/ miércoles 17 de abril de 2019

Latente el riesgo por pesticidas en el campo

En el 2018 se vertieron o dispersaron al menos 150 mil litros de plaguicidas en aproximadamente 30 mil hectáreas de cultivo de San Luis

En el 2018, en el campo de San Luis Río Colorado se vertieron al menos 150 mil 411 litros de insecticidas, funguicidas y bactericidas, entre otros químicos con efecto nocivo en la salud y no se puede valuar debido a la ausencia de estudios científicos que acrediten sus efectos en la población sanluisina.

De acuerdo con información de Erik David Martínez Silva, gerente de la Junta Local de Sanidad Vegetal (JLSV), hay distintos tipos de plaguicidas para combatir bacterias, hongos, maleza e insectos.

Señaló que como autoridad la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) vigila la correcta aplicación de insecticidas, pero como inspectora de salud del campo agrícola puede notificar a la directiva sobre el mal uso de químicos. “Sí existe un riesgo de tener contacto con pesticidas, pero no sabría decirte de qué tipo; en el valle del Yaqui, para proponer la creación de un Centro de Reproducción de Insectos Benéficos, se documentaron enfermedades, pero fue gracias a estudios realizados por médicos, aquí no lo tenemos”. Martínez Silva apuntó que la propuesta de la JLSV de crear un centro de reproducción de insectos no prosperó por recorte presupuestal, pero su operación sería de gran ayuda para reducir el uso de químicos. También dijo que en la colonia Azteca

existe un centro de acopio de envases vacíos de insecticidas reciclados, pues un objetivo es evitar que la población pueda tener contacto con los contenedores y otro eliminar la contaminación visual. “En 2018 se recopilaron 150 mil 411 envases, los datos que tengo arrojan que se utilizó igual número de litros de pesticidas”. Por su parte, José Juan Montes Lepe, productor, comentó que desde la preparación de la tierra, plantación y crecimiento del cultivo se vierten plaguicidas. “Considero que si los pesticidas tuvieran colores, en el ambiente de San Luis Río Colorado habría un arcoíris por la gran cantidad de fumigantes que se usan en el campo”. Montes Lepe indicó que algunos

Los síntomas

productores son “relajados” con el uso de estos líquidos tóxicos, sobre todo cuando se trata de consumo nacional, pero los horticultores deben cumplir estrictas normas de regulación sanitaria que exige Estados Unidos para exportar.

“El aval de la Sader para USA no cuenta, ellos mandan a sus técnicos, hacen el levantamiento de muestras y obtienen una radiografía del producto, en caso de detectar químicos no permitidos, niegan el permiso de ingreso”.

Explicó que cada siembra tiene sus propios insecticidas, los plaguicidas utilizados en el algodón no pueden mezclarse con los del trigo, menos con la sandía, “ahí está el riesgo de la fumigación aérea, la cual tiene mucho arrastre, fumigar 20 hectáreas con avión significa que el insecticida viajará otras 20 hectáreas de su objetivo inicial”.

Pese a que algunos pesticidas están prohibidos, no descartó que se utilicen o bien se apliquen algunos autorizados fuera del tiempo establecido, ya que se deben respetar los plazos entre cosecha y aplicaciones.

EL USO DE AMONÍACO

Solo un caso de percances causados por la fuga de amoníaco se ha registrado en el valle agrícola de San Luis Río Colorado en lo que va del año al 911, confirmó la agrupación de Bomberos Municipales, debido a que un particular dio mal uso a un tanque con este tóxico químico adentro.

José Lamberto Arrizon Gastélum, comandante de Bomberos Municipales, dijo que en las zonas agrícolas el amoníaco es frecuentemente utilizado como pesticida, aunque se sabe hay quienes lo emplean para trabajar la tierra antes de una nueva siembra y el valle local no es la diferencia, por lo que existe un riesgo latente de percances de gravedad.

“Al utilizar el amoníaco como fertilizante se debe ser muy responsable con este paso, respetando las medidas preventivas”, expresó el comandante, al recordar que entre los efectos negativos de la fuga de este químico es que se encarga de suplir el oxígeno, lo que se puede derivar en problemas de salud o en su caso, explosiones masivas.

“Es importante que de manera constante los productores agrícolas de nuestro valle estén cambiando las llaves y mangueras para evitar posibles fugas de gas, de esta maneja se protejan y protejan a los jornaleros entre las parcelas”.

EXPOSICIÓN A PESTICIDAS

La gente usa pesticidas para matar, prevenir, repeler o de alguna manera afectar de forma negativa a algún organismo vivo como las plagas; éstos por su naturaleza son tóxicos, en cierto grado, por lo que podrían generar problemas de salud como cáncer a quienes se exponen frecuentemente y por tiempo prolongado.

