La difícil tarea de atraer nuevos visitantes a las bibliotecas de la ciudad

En México, la población apenas lee un promedio de 3.9 libros por año, de acuerdo con el Inegi

Juan Miguel Hernández | El Sol de Tijuana

  · sábado 15 de julio de 2023

Algunas de las bibliotecas municipales requieren de mantenimiento. Foto: Ángeles García | El Sol de Tijuana

Ir a “noviar” o a tomarse un café para platicar forman parte de los “ganchos” que implementan autoridades culturales de Baja California para atraer más gente a las bibliotecas de Tijuana.

Porque lucen desoladas y con un acervo poco actualizado carente de las novedades literarias capaces de atraer a los ciudadanos a esos espacios administrados por el Ayuntamiento de Tijuana.

LA BIBLIOTECA DESCONOCIDA

En pleno corazón de Playas de Tijuana, en el icónico y concurrido Parque México, se encuentra la Biblioteca Pública Municipal José María Morelos y Pavón.

El exterior del espacio cultural luce vandalizado y da la bienvenida con unas rejas oxidadas. Opera en un horario de las 9:00 a las 16:00 horas, no obstante, para ingresar es necesario permiso del personal porque gran parte del tiempo se mantiene cerrada.

Las bibliotecas son visitadas por un promedio de 200 a 400 personas por mes. Foto: Ángeles García | El Sol de Tijuana

Guillermo, un empleado no autorizado para dar declaraciones que aceptó platicar con El Sol de Tijuana, contó que han experimentado problemas de seguridad, e incluso en alguna ocasión necesitaron apoyo para desalojar a una persona que no quería abandonar el lugar.

Con más de una década de laborar en la biblioteca de Playas de Tijuana, mencionó que después de la pandemia bajó considerablemente el número de visitantes y admitió que mucha gente de la delegación quizás ni conoce de la existencia de la biblioteca.

“Después de la pandemia ha costado trabajo volver a incentivar a la gente”, comentó.

La “Bibliosmia” es la sensación placentera que produce en las personas el olor a libros viejos. Al interior de la José María Morelos se encuentran títulos clásicos, difíciles de conseguir o que ya no están en el mercado. Un ejemplo es “Ejercicio Periodístico”, escrito por el periodista Manuel Buendia hace casi 40 años. Sin embargo, para aquellos que buscan los “bestsellers”, las opciones son prácticamente nulas.

“Que haya más salas de estudio, no tendrían que ser muy lujosas, solo sillas, mesa, un pizarrón para que se junten grupos de estudio y hagan de la biblioteca su nuevo lugar recurrente. Te diría que más actividades o más libros, pero siento que siempre hay un cuentacuentos o lectura en voz alta y suelen estar vacíos, por lo que no creo que ese sea un buen abordaje. También podría ser que se le diera mucha más promoción a dichas actividades. A veces la gente quiere ir y no se entera”, opinó la ciudadana Alexa Espinoza, estudiante universitaria y promotora de la lectura.

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POCA AFLUENCIA

De acuerdo con Giovanna Jiménez Jiménez, coordinadora de la Red de Bibliotecas Públicas Municipales de Tijuana, la mayoría de las 24 bibliotecas de la ciudad son visitadas por un promedio de 200 a 400 personas por mes, es decir, un estimado de entre siete y 14 ciudadanos por día.

Los espacios también cuentan con equipos de cómputo e internet. Foto: Ángeles García | El Sol de Tijuana

La funcionaria municipal señaló que desde el gobierno de la ciudad la labor es ardua para atraer a más público a estos espacios que archivan un acervo de entre tres mil y seis mil ejemplares.

“Es un trabajo constante, hay bibliotecas que aunque están en puntos ideales, la verdad es más difícil tratar de cachar al público”, expresó.

El más reciente módulo de lectura del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), dio a conocer que en México la población apenas lee un promedio de 3.9 libros por año, cifra que no ha presentado mayor variación desde 2016, cuando el número era de 3.8.

El mismo estudio muestra que solo el 44% de la población lectora lee por entretenimiento, seguido de 23% que lo hace por trabajo o estudio, mientras que un 20% es por cultura general y 10% por religión.

“Tenemos que ser adultos responsables, impulsar el fomento a la lectura entre los niños. Es una gran diferencia muy marcada si uno toma a su hijo y lo lleva a la biblioteca una hora todos los días a leer diferentes tipos de libros, hasta que este niño sea más grande y pueda ir solo”, externó.

