Tijuana.- Hugo Urrutia Fierro trabaja como programador de software en una empresa de Tijuana y a sus 34 años sueña con adquirir una vivienda, pero ve su objetivo lejano porque no le alcanza para comprar un espacio que se adapte a sus necesidades.
“Es bastante frustrante, y considero que es estresante, porque uno aspira a dejar de pagar renta, pero es difícil comprar una casa con un espacio aceptable o a una distancia razonable de los lugares que frecuentamos. Estamos un poco entre la espada y la pared”, agregó.
Actualmente paga 750 dólares mensuales por un departamento en Zona Río, pero si deseara comprar una vivienda, ha visto que su precio llega hasta los siete millones de pesos en el área cercana a la que hoy vive, una cantidad muy lejana de lo que podría pagar.
“Las casas a las que aspiro con los créditos, o son pequeñas o están lejos, en una zona no cómoda. Está bastante complicado, porque al menos si queremos seguir viviendo aquí, competimos con los estadounidenses que tienen mayor poder adquisitivo que nosotros y están viniendo a comprar y rentar aquí”, expresó.
El joven profesionista señala que su plan es tener su propia casa antes de los 40 años, por lo que hace cálculos y ve cuál es la mejor opción tomando en cuenta tasa de interés y enganche, aunque considera importante saldar deudas antes de hacer un compromiso mayor como adquirir un crédito a largo plazo.
“Es bastante caro, uno debe bajar sus expectativas o seguir rentando”, manifestó.
La realidad de Hugo Urrutia es la constante en la generación de los nacidos entre 1981 y 1996, que viven con pocas expectativas de hacerse de un patrimonio propio, ante el actual contexto económico y el elevado precio de los bienes inmuebles.
“Estamos ante una generación que está teniendo problemas para poder satisfacer esta necesidad, del derecho humano a contar con una vivienda. Tienen poca capacidad de ahorro, viene una situación compleja para esta generación porque no les alcanza para una vivienda en la zona céntrica, no les alcanza porque su capacidad de compra es baja y se ven en la necesidad de rentar un departamento”, expuso el consejero nacional de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), Fernando Zamora Rubio.
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¿PERO QUÉ ALTERNATIVAS EXISTEN?
El representante de la AMPI desglosó una serie de opciones que podrían manejar los jóvenes si desean dar el paso de adquirir su propia vivienda.
Algunas requieren poco más de capacidad económica, mientras que en otras necesitarán sumar a alguien más para elevar el monto de su crédito.
De acuerdo con el experto en bienes inmuebles, una opción viable es la de unir créditos en el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) entre dos personas.
En un futuro se espera que exista la posibilidad de poder sumar más de cuatro, añadiendo amigos y familiares.
“Esto es lo que permite, pero en medida muy baja, marginal, que dos jóvenes puedan unir sus créditos. Una alternativa que no está atendiendo la problemática y no lo va a resolver por la crisis de vivienda que tenemos en todos los sectores”, puntualizó.
Zamora Rubio comentó que los bancos cuentan con esquemas y tasas atractivas para créditos hipotecarios, aunque remarcó que debido a los bajos ingresos de un sector de los jóvenes, el monto podría no ser suficiente.
“La otra es que se generen esquemas de ahorro donde jóvenes puedan dar enganche y anticipo para adquisición de una vivienda céntrica y que les permita un producto que no los limite y castigue al no tener los ingresos que debería tener en cualquier producto que hoy está en el mercado. Estarían las rentas con opción a compra, sería ideal que pudiera atender este mercado la mejor alternativa, pero la realidad es que son prácticamente inexistentes los que están en el mercado inmobiliario”, concluyó.