La mayoría de los estudiantes en contexto de movilidad inscritos en el sistema de educación básica de Baja California son estadounidenses, informó Yara Amparo López López, Coordinadora Estatal del Programa Binacional de Educación Migrante en el Sistema Educativo.
La Secretaría de Educación y la Subsecretaría de Asuntos Migratorios del estado estiman que hay entre 41 y 47 mil migrantes estudiando en las escuelas de nivel básico.
De ese total, el grupo mayoritario son mexicanos deportados junto con sus padres, y otros son estadounidenses que regresan acompañando a sus papás cuando estos son repatriados, explicó López López.
El segundo grupo más grande está compuesto por migrantes provenientes de países de Centroamérica, detalló la coordinadora Yara Amparo López López.
Adriana Minerva Espinoza Nolasco, subsecretaria de Asuntos Migratorios del estado, informó durante el Foro Regional sobre Movilidad Humana en la Zona Norte, realizado el mes de junio en esta ciudad, que en Baja California hay alumnos de 51 nacionalidades distintas.
Y la ciudad que más alberga estudiantes extranjeros, con un total de 27 mil 332 alumnos en nivel básico, es Tijuana.
La sigue Mexicali, con 10 mil 126 estudiantes; Ensenada, con tres mil 154; Playas de Rosarito, mil 862; Tecate, con mil 531; y en último lugar San Quintín, con 568.
Los estudiantes en movilidad llegan principalmente a la educación básica, dijo López López, mientras que alumnos de educación media superior y superior son menos, y con ellos trabajan en otras estrategias de ubicación.
La mayoría de los infantes en contexto de movilidad que se encuentran en Baja California están estudiando primaria, nivel educativo en donde hay 24 mil 606 alumnos inscritos, mientras que en preescolar son seis mil 573 y en secundaria hay 14 mil 394 estudiantes, informó la subsecretaria de Asuntos Migratorios del estado.
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“Los niños siguen siendo migrantes, regularmente se están moviendo, llegan, se instalan en una escuela y a los meses piden cambio de escuela y al año se van. Hay que atenderlos lo más rápido posible”, dijo la coordinadora del programa binacional de educación.
Astrid Hollander, jefa del programa de educación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en México, explicó que en algunos casos los padres no consideran necesario inscribir a sus hijos en la escuela argumentando que su tiempo en el país no va a ser muy largo.
“Consideramos que es mejor ir unos pocos días a la escuela, que no llevarlo ningún día”, señaló.
Mencionó que una de las causas por las que un menor en contexto de movilidad no puede acceder a la educación es el desconocimiento de los requisitos para su inscripción, ya que muchos no saben que pueden ingresar a la escuela aunque no cuenten con todos sus documentos de identificación.
“Muchas veces las familias se enfrentan a una situación donde se les pide el documento de identidad o certificado de nacimiento, que a lo mejor no traen porque tuvieron un trayecto muy largo y no pueden llevarse todos los documentos”, explicó la jefa del programa de educación de Unicef México.
Otra complicación es que las familias desconocen los derechos de acceso a la educación por su situación migratoria.
También afecta la situación económica del estudiante y sus padres, ya que en ocasiones no cuentan con dinero para solventar inscripción, transporte, compra de materiales y demás.
Yara López López explicó que la adaptación de los menores a la escuela varía dependiendo de cosas como el lugar de origen, la temporalidad, el tiempo que llevan en tránsito y el que decidan quedarse en la ciudad, entre otras.
“Depende de cada niño, depende de las situaciones que haya vivido, aquí influye mucho la parte emocional”, comentó.
Para atender los problemas a los que se enfrentan las infancias migratorias en el estado, se enfocarán en capacitar a los docentes en tres áreas, las cuales son psicopedagógica, sociocultural y sociolingüística, añadió.
Aseguró que los maestros ya están capacitados para enseñar, y lo que se hace es reforzar en el área de inclusión educativa.