En el corto plazo la labor es atraer gente a las bibliotecas. Las estrategias existen por parte de la Red de Bibliotecas Municipales, tratando de que esas visitas vayan más allá de la lectura, convirtiéndolas en espacios culturales y de recreación.

“Si bien es cierto las nuevas tecnologías desplazan muchas costumbres o hábitos sobre todo de estudio o lectores, también buscamos formas de innovar. Una biblioteca no deja de ser algo en tendencia, simplemente tiene que ser algo que se adapte a su público. Las bibliotecas en general tienen un estilo comunitario, la visión es más comunitaria, una vez que uno se adapta al público hay que ir evolucionando con las actividades. Es decir, tenemos que ser sinceros, no todos cuentan con internet. Una biblioteca se convierte en un recinto cultural donde ellos pueden acudir a hacer uso de los servicios que hay de manera gratuita”, planteó.

Buscan fomentar el hábito de la lectura entre la niñez. Foto: Ángeles García | El Sol de Tijuana

Más allá de ir a leer, Jiménez Jiménez recalcó que lo importante es que la población conozca las bibliotecas para engancharse y que formen parte de su cotidianidad.

“Invitamos a la ciudadanía a que haga uso de nuestros espacios, son totalmente gratuitos, hay muchísimas actividades, no solo es ir a hacer lectura de libros. Incluso a los adolescentes si vienen a noviar, vengan a la biblioteca. Tenemos casos que vienen de la manita y cada quien agarra un libro y están una a dos horas, es mejor que estén aquí cuidados y vigilados”, expresó.

FOMENTO ESTATAL

La pandemia de Covid-19 redujo la cantidad de personas que va a una biblioteca, de acuerdo con los números que Inegi recabó a través de su Módulo de Lectura.

En 2019, por ejemplo, era un 10% de los lectores el que acudía a esos espacios, cifra que se desplomó a 1.7% en 2020 y subió levemente a 4.4% en 2021, último año contemplado en el estudio.

“Las bibliotecas son espacios lúdicos, son espacios increíbles que con la debida promoción van a resurgir y se van a retomar. No es solo temas de libros, también se juega ajedrez, hay actividades de cuentacuentos, sala de lectura; es un lugar donde puedes ir a conocer a otros niños, a otras niñas e ir aprendiendo de otras experiencias”, externó la secretaria de Cultura estatal, Alma Delia Ábrego.

Una de las primeras acciones para el “resurgir” de las bibliotecas consiste en la actualización del acervo, que en fechas recientes se renovó con 25 mil nuevos libros distribuidos en todo el estado.

“Es verdad, tenemos un rezago en acervo importante, es un trabajo de colaboración conjunta. El estado ayudó a que se renovara la (biblioteca) Benito Juárez, hay otras 93 que hay que arreglar, no es nada más un tema de una sola biblioteca. Lo que hemos hablado es intentar desde donde estamos apoyar lo más posible para que puedan tener acceso a una lectura más amena y nuestras bibliotecas se conviertan en un espacio cultural que les permita tener una variedad de actividades, que no sea necesariamente solamente ir a consultar un libro”, agregó.

Estos espacios archivan un acervo de entre tres mil y seis mil ejemplares. Foto: Ángeles García | El Sol de Tijuana

Anunciaron jornadas educativas en la ciudad. Foto: José Luis Camarillo | El Sol de Tijuana

La funcionaria estatal reconoció que además del trabajo al interior de las bibliotecas se encuentra la necesaria labor de acondicionamiento de la infraestructura.

“Es competencia de los ayuntamientos, ellos pagan la nómina y mantenimiento de los edificios. Es un tema de gestión, los ayuntamientos hacen lo que pueden pero la realidad es que las bibliotecas están en mal estado, los espacios no son los más adecuados”, reconoció.

En relación al fomento a la lectura, dijo que impulsan de forma permanente el programa denominado “5 por año”, que consiste en entregar a niñas, niños y adolescentes un “pasaporte lector” que los invita a recorrer los títulos más atractivos de sus salas de lectura o bibliotecas más cercanas.

“Bajo la tesis de que cada libro es un viaje se va sellando el pasaporte lector; la meta es que cada niño en Baja California lea al menos cinco libros al año”, finalizó.