Tijuana.- A un par de días de que fuera desalojado el campamento de El Chaparral, aún no se recupera la actividad normal que se desarrollaba hasta antes de la instalación de los migrantes en la zona.
El cerco que se instaló hace unos meses para delimitar el espacio, sigue en la zona, lo que impide el libre tránsito en el área.
Además, se mantiene una fuerte presencia policial en El Chaparral por parte de elementos de la Policía Municipal y de la Guardia Nacional, que vigilan que se instalen de nueva cuenta los migrantes.
Los que tampoco han recuperado la normalidad, son los negocios de la zona, que manifiestan haber sido muy perjudicados por la presencia del campamento, tanto por las bajas ventas, como por las condiciones sanitarias.
“Tuve que rentar otro local, porque ahí quedaba la basura y todo se metía por la puerta. Seguimos trabajando pero la gente ya casi no quería venir para acá por el problema de los migrantes”, dijo Juan, locatario del área que prefirió no compartir su apellido.
Insistió en lo complejo que resultaron los meses pasados, provocando además de las bajas ventas, problemas muy graves en la situación sanitaria de la zona.
“Era foco de infección, era una peste que no imaginan. Era gente muy difícil y conflictiva, los haitianos no nos causaron tanto estragos”, remarcó el comerciante.
Cabe mencionar que hasta el momento la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), no ha informado cuándo se va a volver a abrir el cruce del Pedwest, luego de que estuviera cerrado durante casi un año por la instalación del campamento.