Uriel Saucedo
Tijuana.- Bianca N de tres años se convirtió en la víctima número 900 en el registro de muertes violentas que han sucedido durante el presente año en la ciudad de Tijuana; ella fue asesinada dentro de su casa a manos de un hombre que ingresó a su casa con la intención de atacar con un arma de fuego a su padre, Ricardo N de 31 años, quien actualmente se debate entre la vida y la muerte. Fue durante ese ataque armado cuando la pequeña Bianca se convirtió en una víctima colateral no solo de las balas de su homicida, sino de la violencia que, desde el año, afecta al municipio de Tijuana.
El arribo de los oficiales al domicilio ubicado en calle David de León y calle Juanita de la colonia Lomas del Rubí se dio a las 7:22 horas después de que recibieran el reporte de una menor lesionada. Al llegar al lugar encontraron a Cristal N, quien tenía en brazos a su pequeña hija, la cual estaba inconsciente y presentaba manchas de sangre en la cabeza y en uno de los brazos, mientras que, al interior del domicilio, yacía el cuerpo malherido de Ricardo N, quien recibió cinco impactos de bala en diferentes partes del cuerpo.
Ante tal situación, se solicitó apoyo de la Cruz Roja, cuyos paramédicos trasladaron en grave estado tanto a la menor como a su padre para que recibieran atención médica. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por salvar la vida de la pequeña Bianca, horas después de que fuera ingresada al nosocomio, se informó que el cuerpo de la pequeña no soportó tales lesiones e inminentemente murió; en cambio, su padre, hasta el cierre de esta edición seguía vivo, pero con delicado estado de salud.
Sobre el caso el subprocurador de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Jorge Álvarez, explicó que apenas se encuentra en proceso de investigación, pero se tiene conocimiento de que el padre de la pequeña, quien aparentemente era el blanco de este ataque, contaba con antecedentes por robo de vehículo, y recientemente había sido procesado.
Por otra parte, con respecto al agresor, se indicó que es un hombre alto, moreno, con barba abundante apodado “El Chon”, quien viajaba a bordo de un vehículo tipo vagoneta de color beige con rines negros. Según algunos testigos el agresor podría estar oculto en la colonia Obrera.