De acuerdo con lo informado por Arturo Vargas, médico asignado al Departamento de Epidemiología del Centro de Salud Urbano de la Secretaría de Salud de Sonora, los pesticidas causan intoxicaciones y también, pero con menos frecuencia, algunos tipos de cáncer en la sangre como leucemia y linfomas.

Dijo que no se tiene registro de trabajadores del valle sanluisino que hayan o padezcan cáncer ocasionado por exposición y contacto constante con pesticidas.

La producción y los contenidos de estas sustancias se han ido modificando con el paso de los años, buscando que controlen las plagas de insectos, hongos, maleza y otros, pero que no afecten los alimentos ni a las personas expuestas a éstos, por ejemplo los trabajadores del campo y los agricultores, así como los consumidores en general. Vargas explicó que los problemas de salud provocados por pesticidas como los cánceres no aparecen de forma inmediata en un corto tiempo, pues la reacción puede surgir hasta 15 años después de estar en contacto con el pesticida, por eso en ocasiones resulta difícil saber qué originó la enfermedad y determinar si realmente se derivó de dichas sustancias. Recomendó a los trabajadores del campo usar medidas de protección para prevenir intoxicaciones y padecimientos graves en su salud entre las que nombró portar camisa de manga larga, cubreboca e ingresar al área de trabajo cuando el supervisor lo indique, tomando en cuenta que él sabe el momento en que no hay riesgo.

AFECTAN QUÍMICOS AL AMBIENTE

Existe un nulo control de los pesticidas que se comercializan entre los campos agrícolas del valle sanluisino en la intención de mejorar la producción en tierra, destacó el investigador y catedrático, Noé Ortiz y dijo que afecta directamente al medio ambiente.

En la tarea de una exitosa siembra y cosecha, en el valle local se utilizan fertilizantes de nitrato de amonio que contaminan directamente al medio ambiente, pues se relacionan con el calentamiento global.

De igual manera, expuso, se utilizan insecticidas neonicotinoides que al aplicarse persisten en el ambiente, afectando de manera directa a insectos como las abejas y mariposas, causando su muerte.

“También existen otros diversos tipos de químicos que no son los más óptimos para la tierra, algunos incluso que son ilegales en México, pero se siguen aplicando”, explicó y aseguró que muchos afectan directamente a la salud del hombre, puesto que porcentaje de ellos se queda en el ambiente y son recibidos de manera involuntaria vía respiratoria. Ortiz agregó que en los campos agrícolas se suelen aplicar insecticidas organoclorados sin conocer que además de matar al insecto que afecta al producto, lo mismo hace con el insecto que se encarga de beneficiar a la siembra.

VERSIONES NATURALES

Además de los productos químicos para combatir hongos, bacterias y plagas en el campo, los productores tienen la opción de utilizar insumos naturales que realicen la misma función, pero además le devuelven “vida” a la tierra y por consecuencia a las plantas.

Dentro de la gama de agroinsumos que demanda el campo están los fertilizantes, insecticidas, fungicidas y bactericidas, todos están en versión natural y química, las cuales se sugieren utilizar de forma combinada para tener mejores resultados.

Juan Manuel Islas Flores, propietario de la empresa “Fertilizantes Naturales Nutrición Biológica (NB)”, explicó que para rendir frutos la tierra demanda procesos químicos, biológicos y físicos que no pueden separarse para que haya un equilibro perfecto.

Indico que los productos orgánicos tomaron auge en el mercado, pero se cae en el error de satanizar a los químicos y viceversa, cuando ambos se necesitan.

“El uso excesivo de agroquímicos dañaron la tierra, lo que hacemos con los fertilizantes naturales es repoblar el suelo con esos microorganismos que ayudan al crecimiento de las plantas”.

Comentó que en su caso particular, con la marca que maneja, ayuda a la planta tanto a prevenir plagas como a combatirlas, pero no es un trabajo sencillo y se debe trabajar también con la resistencia del agricultor.

“Cuando regresamos los microorganismos a la tierra ayudamos a que haya una producción más abundante, esa es la función, hacer más productivo el campo sin que haya un gasto excesivo”.

Islas Flores externó que no en todos los casos el uso de pesticidas orgánicos es ideal, cuando existe una plaga muy avanzada se recomienda utilizar químicos para combatirla y una vez controlada, prevenir su reaparición con la versión orgánica.

CONTROL BIOLÓGICO

Además de las sustancias para eliminar plagas, está el uso de insectos benéficos, como en el 2017 se combatió el pulgón amarillo del sorgo que en el 2016 mermó la producción de ese cultivo, en algunas parcelas se reportaron pérdidas totales. Osvaldo Romo Enríquez, presidente del Sistema Producto Sorgo, comentó que en el 2018 y 2019 se utilizaron larvas de crispa con buenos resultados, aunque apareció el pulgón no hubo daños significativos, por lo que este ciclo que iniciará en julio se volverá a emplear.


