Mariscos y pescados deben consumirse con precaución durante el embarazo

Hacen un llamado a las mujeres en etapa de gestación, a que consideren otras alternativas alimenticias al pescado y marisco para reducir peligros

  · martes 16 de abril de 2019

Foto: Carlos Luna

Tijuana.- Si bien es cierto que el pescado y ciertos mariscos aportan proteínas y algunos nutrientes importantes, durante el embarazo se debe reducir al máximo su consumo, por los riesgos de contraer una infección provocada por su mala preparación.

Es por ello que el Hospital Materno Infantil de Mexicali, hace un llamado a las mujeres en etapa de gestación, a que consideren otras alternativas alimenticias al pescado y marisco para reducir estos peligros; en esta temporada es tradicional incrementar su consumo por cuestiones culturales, disponibilidad, recreo o preferencia personal, por lo que se hace el exhorto a tomar precauciones, sobre todo si se trata platillos donde el ingrediente va crudo.

Contraer salmonelosis es uno de los riesgos mayores al consumir carnes o pescados crudos, principalmente, si se decide comer estos productos, se debe hacer en cantidades reducidas y con mucho cuidado, revisando que el cocimiento sea a muy altas temperaturas; tal es el caso de mejillones, sepias, pulpo, almejas y camarones. La salmonelosis se manifiesta con fiebres, calambres, diarrea, si se complica llega a la sangre y podría poner el riesgo la vida de la madre y el bebé.

Otro padecimiento que se podría contraer es la toxoplasmosis, provocada por un parásito llamado toxoplasma gondii, que está presente en los alimentos que no fueron bien cocinados, la paciente puede presentar sarpullidos, dolores de cabeza, fatiga o dolor muscular; este padecimiento puede afectar el desarrollo cerebral, ocasionar ceguera o retraso mental en el bebé.

En la consulta prenatal, es importante que se platique con el médico para que le de opciones de productos con Omega 3, tan necesarios durante el embarazo; una alternativa podrían ser las semillas de lino, aceite de canola, nueces, semillas de girasol, así como huevo, yogurt o leche.