de la ciudad.
En el caso de lo que ocurre actualmente, el cartel Jalisco Nueva Generación llegó pagándole al cártel de Sinaloa, pero hoy en día se encuentran en lo último de la fase de confrontación, por lo que en breve se podrá vivir la fase de consolidación y será la población que comience a vivir los estragos de esta situación.