Karina Torres
Tijuana.- Aunque la mayoría de los migrantes que integran la tercera caravana proveniente de Honduras para pedir asilo político en Estados Unidos decidieron intentar cruzar por la ciudad fronteriza de Piedras Negras, Coahuila, algunas familia divididas en grupos pequeños también han comenzado a llegar a Tijuana para cruzar al vecino país del norte, afirmó José María Lara García, director del albergue Juventud 2000.
“Hace unos días, llegaron un grupo de más de 25personas, entre mujeres, niños y hombres, que querían un lugar y de lo cualnosotros no pudimos albergarlos en Juventud 2000.
Ellos decían que en qué lugar se podían ir; nosotros les dijimos Scalabrini, Madre Assunta, y ellos decían que ya venían de ahí; incluso, de Ejército de Salvación, y ellos decían que no habían encontrado lugar, porque todos los lugares están a su máxima capacidad”, explicó Lara García.
En comparación con el éxodo que llegó a finales de 2018 a Tijuana, en esta ocasión las familias migrantes han llegado con su visa humanitaria, lo que les ha permitido trasladarse con orden y seguridad a través de la república. A diferencia de las caravanas anteriores, en las que era común ver a mujeres con menores de edad viajando solas, en esta ocasión han llegado familias enteras a solicitar un espacio dónde dormir mientras inician el trámite para ser recibidos por las autoridades de inmigración norteamericanas.
“Curiosamente, lo que no se veía en las caravanas anteriores -que venía mucha mujer solas con dos, tres, hasta cuatro niños-, ahora tenemos esta comunidad. Te podría decir que son tres a cuatro familias, máximo, del extranjero”.
El constante flujo migratorio que se registra en la ciudad de viajeros connacionales del sur y personas en contexto de migración provenientes de distintas regiones del mundo, mantiene a los albergues funcionando a su máxima capacidad. Todo los días, varía el flujo migratorio entre las familia que logran ingresar a los Estados Unidos y quienes llegan a esperar (para) ser atendidos o cruzar de forma ilegal, reiteró el activista.
“En el caso de Tijuana, comenzaron a llegar unos cuanto con su visa humanitaria; pequeños grupos que están albergándose en Juventud 2000, familias nicaragüenses, hondureñas, salvadoreñas, de Guatemala y más mexicanos. Hay toda una variedad; la mayoría son mujeres con niños”, explicó.
Concluyó Lara García afirmando que la falta de apoyo con recursos provenientes de la federación generará que, a corto plazo, comiencen a registrarse carencias por la falta de un programa integral de apoyo a este sector que permita brindar atención a las personas que transitan diariamente por esta ciudad para llegar a Estados Unidos.