Tijuana.- La edición 38 de la Feria del Libro de Tijuana, estaba programada para desarrollarse entre el 4 y 9 de octubre de este año en las instalaciones del Centro Cultural Tijuana (Cecut).
Sin embargo, el 18 de agosto pasado, la Unión de Librerías de Tijuana lanzó un comunicado en el que exponían que no encontraban “las condiciones para lograr presentar una feria a la altura de las expectativas del público”.
En el boletín también hablaban de la falta de apoyo financiero por parte de las instituciones culturales.
“Desafortunadamente, pese las gestiones y esfuerzos realizados por nuestro grupo, no ha sido posible encontrar dicho apoyo para su realización este año”, dijo.
Pasaron 12 días para que el Cecut respondiera también por medio de un comunicado a la Unión de Librerías.
“En atención a nuestro público, el Centro Cultural Tijuana reitera que la cancelación de la Feria del Libro de Tijuana fue realizada de manera unilateral por la Unión de Librerías de Tijuana, tal y como lo anunció en fechas recientes. De igual forma, manifiesta nuevamente que el apoyo solicitado fue otorgado de manera franca y en la mejor disposición para que dicha actividad se realizara”, se leía en su publicación.
Nadie ha dicho si el evento se retomará en un futuro próximo, luego de más de tres años de ausencia por la pandemia y ahora por estas disputas.
La experimentada promotora cultural Guadalupe Rivemar, con amplia experiencia, habló con El Sol de Tijuana sobre el futuro de la Feria del Libro de Tijuana y su perspectiva sobre este tradicional evento cultural.
¿Cómo tomaron la noticia sobre la Feria del Libro de Tijuana?
Mal, muy mal. Pienso que es imperdonable el que no se estén haciendo responsables de esta feria las autoridades correspondientes que de manera tradicional han estado ahí, apoyando y echando para adelante la feria por casi cuatro décadas. No creo que sea algo que debamos aceptar así como así, ni desdeñar el esfuerzo que se ha hecho durante tantos años por tanta gente que ha pasado por la Feria del Libro de Tijuana, la que ha sido considerada por escritores, promotores, la gente del gremio, como la fiesta de cultura más importante de la ciudad de Tijuana. De repente desaparece y eso no lo debemos permitir.
¿Por qué se llegó a este punto?
Sin tratar de laborar mucho, yéndome a lo más simple, considero que no hay recursos para apoyar como otros años desde las instituciones de cultura.
Siento que no hay recursos porque no los gestionaron, o no apartaron, o están en crisis financiera las instituciones. Creo que no hay recurso y no sacan la cara para decir eso.
Me parece inaudito, imperdonable, una falta de respeto para la ciudad.
Puedo especular y se me hace que eso ha pasado. Si ellos no lo dicen, me parece de mal gusto.
Luego se echan la bolita entre las instituciones culturales y los libreros, pero en realidad nunca llegan a un acuerdo en beneficio del evento.
Así es, tradicionalmente la feria empieza con los libreros, se suman las instituciones a apoyarlo. Muchos años estuvo el IMAC nada más.
Después se pasa la estafeta al Centro Cultural y ahí es donde estaba realizándose gustosamente la feria últimamente.
Entendemos que con la pandemia todo se complicó, pero ya pasó. ¿Ellos siguen en pandemia o qué estará pasando? Ahí se quedó la estafeta, ahí hay una responsabilidad que asumir.
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¿Por qué después de más de 30 años, una ciudad con tanta cultura como Tijuana, tiene una feria muy lejos del tamaño de otras en el país, como la de Guadalajara, donde participa la universidad?
Siempre disfruté la feria. Mucha gente, con sus altos y bajos, fuimos a disfrutarla y formo parte de nuestro acervo.
Muchos compramos nuestro primer libro en aquella feria en la calle 8, cerquita de la Avenida Revolución, y a muchos nos ha impactado. Es una feria sui géneris, porque es es iniciativa de los libreros y ha seguido la Unión de Libreros de una manera regulando. Hasta donde ellos comentan, a las editoriales económicamente no les resulta conveniente por la lejanía geográfica enviar cierta cantidad de libros que se venden o no se venden. Eso tiene un costo de envío y regreso.
Lo que hacen, hasta donde he escuchado, es que las editoriales tienen aquí a sus representantes. Se hacen cargo y se dividen las editoriales entre las librerías.
Me disgusta mucho, y es una falta enorme de respeto para los cientos o miles de personas que hemos participado en esa feria, que digan que era un tianguis cultural chafa nada más.
Todo es perfectible, ¿por qué no fortalecerlo, en lugar de desaparecerlo?
Hasta donde sé, fue una promesa de la directora del CECUT en su toma del cargo. Habló de fortalecerlo, pero eso no está sucediendo. Claro que es perfectible todo. Y si tan buenos son, que la rescaten de alguna manera.
La Feria del Libro de Tijuana empezó antes que la de Guadalajara.
Estaríamos cumpliendo 40 ediciones sino se hubiera suspendido estos años de pandemia. Se presentaba rumbo a una gran celebración. Son cuatro décadas que a toda una generación nos impacta.
¿Cuál recuerda como la mejor etapa de la Feria del Libro de Tijuana?
Aquella primera feria en la calle 8. Me gustó mucho cuando fue en la Avenida Revolución. No me gustó tanto cuando fue en el estacionamiento de Plaza Río.
Hubo unas memorables en la explanada del ayuntamiento. Estaba al frente del IMAC Leobardo Sarabia. En la explanada del CECUT era muy cómodo y accesible. Gente que nunca visitaba el CECUT, se acercaba a la feria a conocer este espacio.
Ha tenido distintas etapas, unas mejores que otras, pero siempre con mucha emoción de recibir a escritores a los que les gusta y ha gustado venir a Tijuana. Eso lo hemos celebrado siempre.
¿Confía o tiene la expectativa de que la Feria del Libro resurja más fuerte?
Desconfío, pero es un deseo que tengo y que muchos tenemos, que se presente una opción equivalente y no desaparezca como acostumbran en esta nueva administración, que en lugar de mejorar y fortalecer, desaparecen. No creo que eso deba suceder. No confío, pero deseo.