A partir del 20 de enero de 2025, Donald Trump regresará a la Casa Blanca y con esto marcará un nuevo reto para las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos.
Por la frontera de Baja California y California cruzan diariamente 193 mil personas, mientras que tan solo en Tijuana, hay instaladas más de 600 empresas de origen estadounidense que operan en la industria manufacturera.
Pese a las amenazas del republicano del cierre de la frontera, aranceles de 25% a productos mexicanos, la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) o el retorno de empresas al vecino país, en Tijuana se reconoce los desafíos en materia económica que vendrán con el retorno de Trump, sin embargo, se confía en que los fuertes lazos se sobrepongan a cualquier amago del próximo presidente de Estados Unidos.
“SE NECESITA FORTALECER LA INDUSTRIA LOCAL ANTE AMENAZAS DE TRUMP”
En Baja California 438 mil 399 personas laboran en la industria manufacturera y de exportación, siendo tras el sector servicios, el generador de puestos de trabajo más importantes del estado, según la Encuesta Nacional de Empleo.
La Asociación de Industriales de la Mesa de Otay (AIMO), tiene registro de al menos mil 250 empresas de dicho sector en los municipios de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito, de las cuales, el 50% son de capital estadounidense.
El presidente de la AIMO, José Luis Contreras Valenzuela, remarcó que el 85% de las exportaciones mexicanas van hacia Estados Unidos, representando esta actividad el 40% del producto interno mexicano.
“Debemos ser muy inteligentes, el gobierno debe asumir una posición digna, pero muy mesurada, no de entrega. Sabemos que lo que priva en las relaciones entre los países son básicamente intereses económicos, ellos gracias a la manufactura mexicana pueden gozar de bienes y servicios a precios razonables y alcanzables”, externó.
Contreras Valenzuela admitió que actualmente no es el mejor momento para la industria de la región, con costos operativos más elevados, sumado a las barreras que impone el gobierno mexicano, siendo necesario que ante las amenazas de Trump de obligar a empresas a retornar a Estados Unidos, se creen políticas públicas de fomento a la industria.
“No debemos confiarnos porque el gobierno norteamericano ha dado muchas facilidades fiscales para que las empresas se regresen a Estados Unidos, en cambio en nuestro país se han estado imponiendo muchas restricciones a la industria regional que está incrementando los costos de producción aquí”, expuso.
Aunque gran parte de las exportaciones de Baja California están respaldas por el T-MEC, el dirigente de la AIMO confió en que no haya grandes ajustes a este tratado comercial con el regreso de Trump, asegurando que amenazas como la de los aranceles al 25%, pretender orillar al gobierno mexicano a ofrecer mejores condiciones.
“Hay que llegar en condiciones de fortaleza porque tenemos con qué hacerlo, cómo hacer las cosas bien, cómo fortalecer a las empresas y garantizar que somos productores. Tenemos el capital humano para producir productos de alta calidad y esa será una de las principales armas ante las nuevas mesas de discusiones del TMEC”, comentó.
LOS CRUCES FRONTERIZOS NO DEBEN PRESENTAR RETRASOS: SMART BORDER COALITION
Casi 200 mil personas son las que cruzan todos los días a Estados Unidos, en algunos de los puertos fronterizos de Baja California, de acuerdo a los datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), que recoge Smart Border Coalition.
El director ejecutivo de esta organización, Joaquín Luken, afirmó que aunque una de las banderas de Donald Trump ha sido el fortalecimiento de la frontera, esto no significaría mayores revisiones en los cruces fronterizos, pues el enfoque del magnate es a los cruces irregulares.
“Yo no le veo ninguna situación adversa en cuanto a lo que viene de la actividad económica de nuestra región y los cruces fronterizos. Ya lo vivimos cuando fue presidente en el periodo anterior, a Donald Trump se le debe juzgar por lo que hace, no por lo que dice. Es una persona que le encanta decir, pero hay que medirlo por lo que hace”, expresó.
El especialista también descartó que peligre el proyecto de Otay II, el cual está a punto de terminarse de lado mexicano, pero que en Estados Unidos aún no arranca su construcción de manera formal.
“Los presupuestos de CBP no es por garita, se asigna en general, entonces al asignar más agentes de CBP y más implementación de uso de tecnología, simplemente, al contrario, debería acelerar proyectos como Otay II. Trump lo que quiere es controlar los puertos fronterizos y enfocarse en donde no tenga control”, agregó.
Al igual que José Luis Contreras, Joaquín Luken reconoció que al principio del mandato podría haber retos en materia económica, sin embargo, confió en que se imponga el fuerte intercambio económico entre ambas regiones.
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“El poner trabas y barreras para los cruces, simplemente va a afectar a ambos países y los consumidores que lo votaron van a ser los primeros en afectarse, al pagar por productos más caros”, concluyó.