Daniel Ángel Rubio | El Sol de Tijuana
Gabriel Rivera lo repite un par de veces durante la entrevista: la riqueza de Tijuana es su riqueza cultural producto de la gente venida de tantas partes.
El integrante de la sociedad de historia de la ciudad está en las instalaciones de El Sol de Tijuana, y despliega sobre una mesa los libros que escribió o en los que colaboró durante 2019.
Fueron cuatro meses en 16 estados para hablar de este municipio, pero también para investigar sobre personas que por supuesto no nacieron aquí, pero que con sus actividades diarias tejieron el principio de sus 130 años de historia.
“Empezó a llegar gente de toda la república mexicana. Por ejemplo en 1940 casi la mitad de la población de Tijuana era originaria de Jalisco”, cuenta.
No acepta café, dice que bebió varias tazas en el desayuno y se dispone a soltar raudales de nombres, fechas y sucesos.
Toma uno de la mesa y comienza a hablar de Ricardo Orozco, arquitecto e ingeniero originario de Colima al que considera “el padre del inicio del desarrollo urbano de Tijuana”.
Por eso lo responsabiliza de un sello que la distingue de otras ciudades del país con estilo hispano colonial: no tiene una plaza o jardín central para reunir a la iglesia y los poderes públicos en un mismo espacio.
“Él se trajo un modelo europeo, de París, Francia (…) Ya se había implementado, pero no en México. Tijuana desde hace 130 años lo implementó. Qué interesante hubiera sido si se hubiera respetado”, comenta.
Inmediatamente después presume un libro de pasta dura y papel couché que tiene en la portada a un pequeño niño japonés llamado Genaro Nonaka García.
“Este niño vive todavía, nació en Tijuana en 1930. El 17 de mayo cumple 90 años. Es el fruto de un japonés y una zacatecana”, explica Rivera Delgado.
Lo levanta como se hace con las cosas que no queremos que se maltraten y lo considera el mejor de sus trabajos.
“Algo que vale mucho la pena es este producto que acabamos de sacar el año pasado David Piñera y tu servidor. Es una síntesis histórica de Tijuana, pero con la presencia japonesa. Es una colección editorial que estamos haciendo entre dos generaciones de historiadores. El objetivo es sacar siete ejemplares de esta historia de Tijuana sintetizada, pero después va a venir la presencia china, la coreana, la americana, la italiana, la armenia y la judía. Son las principales comunidades de otros países que han tenido presencia histórica en Tijuana. Se llama Serie Tijuana plural”.
“La idea es rescatar esas historias no contadas de estas comunidades extranjeras. Los italianos han contribuido con la gastronomía. Los japoneses y los chinos con el comercio. Sí, también está la comida china pero eso viene más de Mexicali. Más que nada han sido comerciantes”.
“La importancia de este libro es que es un libro bilingüe. Viene en español y en el idioma de la comunidad. Porque Tijuana también es mundial, es internacional. La palabra Tijuana tiene una connotación como pocas ciudades de la república mexicana”.
Y cuando habla de la migración asiente que la más importante en los últimos años fue la de centroamericanos y haitianos.
¿Cree que nos tomará mucho tiempo valorar las aportaciones que traerán estas comunidades?
“Yo creo que ellos ya se han incorporado a la dinámica. Están todos muy trabajadores en distintos ámbitos. Siento que la incorporación va a ser rápida porque la dinámica hoy es diferente”.
No está equivocado, y Lizette Pappo, originaria de Honduras, lo confirma desde la pupusería Aramacao Internacional, fundada con sus hermanos para ofrecer no solo alimentos sino también otros productos centroamericanos.
Y ella habla igual de la mezcla de sabores en la comida como en la sangre de las nacionalidades en esta frontera y en el mundo, porque su esposo es de Jalisco, su madre salvadoreña, y sus tres hijos nacieron en Estados Unidos.
“Nuevos sabores, nuevas recetas para acomodar y vivir felices en unión, armonía, como un solo sabor (...) Tijuana es como un caldo de res, trae de todo”, dice vendiendo sus gruesas tortillas de maíz rellenas de guisado o queso tan conocidas en su tierra.
Gabriel Rivera afirma que la imagen de Tijuana en otros estados ya no es solo la de los bares y el narcotráfico, sino también una de logros, muchos de ellos conseguidos por gente que llegó de todas partes.
¿Cuánto conocemos la historia de los personajes de Tijuana hoy?
“Lamentablemente nos ha faltado mucho al grupo de historiadores que vivimos aquí en Tijuana, por seguir escarbando en documentos antiguos para rescatar a personajes históricos o no históricos. Nos hemos ido con grandes personalidades, pero hay mucha gente obrera, sindicalista, agricultores, comerciantes o profesionistas, que también dejaron un legado”, comenta.
El historiador asiente que la migración más importante en los últimos años fue la de centroamericanos y haitianos