En el 2018, en el campo de San Luis Río Colorado se vertieron al menos 150 mil 411 litros de insecticidas, funguicidas y bactericidas, entre otros químicos con efecto nocivo en la salud y no se puede valuar debido a la ausencia de estudios científicos que acrediten sus efectos en la población sanluisina.

De acuerdo con información de Erik David Martínez Silva, gerente de la Junta Local de Sanidad Vegetal (JLSV), hay distintos tipos de plaguicidas para combatir bacterias, hongos, maleza e insectos.

Señaló que como autoridad la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) vigila la correcta aplicación de insecticidas, pero como inspectora de salud del campo agrícola puede notificar a la directiva sobre el mal uso de químicos. “Sí existe un riesgo de tener contacto con pesticidas, pero no sabría decirte de qué tipo; en el valle del Yaqui, para proponer la creación de un Centro de Reproducción de Insectos Benéficos, se documentaron enfermedades, pero fue gracias a estudios realizados por médicos, aquí no lo tenemos”. Martínez Silva apuntó que la propuesta de la JLSV de crear un centro de reproducción de insectos no prosperó por recorte presupuestal, pero su operación sería de gran ayuda para reducir el uso de químicos. También dijo que en la colonia Azteca

existe un centro de acopio de envases vacíos de insecticidas reciclados, pues un objetivo es evitar que la población pueda tener contacto con los contenedores y otro eliminar la contaminación visual. “En 2018 se recopilaron 150 mil 411 envases, los datos que tengo arrojan que se utilizó igual número de litros de pesticidas”. Por su parte, José Juan Montes Lepe, productor, comentó que desde la preparación de la tierra, plantación y crecimiento del cultivo se vierten plaguicidas. “Considero que si los pesticidas tuvieran colores, en el ambiente de San Luis Río Colorado habría un arcoíris por la gran cantidad de fumigantes que se usan en el campo”. Montes Lepe indicó que algunos

Los síntomas

productores son “relajados” con el uso de estos líquidos tóxicos, sobre todo cuando se trata de consumo nacional, pero los horticultores deben cumplir estrictas normas de regulación sanitaria que exige Estados Unidos para exportar.

“El aval de la Sader para USA no cuenta, ellos mandan a sus técnicos, hacen el levantamiento de muestras y obtienen una radiografía del producto, en caso de detectar químicos no permitidos, niegan el permiso de ingreso”.

Explicó que cada siembra tiene sus propios insecticidas, los plaguicidas utilizados en el algodón no pueden mezclarse con los del trigo, menos con la sandía, “ahí está el riesgo de la fumigación aérea, la cual tiene mucho arrastre, fumigar 20 hectáreas con avión significa que el insecticida viajará otras 20 hectáreas de su objetivo inicial”.

Pese a que algunos pesticidas están prohibidos, no descartó que se utilicen o bien se apliquen algunos autorizados fuera del tiempo establecido, ya que se deben respetar los plazos entre cosecha y aplicaciones.

EL USO DE AMONÍACO

Solo un caso de percances causados por la fuga de amoníaco se ha registrado en el valle agrícola de San Luis Río Colorado en lo que va del año al 911, confirmó la agrupación de Bomberos Municipales, debido a que un particular dio mal uso a un tanque con este tóxico químico adentro.

José Lamberto Arrizon Gastélum, comandante de Bomberos Municipales, dijo que en las zonas agrícolas el amoníaco es frecuentemente utilizado como pesticida, aunque se sabe hay quienes lo emplean para trabajar la tierra antes de una nueva siembra y el valle local no es la diferencia, por lo que existe un riesgo latente de percances de gravedad.

“Al utilizar el amoníaco como fertilizante se debe ser muy responsable con este paso, respetando las medidas preventivas”, expresó el comandante, al recordar que entre los efectos negativos de la fuga de este químico es que se encarga de suplir el oxígeno, lo que se puede derivar en problemas de salud o en su caso, explosiones masivas.

“Es importante que de manera constante los productores agrícolas de nuestro valle estén cambiando las llaves y mangueras para evitar posibles fugas de gas, de esta maneja se protejan y protejan a los jornaleros entre las parcelas”.

EXPOSICIÓN A PESTICIDAS

La gente usa pesticidas para matar, prevenir, repeler o de alguna manera afectar de forma negativa a algún organismo vivo como las plagas; éstos por su naturaleza son tóxicos, en cierto grado, por lo que podrían generar problemas de salud como cáncer a quienes se exponen frecuentemente y por tiempo prolongado.

