Tijuana.- La situación de las personas que deben desplazarse de su lugar de origen y buscar mejores condiciones de vida, generan diferentes trastornos mentales, los cuales deben tratarse de una manera más cercana. Tomando en cuenta que actualmente la ciudad tiene una comunidad de migrantes ubicados en el campamento de El Chaparral, el doctor Israel Castro, médico psiquiátrico y paidopsiquiátrico, explicó cómo deben ser los acercamientos con esta comunidad.
“Uno de los factores de riesgo de vulnerabilidad es la inmigración. Se considera que son factores de riesgo porque son personas que al trasladarse de un lugar a otro en busca de mejores condiciones de vida pueden encontrarse obstáculos, eso hace que se destaquen más sus maneras de defenderse. Habría que tener un sistema de cuidado un poco más estrecho, pues han vivido con ansiedad, estrés y con cuadros de tristeza por años. No es la intensidad del cuadro, sino la cronicidad del cuadro lo que conlleva a una complicación”, explicó.
Israel Castro indicó que probablemente los cuadros que presentan trastornos no son evidentes en este momento, pero pueden otorgarse herramientas que ayuden a la resolución de trastornos mentales, por lo que mencionó algunas actividades que favorecen el tratamiento de enfermedades mentales.
“No existe un programa que pueda solventar este problema de la situación. Tal vez no está el cuadro ahorita vigente, tal vez lo que debemos valorar primero es buscar factores protectores, uno de ellos es la educación. Está comprobado que entre más herramientas se le dan al individuo mejores resoluciones va a tener. También el deporte ayuda. Un grupo de soporte, puede ser individual, familiar o social, es una manera en que ellos pueden buscar confianza y compañía”, detalló.
Debido a que el campamento de El Chaparral también alberga mexicanos que huyen de situaciones de violencia e inseguridad, el médico Psiquiatra señaló que no es tan sencillo tratar los trastornos mentales que son consecuencia por experiencias de este tipo, pues lo esencial es primero conocer a cada víctima.
“El problema es que ni siquiera lo detectamos. Primero debemos verlo, sabemos que están ahí, pero a pesar de esa situación no los tenemos detectados, no todos responden igual al factor violencia. Por ejemplo, puede ser que un niño haya sido víctima de muchas situaciones, pero no responde igual que otros, por lo que debemos aplicarnos al cómo se defiende el niño. Pero primero debemos conocerlo”, concluyó.