Juan Miguel Hernández
Tijuana.- Mas allá de los números fríos que señalan un incremento en el número de mujeres deportadas desde Estados Unidos. Los hijos de estas madres de familia han sido los que más han sufrido la expulsión de sus seres queridos generándoles consecuencias en el ámbito personal, educativo y profesional.
Siete jóvenes y niños, hijos de mujeres que fueron deportadas de los Estados Unidos, narraron cómo vivieron la separación familiar.
“Lo más difícil fue ir a la escuela, dormir, porque pensaba en ella todas las noches. No pude dejar de pensar en ella; fue lo más difícil que pude pasar en mi vida; no quiero que vuelva a pasar, y quiero que esté junto a mí toda mi vida”, relató el pequeño Andrew Martínez.
La lejanía con su madre inclusive provocó que decayera su rendimiento escolar.
“Mi mamá es lo mejor que tengo en mi vida (…) Fue difícil ir a la escuela porque siempre pensaba en ella, y no jugaba con nadie, y me la pasaba solo en lo que no estaba con ella”, confesó.
Pamela Martínez, una joven de casi 20 años de edad, admitió que, tras la deportación de su madre, cometió varios errores al momento de tomar decisiones importantes en su vida; esto, a consecuencia de la falta de una guía que estuviera de manera permanente con ella.
“Todos los días ir a la escuela, a veces contar con amigos y desconocidos para estar comiendo, conseguir dinero como sea. Lo hacía porque yo no tenía a mi mamá, a mis hermanos, porque los extrañaba mucho, porque sabían que estaban tan cerca, pero aun así tan lejos”, expuso.
La pequeña Frida, nieta de Yolanda Varona Palacios, apenas pudo decir unas palabras debido a que se le cortaba la voz al recordar la lejanía con su abuela.
“La cosa más difícil que ha pasado sin tener a mi abuelita es que todas las noches estoy pensando en ella, y no la puedo abrazar”, declaró.
Por su parte, Michael Alexander, quien también sufrió por la deportación de su madre, pidió un cambio en las leyes migratorias de los Estados Unidos.
“Consideren las consecuencias que puede tener. No solo en una familia en particular, porque estamos hablando de leyes, pero están siendo destruidas miles de familias, y es mejor reconsiderar las leyes y pensar en procesos más humanos para dar castigos”, manifestó.