Tijuana.- Caminando sobre los diferentes puentes que atraviesan la canalización del Río Tijuana es difícil percatarse de las personas que están debajo, las cuales habitan estructuras pensadas para que corra el agua, pero que desde hace muchos años sirven como hogar para muchos que se quedaron sin uno estable.
La situación no se limita al llamado "Bordo", en puentes del crucero 5 y 10 también se pueden observar a personas en situación de calle que han hecho de las partes bajas de los puentes un lugar para pasar sus días, comer, dormir, reír.
LA HISTORIA DE RICARDO
Hasta hace unos meses Ricardo trabajaba por las calles de Camino Verde limpiando terrenos baldíos, haciendo diferentes trabajos para comprarse alimentos y un par de dosis de 50 pesos de heroína.
Su rutina se vio modificada luego que le acusaran de robarse una puerta de metal de un hogar donde trabajaba limpiando, lo que ocasionó que varios hombres le golpearan con tubos su pierna izquierda hasta quebrársela, dejándole en muletas y orillándole a retirarse de la colonia.
"Ahorita me mantengo de personas que me conocen, que me ven en la calle y me dicen que barra y barro, si hay que levantar mierda de perro la levanto, pero no ando haciendo maldad para nada, así me gano la vida".
La estancia debajo del puente trae consigo una serie de peligros como convivir con otros adictos, asaltantes y la misma policía, la cual dice sigue maltratando a los que habitan la canalización, en ocasiones a golpes, otras tantas encarcelándolos sin motivo.
A causa de lo complicado que es vivir con una pierna rota, a la intemperie y con 30 años de adicción a las drogas, Ricardo busca un nuevo futuro, lejos de los vicios, esperando también que alguien le auxilie con su problema de movilidad.
"Ya me aburrí de drogarme, para caer es rápido, pero para salirse es lento. He perdido la familia, quiero alivianarme, tener una vida buena, levantarse con cero malilla", narra mientras espera recuperarse de su adicción y condición física.