Alejandra García
San Diego.- El incremento en el costo de las viviendas en California ha ocasionado una fuga de residentes hacia territorio mexicano. En el último año, los precios para obtener una casa propia incrementaron hasta en 8%, de acuerdo a un estudio realizado por los asesores en bienes raíces Market Point, en Estados Unidos.
Esta situación ha desatado reacciones en cadena, como el encarecimiento de terrenos para la construcción de nuevas unidades habitacionales y la edificación de espacios más reducidos; además del repunte en la solicitud de espacios de alquiler.
A pesar de que los precios en promedio oscilan entre los mil a dos mil dólares mensuales, dependiendo del tamaño del departamento, cada vez son más las familias que buscan esta opción ante los precios exorbitantes que representa el comprar una casa.
“El problema afecta principalmente a trabajadores de clase media, ya que los ingresos que generan no son suficientes para mantener el costo de una vivienda, en especial para quienes tienen una familia que depende de ellos”, afirmó el fiscalista en San Diego, Samuel Brotman.
El encarecimiento ha ocasionado el desplazamiento de residentes hacia las zonas rurales del condado, e inclusive hacia Tijuana y Rosarito, en donde pueden obtener una vivienda propia hasta en un tercio menor al precio en que se ofertan las propiedades en California.
“Hemos comenzado a ver a más personas que buscan opciones de vivienda en Tijuana; la realidad es que el costo de vivir en Tijuana y el ‘boom’ de condominios que se ha registrado, principalmente en las inmediaciones a la frontera, ha llamado la atención de quienes viven del otro lado, especialmente en el condado de San Diego”.
Pero el costo en general de vivir al sur del Condado también es más barato; el alimento, ropa y transporte son más económicos en comparación a la Unión Americana, lo que ha vuelto más atractiva la idea de buscar opciones de compra o renta en Tijuana, donde, en promedio, se puede obtener una casa en 500 mil dólares, en comparación a una residencia que llega al millón de dólares en San Diego.
A pesar de la inseguridad y hechos violentos que han repuntado en esta ciudad fronteriza, la percepción para quienes viven en la Unión Americana es que la violencia se ha logrado contener en puntos específicos de la región, lo que da un sentido de confianza para poder trasladarse a distintas áreas de la ciudad.
“Tijuana atraviesa por un crecimiento multicultural, y mientras sigan trabajando en mantener la seguridad, mejorar su reputación y crecer como ciudad, es muy probable que continuemos viendo que más y más personas lleguen del otro lado de la frontera a vivir; inclusive hasta Rosarito y Ensenada”.
La facilidad de cruzar la frontera, bajos costos de vivienda y edificación de nuevos espacios, abonan a que la región fronteriza sea cada vez más atractiva para los residentes del otro lado de la frontera, y estiman que, durante los próximos cinco años, el número de familias residiendo en Tijuana y Baja California aumente de forma significativa.