Las salas de cine, testigos del crecimiento en Tijuana

“Son grandes contenedores de historias, memorias y experiencias, no sólo cinematográficas, sino de convivencia de los tijuanenses de aquellas épocas”

  · sábado 17 de agosto de 2024

En el siglo XX fueron abiertas al menos 15 salas de cine en Tijuana. Foto: Carlos Luna / El Sol de Tijuana

El crecimiento y desarrollo de Tijuana, en especial del primer cuadro de la ciudad, no se puede contar sin mencionar la presencia de las más de 10 salas de cine que existieron el siglo pasado, motivo por el cual su memoria y espacio debe ser conservado.

“Son grandes contenedores de historias, memorias y experiencias, no sólo cinematográficas, sino de convivencia de los tijuanenses de aquellas épocas”, expresó Yadira Gutiérrez, artista visual e investigadora tijuanense.

Estas historias iniciaron en los años veinte, en ese entonces existía lo que se conoce como “cine de carpa”, el cual consistía en presentar las películas en espacios públicos, con una tela y un proyector.

“Me han comentado que venía gente con su carro anunciando la próxima película, y cuenta la leyenda que la primera persona que hizo ese tipo de exhibición fue Adolfo Curto por allá por los años 20”, contó.

En total desde los años 20, hasta 1975, época en donde llegó la modernidad de la mano de los cines Gemelos, existieron entre 15 y 17 salas, la mayoría ubicadas en el centro de Tijuana.

“Fueron espacios en donde la sociedad se encontraba. Todo el mundo iba a la sala de cine allí la gente se conocía, se encontraba, inclusive ahí la gente se enamoraba [...] Las salas de cine fueron parte importante para la cuestión social de los habitantes, de los antiguos colonos de nuestra ciudad y también han sido observadores del crecimiento de la ciudad”, señaló.

La investigadora añadió que la comunidad debe cuidar la memoria histórica de Tijuana, cuidando los patrimonios culturales de la misma incluyendo sus cines.


El Cine Libertad fue el primer “cine de barrio” Foto: Carlos Luna / El Sol de Tijuana

LOS PRIMEROS CINES

Yadira Gutiérrez señaló que no se puede contar la historia del cine sin mencionar a Adolfo Curto Regato y Miguel Bujazán, eternos rivales, que fundaron emblemáticos espacios para que los tijuanenses pudieran disfrutar del cine, teatro, presentaciones artísticas, entre otras.

“Fueron quienes construyeron las salas de cine en la ciudad y pues bueno, ahí se peleaban los espectadores, las butacas, por decirlo de una manera”, dijo.

El primer espacio dedicado a la proyección cinematográfica fue el Teatro Zaragoza, también conocido como Mutualista, uno de los pocos que aún sigue de pie y operando, está ubicado sobre la calle Cuarta, y avenida Mutualismo.

Su construcción inició en 1921 y fue inaugurado el 23 de marzo de 1925, después de un incendio, fue reconstruido en 1945 y el espacio con capacidad para mil 800 personas, en donde los asistentes disfrutaron de películas mudas, musicalizadas y películas de Estados Unidos.

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En 1929 ingresa Miguel Bujazán a la escena, junto a otros empresarios tijuanenses fundaron el teatro Concordia frente al parque Teniente Guerrero.

Posteriormente se inauguró en 1942 el Gran Cinema, conocido como Cinema Latino, cuya infraestructura se mantiene y a lo largo de su historia ha proyectado desde películas familiares, porno, videohomes, entre otros y también fue la casa de Adolfo Curto Regato.

“Hay testimonios de personas de la tercera edad que iban a este cine a sus eventos escolares, graduaciones y lo cuentan como un cine majestuoso, el más elegante de la época”, contó Yadira.

En 1947 abrió sus puertas Cine Maya, perteneciente también a Curto Regato, ubicado en la parte baja del Salón Coliseo, espacio que ya no se conserva luego de consumirse tras un trágico incendio, en donde fallecieron alrededor de 50 personas en una posada.

Al interior del Mercado del Popo, en 1948 fue inaugurado Cinelandia, conocido como “Cine Piojito”, en donde llegaron a proyectar películas de 8mm y 16mm, así como pornografías, se quemó en dos ocasiones, y finalmente cerró sus puertas en 1997.

El Cine Buajazán fue le primero en contar con una pantalla cinemascope. Foto: Carlos Luna / El Sol de Tijuana

Fue hasta 1951, que Miguel Buajazán inauguró el cine que lleva su apellido, espacio que aún se mantiene en pie, y funcionó como sala de cine el principio de los años 90, el cual buscaba ser el más lujoso de la ciudad y fue le primero en contar con una pantalla cinemascope.

En 1952, Curto Regato, salió de la zona centro y abrió el primer “cine de barrio” en la colonia Libertad, lugar a donde llegaron grandes estrellas de la época de oro, el cual conserva su nombre y continúa siendo utilizado como espacio artístico y para la proyección de películas.

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Otros de los grandes cines fueron el Ideal, Cuauhtémoc, Variedades, Reforma, la Sala de Cine Luis Buñuel, entre otros, llegando al Cine Gemelos que abrió en Plaza Río, Hipodromo y Otay en 1975 y con el cual iniciaron los multicinemas, como lo conocemos actualmente.

“Esos fueron los primeros Cinépolis y son cines que no tienen nada de glamoroso, no son enormes, no están en el centro de la ciudad, son contextos muy distintos. [...] Es el paso a la modernidad, el olvido a las primeras salas de cine y la apertura a la modernidad”, expresó.

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