Tijuana.- La imagen de las Fuerzas Armadas del país se encuentra sumamente dañada por su actuar en combatir a la violencia en el país, los posibles casos de corrupción, la opacidad en su información, entre otros, por lo que el plan para continuar con la militarización de la seguridad pública debe ser discutida para escuchar las diferentes voces en la sociedad.
Otro de los más recientes motivos que también han afectado es un ataque cibernético que ventiló miles de datos de seguridad nacional.
El consultor en seguridad, desarrollo e inteligencia preventiva, Edgardo Flores Campbell, mencionó que el actual gobierno federal no ha podido delinear una política consistente en el tema de seguridad nacional, y considera que aumentar las actividades de la Fuerzas Armadas no es la mejor opción.
Mencionó que la estrategia carece de técnica y está “invadida de voluntarismo y pensamiento mágico”.
Sumado a esto, el gobierno apuesta por una salida “abiertamente militar a los dilemas de seguridad pública”.
“El corazón es la creación de un cuerpo formalmente civil, pero abiertamente castrense en los hechos: la Guardia Nacional, para atender de manera permanente asuntos de policía, incluidos delitos del fuero común”, apuntó.
Añadió que la imagen de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), se vio “sumamente comprometida”, con el reciente ataque cibernético realizado por el grupo de hacktivistas Guacamaya, que extrajo miles de correos de la institución.
Y esto puede agregar a que la institución se encuentre en una de las crisis más severas que puede sufrir un Ejército en tiempos de paz.
En entrevista para El Sol de Tijuana, el experto en seguridad platica sobre los riesgos de la, la más reciente reforma aprobada para ampliar hasta el 2028 la presencia del Ejército en las calles para atender problemas de seguridad
¿Cuál es el papel de la Guardia Nacional actualmente?
La Guardia Nacional llegó a sustituir a la Policía Federal, pero no la complementa. Contar con cuerpos de origen militar para realizar funciones de seguridad pública no es necesariamente mala idea, muchos países tienen algo similar, pero salvo excepciones, complementan, no sustituyen a la policía civil.
Por otra parte, la corporación ha operado desde su primer día bajo la simulación (...) Se le definió como una institución policial de carácter civil, pero para todo fin práctico, es un cuerpo abiertamente militar
La Guardia Nacional no es más que la punta de lanza de la militarización de las funciones públicas en México.
Además de las labores en materia de seguridad pública, las dependencias militares, particularmente de la Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional), han ido adquiriendo responsabilidades en diversos ámbitos de la administración pública. Desde la construcción de infraestructura, hasta la distribución de gasolinas pasando por la administración de puertos, marina mercante, la gestión de aduanas y recientemente funciones de migración.
¿Por qué es un problema que la Sedena se encargue de estas tareas?
Esta expansión de las funciones militares se ha dado sin una discusión pública amplia sobre su rol y sin el fortalecimiento de mecanismos de control civil. Eso ya es en sí mismo un problema serio, pero lo que vuelve alarmante el fenómeno es la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de convertir a la Sedena y la Semar (Secretaría de Marina) en actores empresariales.
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¿Qué podría ocurrir si continúa la expansión de estas labores fuera de la seguridad?
Mientras más se expanda, van a incrementar sus vínculos con actores económicos (...) Entrarían en contacto con centenares o miles de contratistas, pequeños, medianos y grandes, que hoy no tienen vínculo con la Sedena o la Semar.
Cada una de esas interacciones multiplicaría las posibilidades de corrupción en el Ejército y la Marina, poniendo en riesgo su ya comprometida integridad e imagen. Además, se distraen y alejan de su mandato original.
¿Cuáles podrían ser las alternativas para evitar una militarización?
No avalar la creación de nuevas empresas paraestatales u organismos desconcentrados sectorizados en Sedena y Semar.
Promover la creación de una agencia policial federal, con divisiones de investigación, inteligencia, científica y anti drogas, incluyendo asuntos internos o control policial.
Proponer la creación de un servicio nacional de policía que tenga funciones administrativas de todas las corporaciones policiales del país: reclutamiento, formación, certificación, pero que se mantenga el control operativo en el espacio local.