De acuerdo con lo informado por Arturo Vargas, médico asignado al Departamento de Epidemiología del Centro de Salud Urbano de la Secretaría de Salud de Sonora, los pesticidas causan intoxicaciones y también, pero con menos frecuencia, algunos tipos de cáncer en la sangre como leucemia y linfomas.

Dijo que no se tiene registro de trabajadores del valle sanluisino que hayan o padezcan cáncer ocasionado por exposición y contacto constante con pesticidas.

La producción y los contenidos de estas sustancias se han ido modificando con el paso de los años, buscando que controlen las plagas de insectos, hongos, maleza y otros, pero que no afecten los alimentos ni a las personas expuestas a éstos, por ejemplo los trabajadores del campo y los agricultores, así como los consumidores en general. Vargas explicó que los problemas de salud provocados por pesticidas como los cánceres no aparecen de forma inmediata en un corto tiempo, pues la reacción puede surgir hasta 15 años después de estar en contacto con el pesticida, por eso en ocasiones resulta difícil saber qué originó la enfermedad y determinar si realmente se derivó de dichas sustancias. Recomendó a los trabajadores del campo usar medidas de protección para prevenir intoxicaciones y padecimientos graves en su salud entre las que nombró portar camisa de manga larga, cubreboca e ingresar al área de trabajo cuando el supervisor lo indique, tomando en cuenta que él sabe el momento en que no hay riesgo.

AFECTAN QUÍMICOS AL AMBIENTE

Existe un nulo control de los pesticidas que se comercializan entre los campos agrícolas del valle sanluisino en la intención de mejorar la producción en tierra, destacó el investigador y catedrático, Noé Ortiz y dijo que afecta directamente al medio ambiente.

En la tarea de una exitosa siembra y cosecha, en el valle local se utilizan fertilizantes de nitrato de amonio que contaminan directamente al medio ambiente, pues se relacionan con el calentamiento global.

De igual manera, expuso, se utilizan insecticidas neonicotinoides que al aplicarse persisten en el ambiente, afectando de manera directa a insectos como las abejas y mariposas, causando su muerte.

“También existen otros diversos tipos de químicos que no son los más óptimos para la tierra, algunos incluso que son ilegales en México, pero se siguen aplicando”, explicó y aseguró que muchos afectan directamente a la salud del hombre, puesto que porcentaje de ellos se queda en el ambiente y son recibidos de manera involuntaria vía respiratoria. Ortiz agregó que en los campos agrícolas se suelen aplicar insecticidas organoclorados sin conocer que además de matar al insecto que afecta al producto, lo mismo hace con el insecto que se encarga de beneficiar a la siembra.

VERSIONES NATURALES

Además de los productos químicos para combatir hongos, bacterias y plagas en el campo, los productores tienen la opción de utilizar insumos naturales que realicen la misma función, pero además le devuelven “vida” a la tierra y por consecuencia a las plantas.

Dentro de la gama de agroinsumos que demanda el campo están los fertilizantes, insecticidas, fungicidas y bactericidas, todos están en versión natural y química, las cuales se sugieren utilizar de forma combinada para tener mejores resultados.

Juan Manuel Islas Flores, propietario de la empresa “Fertilizantes Naturales Nutrición Biológica (NB)”, explicó que para rendir frutos la tierra demanda procesos químicos, biológicos y físicos que no pueden separarse para que haya un equilibro perfecto.

Indico que los productos orgánicos tomaron auge en el mercado, pero se cae en el error de satanizar a los químicos y viceversa, cuando ambos se necesitan.

“El uso excesivo de agroquímicos dañaron la tierra, lo que hacemos con los fertilizantes naturales es repoblar el suelo con esos microorganismos que ayudan al crecimiento de las plantas”.

Comentó que en su caso particular, con la marca que maneja, ayuda a la planta tanto a prevenir plagas como a combatirlas, pero no es un trabajo sencillo y se debe trabajar también con la resistencia del agricultor.

“Cuando regresamos los microorganismos a la tierra ayudamos a que haya una producción más abundante, esa es la función, hacer más productivo el campo sin que haya un gasto excesivo”.

Islas Flores externó que no en todos los casos el uso de pesticidas orgánicos es ideal, cuando existe una plaga muy avanzada se recomienda utilizar químicos para combatirla y una vez controlada, prevenir su reaparición con la versión orgánica.

CONTROL BIOLÓGICO

Además de las sustancias para eliminar plagas, está el uso de insectos benéficos, como en el 2017 se combatió el pulgón amarillo del sorgo que en el 2016 mermó la producción de ese cultivo, en algunas parcelas se reportaron pérdidas totales. Osvaldo Romo Enríquez, presidente del Sistema Producto Sorgo, comentó que en el 2018 y 2019 se utilizaron larvas de crispa con buenos resultados, aunque apareció el pulgón no hubo daños significativos, por lo que este ciclo que iniciará en julio se volverá a emplear.


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